Año 2007

Exposición y libro recuperan vida y obra de Batlle Planas

 

Desde la última exposición retrospectiva en las Salas Nacionales en 1989, la obra de Juan Batlle Planas (Cataluña, 1911; Buenos Aires, 1966) ha tenido poca visibilidad en nuestro medio. Es destacable, entonces, que la Fundación Alon para las Artes siguiendo el criterio de recuperar para la memoria a grandes maestros argentinos, haya dedicado su última exposición de 2006 a la exhibición de 20 obras realizadas entre 1935 y 1946, series que incluyen “Radiografías paranoicas”, “Tíbet o el mensaje”, collages, dibujos y bocetos del mismo período.

Coincidentemente se editó un excelente libro catálogo con una presentación a cargo de Rosa María Ravera, un texto de investigación de Gabriela Francone, curadora de la muestra, una cronología artística y un apéndice con testimonios de sus contemporáneos, entre ellos Roberto Aizenberg, Jorge Kleiman, Noé Nojechowicz, Antonio Berni, Marcelo Pichón Riviere y Aldo Pellegrini, creador en Buenos Aires de la efímera revista “Qué”, primera publicación surrealista en lengua castellana. Ravera estima que en Batlle hay un barroquismo que se aprecia especialmente en un desnudo frontal “Sin título” (grafito sobre papel, 1935), con cabeza de caballo, perforaciones a lo largo del cuerpo, un brazo trunco, un pájaro, una letra E, una imagen de fuerza arrolladora.

Lo mismo sucede en “Radiografía paranoica”, (cartulina recortada, 1936), una figura con pico de ave, garras de carácter inquietante que junto a otra “Radiografía paranoica” (témpera y grafito, 1936- Colección Constantini) reflejan “vida y muerte, lo dramático y lo grotesco, lo lejano y lo cercano, la curva y la recta”.

El ensayo de Gabriela Francone recorre los inicios de uno de los movimientos culturales de vanguardia del siglo XX, generador de polémicas y de significativo aporte a la historia del arte. Breton, Aragon, Nadeau, Artaud, son los nombres que influyen en Batlle que adopta el surrealismo hacia 1930 y que se aprecia en sus dibujos automáticos y collages de clara raíz surrealista mezclada con una visión freudiana, producto de sus lecturas sobre psicoanálisis. Hacia 1940 se acerca a la metafísica de De Chirico y a las atmosferas espiritualizadas de los simbolistas. Su ensayo propone una aproximación a la obra del artista focalizado en el periodo mencionado y su exhaustiva investigación la lleva a las circunstancias de su vida a y todo lo que aquí se genera con la llegada de los exiliados por la guerra civil española. Desfilan así los nombres de Planas Casas, su tío, Guillermo de Torre, Maruja Mallo, Joan Merli, fundador en 1942 de la Editorial Poseidón.

Batlle fue amigo de Spilimbergo, de Gambartes, de Xul Solar, que le hizo una carta astral y al que le escribe un prólogo. Poema en una muestra homenaje en 1965, dos años después de su fallecimiento.

Es un hecho esencial que la pintura simbólica, casi religiosa, que despierta extrañas asociaciones de este pintor que nunca se nacionalizó pero que forma parte de los maestros argentinos, no sea olvidada. De mirada azul penetrante, gran bailarín de tangos, amante de San Telmo, hincha de Racing, Batlle Planas manejo lenguajes científicos y psicológicos, fue un teórico comprometido con los problemas del hombre de su tiempo, realizo bellísimas obras, especialmente temperas en tonos fruis, figuras despojadas de carnalidad que comportan una lírica melancolía. Aunque mantuvo una tradición subordinada al surrealismo, congregó una serie de lenguajes que representaban su ficción existencial, su cultura y contribución a la indagación estética.

Publicado por Ámbito Financiero 5/01/07


El “Mundo peronista” de Santoro en un libro

 

Coincidentemente con la muestra de Daniel Santoro (Buenos Aires, 1954) realizada a fines de 2006 en Galería Palatina, se presentó en el Museo de Bellas Artes “Mundo peronista”, libro que contiene la totalidad de la obra realizada por el artista durante los últimos ocho años.

