12 mayo, 2014

Pat Andrea en Colección Fortabat

Por Laura Feinsilber

La Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat inicia el calendario de exposiciones temporarias 2014 con la muestra “Alicia” del artista holandés Pat Andrea.

Nacido en La Haya (Holanda) en 1942 , en plena Guerra Mundial, estudia entre 1960 y 1965 en la Academia de Bellas Artes de su ciudad natal y entre sus maestros figura el gran artista Co Westerik (1924) quien influye en su obra.

Llega a Buenos Aires en 1976 y desde entonces será nuestra capital una de sus residencias alternativas junto con La Haya y París.

En 1979 colabora con Julio Cortázar en el libro La Puñalada /El Tango de la Vuelta.Entre 1998y 2000 fue profesor de la Ecole Superieur des Beaux Arts y en 2002 fue elegido corresponsal de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Francia. En 2006 publica los dos volúmenes de “Alicia en el País de las Maravillas” y “ Del Otro Lado del Espejo”, editado por Diane Selliers (París).

Esta serie de cuadros ha sido expuesta en centros de arte de Francia, Grecia, Holanda y el itinerario en Argentina se inició en el Caraffa de Córdoba para continuar en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan

Su directora, Virginia Agote, es la curadora y productora de la actual muestra que nos introduce en ese mundo onírico creado por Lewis Carroll.

Antes de abordar esta obra Pat Andrea se hizo varias preguntas, entre ellas, ¿cómo puedo evitar el peligro de una representación convencional?, ¿ cómo puedo soñar una Alicia contemporánea que supere la niña de John Tenniel, primer ilustrador de la historia?

Después de varios años, en 2003 y en Buenos Aires, decidió comenzar este proyecto que tomó forma en 2004 después de “escuchar más a mi instinto y de releer más de un millar de veces las aventuras de Alicia, encontré el camino correcto, volví a la libertad perdida y decidí convertirme en el pintor que podía hacer cualquier cosa, siempre”.

Tuvimos la suerte de recorrer la muestra con el artista, detenernos y comentar muchas de las 48 obras a gran escala, 150×180 cm, que llevan el sello del artista , una imagen de Alicia que no debía ser estándar, que debía representar a todas y cada una de las mujeres jóvenes del mundo, que no podía tener un estilo y técnica, que debía ser lo más diversa posible.

¿Cómo es la Alicia de Pat Andrea? En la historia tiene 7 años pero aquí tienen diferentes edades, está en zapatillas, sus expresiones van desde el asombro al enojo a la dulzura a la determinación a la candidez a la amenaza….

Al rever la obra del artista nada es estable ni convencional , sus personajes femeninos revelan que también ha mirado mucho a Balthus, el sutil erotismo que emana de sus figuras, sus poses , a veces, provocativas, , la elección de la mujer adolescente momento en el que el cuerpo tiene una perfección y plenitud que jamás volverá a tener.

Andrea es fiel al texto pero en su relación con él, es la descripción de cómo las cosas pasan en un sueño, que , a su vez, es el mundo del artista.

Es así como el primer dibujo muestra al Conejo Blanco, cómo Alicia cae por la madriguera “me gustaría saber cuántos kilómetros he caído ya-dijo en voz alta. Debo estar llegando al centro de la tierra”.

Está la Alicia de gran tamaño, la que se vuelve pequeña, la que se encuentra en un mar de lágrimas con el ratón que salta fuera del agua temblando de miedo.

Hay muchos guiños, la piscina a lo David Hockney, el rostro de Botero, la lata Campbell de sopa de tortuga en alusión a la Tortuga Artificial,los relojes blandos de Dalí que lleva el Conejo Blanco

Y así toda esta historia onírica, de pesadilla, violenta, angustiante en la que no es muy claro lo que es sueño o lo que es real hasta que ella se pregunta si es real o no existe.

Pat Andrea recrea los juegos de palabras, elige los detalles como a través de una lente, describe las escenas violentas como aquella en la que Alicia entra a la cocina llena de humo, la cocinera que ha enloquecido y arroja los platos, el feo bebé en las rodillas de la Duquesa que más tarde se convertirá en chanchito, el famoso gato Cheshire de sonrisa maliciosa o la escena del tren en la que uno de los personajes remite al kafkiano Gregorio Samsa.

“Tentetieso se cayó en el suelo duro/todos los caballos y todos los hombres/del Rey no lograron devolverlo a su lugar”, traducción del famoso huevo Humpty Dumpty y la conversación con Alicia en la que la critica porque se parece a todo el mundo… traerá nostalgia a aquel espectador que lo recitó en su infancia.

Pat Andrea también tomó por asalto las paredes del museo y pintó con pasión algunas imágenes de esta historia acerca de las tribulaciones de convertirse en adulto vistas a través de los ojos de una niña, historia que los adultos deberíamos volver a leer para comprender el interior de los niños.

Publicado en Ambito Financiero