30 septiembre, 2018

Acerca de Héctor Giuffré (1944-2018)

Por Laura Feinsilber

El 26 de septiembre falleció Héctor Giuffré en Chicago adonde se había instalado con su esposa desde la década del 80  y aunque desde entonces  no exponía regularmente  en Buenos Aires solía venir con cierta frecuencia . Comenzó a exponer desde 1964 y además de su excelencia pictórica cuya imagen remite al realismo, éste fue abordado  en importantes ensayos, entre ellos,  “Lineamientos del realismo estructural” , “El realismo en que creo”, ambos de 1976, “Manifiesto realista y relacional” (1984).

La conversación , de la que hacía un culto, matizada con fina ironía, constituyó para nosotros un  acercamiento a la reflexión profunda  sobre el acto de pintar, la ética del artista,  la crítica de arte y los problemas  de la estética.

“A lo largo de mi trayectoria he rehusado todo oportunismo y me he concentrado en unos pocos problemas estéticos relacionados con la identidad entre pintura y conciencia”.

Otra expresión del artista que atesoramos: “un cuadro siempre afirma algo, pero afirme lo que afirme, siempre debe incluir en sus premisas al hombre y a la realidad exterior al hombre como condición para afirmarse a sí mismo”.

Giuffré concibe el realismo como una manera de referirse a las relaciones que el pintor, en cuanto a sujeto, establece con lo real, en cuanto objeto.

En 2014 pudo verse obra suya en la importante muestra gráfica  del Museo de Arte Moderno “El círculo caminaba tranquilo”, una delicada sanguina de una figura femenina, propiedad del Museo y la gran exposición de 2016 en el MAT (Museo Arte Tigre) bajo la curaduría de Mariana Marchesi cuando María José Herrera ejercía su dirección. Treinta obras e importantes textos que afortunadamente quedaron registrados  en un importante catálogo que puede consultarse en www.mat.gob.ar

En una conversación que mantuvo  con el poeta, ensayista y crítico de arte César Bandín Ron transcripto en su libro “Plástica Argentina- Reportaje a los 70” cuya tapa fue ilustrada con su obra “Chancho” ( 1976), Giuffré señala que “ningún pintor puede hacer una obra trascendente por pura emoción. Una obra es el resultado de una estrategia muy desarrollada , lo menos improvisado que hay”.

Su realismo está lleno de asociaciones psicológicas existenciales lo que quedó demostrado tanto en sus Retratos como Autorretratos a los que calificaba como arquetipos ya que le importaba más que el cómo es , el quién es el modelo.

Extrañaremos su persona y sus enseñanzas.