Santoro estudió en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Es dibujante, pintor, estudioso de la lengua, la literatura y las instituciones de China, aprendió su escritura, realizo estudios de sanscrito, de hebreo y de la cábala, escenógrafo, trabajo en el Colón entre 1980 y 1991. En 1985 realizo diversas exposiciones en museos y galerías de Oriente, experiencia que ha dejado su sello en su obra. Ha recibido numerosos premios, entre ellos, el Primer Premio del Salón Manuel Belgrano (1986), Mención de Honor Salón Nacional de Dibujo (1996), el Premio al Mejor Libro de Arte por “El manual del niño peronista” otorgado por la Asociación Internacional de Críticos de Arte.

Santoro es un artista único; no se lo puede inscribir en ninguna tendencia, descubridor de un mundo tabú al que trata, en primer lugar, sin obsecuencia, con gran libertad, con mirada crítica, a veces nostálgica y melancólica, también trágica, con grandes dosis de humor e ironía. El libro editado por La Marca Editora, tiene 344 páginas, profusamente ilustradas en color e incluye un DVD con un registro fílmico sobre la obra del autor. Consta de 16 capítulos a cargo del autor y de analistas de su estética, que evocan, por ejemplo, “Historia y política”, “El vacío y la plenitud justicialista”, “Juanito Laguna era peronista”, “La ciudad justicialista”, “La lejana patria de la felicidad”, “La cuestión racial. El peronismo como cosa de negros y el descamisado gigante”, “Proyecto Pulqui”.

En su ensayo, Raúl Santana destaca que “ese mundo es el resultado de un largo proceso de investigaciones de documentos, revistas, de la gráfica de la época, la radiofonía, la arquitectura, festejos y apariciones públicas”.

El propio Santoro señaló que buscó lograr un acercamiento visual, al menos dibujar los contornos de lo que podría ser el justicialismo, un enigma para sociólogos, políticos y economistas. Esas investigaciones le proporcionaron un gran repertorio escenográfico del peronismo histórico (1945- 1955) que nunca nadie del espectro artístico se atrevió a abordar y que se originaba en la gráfica del fascismo italiano, el constructivismo soviético y- vaya paradoja-, las escenas hogareñas del confort norteamericano de la época. Consiguió materializar esa era del estado protector, del endiosamiento de sus principales protagonistas, de las publicaciones partidarias, de los dogmáticos textos escolares, la arquitectura, un elemento preponderante en gran parte de su obra.

De este tópico se ocupa el arquitecto Alberto Petrina que se opone a la idea de un Neoclasicismo Monumental mezclado con Art Déco al sostener que los estilos predominantes de la década fueron el Pintoresquismo y el Racionalismo de cuño corbuseriano. Contradice a Santoro, que ha recurrido al monumentalismo de carácter autoritario, ejemplificado, entre otros, por el omnipresente edificio de la CGT en su iconografía.

Norberto Griffa, en “La lejana patria de la felicidad” analiza obras como “La mamá de Juanito Laguna”, toda una saga, ya que Santoro supone que éste es hijo de una madre peronista, ambos personajes tomados por Berni del paisaje social posperonista, bajo la supuesta advocación de la izquierda. Asimismo se ocupa de “La isla de los muertos”, inspirado en el cuadro del artista suizo Arnold Böcklin (1827- 1901) y “La leyenda del bosque justicialista”, “un mito en sí mismo, como lugar idílico de inocencia y felicidad donde el pueblo encuentra su destino”. Al decir de Santoro, “un paraíso perdido”.

Como hombre de gran cultura, hay muchas citaciones en sus cuadros, metafísicas, surrealistas, lacamericanas, por sólo citar algunas. Un capítulo importante está dedicado a una acción reciente, el “Proyecto Pulqui”, un avión que fue construido en Córdoba, podía volar a 1000 kilómetros por hora y competir con el Sabre 86 estadounidense y el Mig 15 soviético, proyecto que quedó trunco en 1955. La reconstrucción del avión en escala, su vuelo de prueba ritualizado y su caída- no tenía motor ni tren de aterrizaje-, fue registrada en un film documental y exhibida en el Museo Caraffa de Córdoba. Santoro remite a Lacan cuando éste habla del objeto caído del sujeto, “una imposibilidad de cumplir los deseos”.

El arte de Santoro es una forma de arte político, a pesar de que, según sus palabras, siempre fue expulsad de las muestras correspondientes “porque si no sos de izquierda no sos un artista político”. Sus contundentes imágenes desnudan una época que ha marcado y dividido a generaciones de argentinos.

