17 julio, 2018

Daniel Ackerman en Galería OTTO.

Por Laura Feinsilber

Desde que Susan Sontag (Nueva York, 1933-2004) en su libro “Sobre la Fotografía”

 publicado en 1977, señalara que “aunque la fotografía genera obras que pueden considerarse arte—precisa de subjetividad, puede mentir, ofrece placer estético-la fotografía no es absoluto una disciplina artística”, esta suerte de sentencia ha sido y es muy discutida. Y hasta por ella misma cuando dice” la fotografía tiene la capacidad  peculiar de transformar todos sus temas en obras de arte”.

Pero entrar en este terreno es para especialistas y desde esta columna  se trata de abarcar un amplio espectro de las actividades de artes visuales  que generen discusión, reflexión, controversia y last but not least , en tiempos tan desangelados , placer estético.

En la nota del lunes 8/7 sobre la  exhibición colectiva “Elogio de la Sombra” destacamos una obra de Daniel Ackerman  por lo que invitábamos a cruzar la calle para ver su muestra individual “Fotografismos” en la Galería OTTO.

Son paisajes  de la Patagonia y de Japón, pero esto puede ser anecdótico. Ackerman provoca dudas, bienvenida la ambigüedad, ¿es pintura o fotografía?

En primer lugar las imágenes se imponen pero una observación más atenta  invita a detenerse ante los grafismos que se descubren entre la nieve, el detalle de zonas rocosas en las montañas y también en los bosques que las cubren.

El espectador queda fascinado ante la técnica, la impresión en 12 tintas, giclée sobre papel Canson, lo que le da un acabado perfecto.

Ackerman explica que han sido elaboradas aislando sectores del todo, tratando de eludir el enfoque usual para dar una típica mirada de la naturaleza.

Entonces ha tratado de aislar, reencuadrar, resaltar algo de esos fascinantes grafismos que se descubren, repetimos, cuando se observan atentamente.

También es autor de “haikus” fotográficos. Esto se aprecia en su serie “Caligráfica” y aquí la duda es todavía más evidente.

Son leves trazos que captan la naturaleza interior de ramas, tallos, raíces, en movimientos rítmicos en los que pareciera que el lápiz, la tinta, el pincel, ¿la cámara?, apenas roza el soporte.

¿Qué se esconde detrás de su cámara?. Nos recuerda la frase de Man Ray: “fotografío lo que no deseo pintar y pinto lo que no puedo fotografiar”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Publicado en Ambito Financiero