Publicado por Ámbito Financiero 19/01/07


Valioso libro sobre arte abstracto

 

Editado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) se acaba de publicar “Arte abstracto- Cruzando líneas desde el Sur” (227 paginas), de Mario H. Gradowczyk, un ingeniero y doctor en Ciencias Técnicas cuya afición por el arte lo ha llevado a escribir libros sobre Torres García y Xul Solar, poner en el mapa del arte argentino a un artista oculto como Esteban Lisa, coordinar muestras en instituciones públicas y privadas en Buenos Aires, Nueva York, México, Madrid y Londres. Además de ensayista, es colaborador de las revistas “Ramona” y “Archivos del presente”, así como el diario “El País” de Montevideo.

Fue recién a principios del siglo XX que los artistas comenzaron a realizar obras carentes de toda referencia evidente al mundo de las apariencias, creando formas por sí mismas, sujetas a las leyes del arte en lugar de las de la naturaleza. Al eliminar toda representación ilusoria, los artistas abstractos operaron en una frontera estética a la que Piet Mondrian llamó “el borde del abismo”. Es indudable que el fenómeno de la abstracción altero el curso del arte del siglo XX, inició un cambio que se ha extendido a nuestra cultura contemporánea y aunque haya muchas fuentes que lo originaron, está universalmente aceptado que fueron los impresionistas los que dieron paso a esta fuerza arrolladora.

Gradowczyk resume en el Capítulo I temas como “El surgimiento de la Abstracción- Los Pioneros Artistas Escritores como Kandinsky, Kupka, Malevich, Mondrian”, pero lo interesante de su abordaje es “el cruce de líneas” del título. Como bien lo señala en una de las presentaciones Norberto Griffa, director del Departamento de Arte de la UNTREF, ese cruce se refiere a una red en la que pueden figurar Torres García y Mondrian, para así echar por tierra el cetro ocupado por Estados Unidos y Europa y la total ignorancia acerca de lo que sucedía en el Sur. Según Gradowcyk, hay sincronías y simultaneidades en los tiempos de la creación humana en diferentes contextos, que conforman una lectura rizomática de la abstracción que trompe con la realizada desde los centros hegemónicos.

En el apartado “Mirando a las pinturas: Mondrian y Torres García”, se refiere al uso que ambos hacen de la retícula. Entre otras consideraciones el autor destaca que en las obras del primero realizadas entre 1920 y 1932, las gruesas y perfectas líneas negras barnizadas han sido dibujadas con regla, mientras que Torres García, que comienza su investigación al mismo tiempo que Mondrian, hacia 1917, lo hace con movimientos rápidos y gestuales. El encuentro con el famoso grupo Cercle et Carré en París, servirá de estímulo para el inicio del Constructivismo.

En el Capítulo II, el autor invita a un paseo por el “Paris de Entreguerras”, “Paris y el Arte Abstracto”, “La escuela de Nueva York”, descripciones minuciosas de la obra de artistas iconos como Barnett Newman, a su vez un gran teórico, o Jackson Pollock, para terminar con “El informalismo en América del Sur”, en el que se confirma, una vez mas, que la abstracción latinoamericana comienza con la muestra de Juan del Prete en Buenos Aires. Es aquí donde se incluye a Esteban Lisa (España, 1895, Buenos Aires, 1983), un artista auto marginado del mundo del arte y cuya primera exhibición se realizó en Palatina en 1997. Asimismo se ocupa de dos figuras significativas con Kenneth Kemble y Víctor Magariños D.

El capítulo “A partir de la revista Arturo”- un único ejemplar publicado en 1944- convertido en icono del primer movimiento abstracto en América Latina sobre el que mucho se ha escrito y al que no se puede omitir cuando se habla de la vanguardia en la Argentina, incluye la poética Madí, el desarrollo de las vanguardias abstractas en Brasil y Venezuela, sus diferencias con las de nuestro país. Cierra con el análisis comparativo de la obra del argentino César Paternosto, actualmente radicado en Madrid, y el norteamericano Jo Baer, otros como Jean Scully, Brice, Marden, con abundante información sobre las técnicas de “wraparound” y “all over”.

En “Arte Abstracto (Hoy)”, último capítulo del libro se encuentran términos como posmoderno, canon, la modernidad, un proyecto inconcluso, tema de Habermas así como la nueva modernidad de Lyotard, la tan mentada globalización, el fin del arte aurático, la fragilidad y la resiliencia, las apropiaciones, parodias, intertextos, transversalidades, la hegemonía museística norteamericana, ecuaciones, estrategias, especulaciones, todos temas que preocupan a los que de una u otra manera estamos inmersos en el sistema del arte, pero que también alejan de él a los que con una mirada más ingenua se acercan para encontrar un cierto goce estético sin la casi excluyente apoyatura de textos que lo suplantan.

Este cuarto capítulo termina precisamente con “Arte Abstracto (Hoy): fragilidad y resiliencia”, título de una exposición curada por el autor realizada en 2005 en el Centro Cultural de España (Buenos Aires), donde se exhibieron obras de 24 artistas argentinos de las dos últimas generaciones que utilizan la tecnología y la actividad manual con total libertad y que, según Gradowcyk, “están atravesados por la fragilidad, conviven con ella”.

Este libro dedicado a la memoria de Patricio Lóizaga, implica una reflexión sobre el arte, resultado del frondoso pensamiento filosófico de autor, una vasta tarea de investigación que ha alentado a Edward Sullivan, como confiesa en otra de las presentaciones, a guiar a sus alumnos de la New York University a hacer un análisis más amplio y hemisférico de los fenómenos visuales y psicológicos de la abstracción.

Publicado por Ámbito Financiero 26/01/07


Muestra madrileña valoriza el retrato con Picasso como centro

 

Desde esta semana y hasta el 20 de mayo, el viajero podrá visitar en Madrid la muestra “El espejo y la máscara- El retrato en el siglo de Picasso” que presentan el Museo Thyssen- Bornemisza y la Fundación Caja Madrid. La exposición fue organizada conjuntamente con el Kimbell Art Museum de Forth Worth (Texas) donde será exhibida entre junio y septiembre de 2007. Reúne 150 retratos de 60 artistas provenientes de colecciones particulares, museos y fundaciones de todo el mundo que han prestado los cuadros y algunas esculturas que enriquecen la visión del género respecto a la colección del Museo, muy bien representado y que ha protagonizado importantes exposiciones en los últimos años. Por ejemplo, Rafael, Memling, Kokoschka e importantes capítulos como Sargent/ Sorolla, die Brücke, entre otros.

A lo largo del siglo XX, se produce una crisis de identidad del hombre moderno, así como de la confianza del arte en la verdad de sus imágenes. La insistencia en que el arte debe ser algo distinto de la naturaleza, incluso antagónico con la idea de parecido- razón de ser del retrato-, puede llevar a pensar que el género tendría poco interés para el arte no mimético de la modernidad. Pero no fue así se se considera la lista de artistas que han trabajado este género, todos ellos presentes en esta exposición dividida en 11 capítulos en un marco cronológico en torno a los años de actividad del gran retratista del siglo XX: Pablo Picasso.

En las saldas del Museo ubicado en el Paseo del Prado, el recorrido se inicia con los pioneros del retrato moderno. “El artista frente al espejo” incluye obras de Cézanne, Gauguin y Van Gogh, los primeros que reflexionaron sobre el género, retratándose a sí mismos, lo que les permitía, frente al espejo utilizando la fotografía, experimentar nuevas técnicas y lenguajes artísticos. Hay en este primer recorrido algunos autorretratos de Picasso, Munch y Beckmann. “Gesto y expresión”: la necesidad de representar la psicología del retratado motivo un cambio radical, se acentúa entonces la importancia del gesto, la postura, la actitud, el movimiento, una manera de comunicar un mensaje o sentimiento. Los máximos representantes de este nuevo lenguaje se encuentran en la Viena de principio del siglo, Kokoscka, Schiele y Klimt.

“Colores modernos” remite a la fuerza del color como medio para dotar al retrato de un aura simbólica que elevaba al individuo a la categoría de “tipo”. En este capítulo hay obras de los jóvenes expresionistas de entonces, Kirchner y Jawlensky, que seguían los aportes de Van Gogh, así como los fauves, Matisse o Vlaminck. “Mascaras de lo primitivo” analiza retratos de Madame Cézanne en los que el ser humano era despojado de toda elocuencia expresiva para convertirse en un auténtico monumento de piedra que junto a la influencia del arte primitivo, sirvieron de modelo a Matisse y Derain, pero también a Modigliani, Rousseau o Picasso, quien sustituiría los rasgos de la cara por una máscara de facciones abstractas, abriendo así el camino hacia la consolidación del retrato moderno.

“El espejo roto” es un muy importante segmento dedicado a la etapa cubista de Picasso y otros como Braque, Gris, Severini que fragmentaron a sus personajes aunque manteniendo la disposición vertical y la posición propias del retrato convencional. Aquí se comprueba cómo las vanguardias se imponen y relegan a un segundo plano la identidad del retratado. Se está a un paso de la abstracción. Tras la Primera Guerra Mundial, muchos artistas vanguardistas proponen una vuelta a la figuración, recuperando muchas de las convenciones del género. Otra vez Picasso con obras realizadas en el periodo de entreguerras, también Matisse, Dalí, Lipchitz, Severini. Otros artistas lo hacen con un nuevo enfoque, mostrar la imagen de la sociedad moderna de acuerdo a la inestabilidad de los tiempos, entre ellos, Gorosz, Beckmann, Dix, Schad, Balthus, Freud que recuperan la figuración y no desdeñan el retrato por encargo, así está conformado “El imposible retorno a lo real”.

El apartado “Sueños y Pesadillas” contiene toda la carga del Surrealismo en los retratos simbólicos de Miró, Dalí, De Chirico, o Frida Kahlo, que concluye con los autorretratos de Käthe Kollwitz y Feliz Nussbaum en los que se refleja la pesadilla vivida ante la amenaza del nazismo.

En las salas de la Fundación Caja Madrid (Plaza de San Martin) se comienza por “Identidades metafóricas” un conjunto de retratos y una escultura realizados por Picasso en los años centrales del siglo XX. Las obras de Dubuffet, Giacometti, Saura, interpretan el retrato mediante la distorsión de las figuras. No podía estar ausente “La nueva imagen del hombre” encarnada por uno de los artistas más conmovedores de la segunda mitad del siglo XX, Francis Bacon que logro mostrar la alienación del hombre contemporáneo, su cuerpo en vías de disolución, el sujeto aislado dentro de un espacio. Perteneciente al entorno de Bacon es Lucien Freud que representa la soledad de la existencia humana a través del desnudo, para este artista la carne es el elemento que materializa y define el retrato.

En el último tercio del siglo XX se asiste a una interpretación del retrato como consecuencia del replanteamiento del género desde la versatilidad de los lenguajes pictóricos contemporáneos. Se eligió a David Hockney, descripto por Robert Hughes como alguien dotado de una gran habilidad pictórica y una total indiferencia, por supuesto en su obra, por mostrar el lado oscuro de la experiencia humana. Se incluye a Andy Warhol, artista emblemático de una era, los ’60, en la que el mundo del arte comenzó a convertirse en el mundo de la industria del arte. Este capítulo cierra con la obra de Ronald Kitaj nacido en Estados Unidos pero que eligió Londres para vivir y continuar su educación artística. Su preferencia por la figuración constituyo una suerte de resistencia al arte abstracto americano dominante de ese entonces.

Publicado en Ámbito Financiero 9/02/07


El estupendo Volpi abre 2007 del Malba

 

El Malba abrió ayer su temporada 2007 con una importante retrospectiva del artista brasileño Alfredo Volpi organizada por el Museo de Arte Moderno de San Pablo (MAM) bajo la curaduría de Olivio Tavares de Araújo. Son ochenta obras, en su mayoría provenientes de colecciones privadas, de un artista absolutamente personal que confirma lo expresado por Tavares de Araújo en cuanto a la coincidencia de historiadores, críticos y colegas de diferentes generaciones en considerarlo “el maestro de su época”.

Esta exposición presentada en San Pablo a comienzos de 2006, y que acaba de ser premiada como la mejor del año por la Asociación Brasileña de Críticos de Arte, sigue un proyecto curatorial cronológico con obras de comienzos de la década del ’40, paisajes y marinas de Itanhaém, un pueblo de mar en San Pablo. Se incluyen motivos religiosos y populares, madonas, cristos, mujeres de pueblo, figuras de niños. Luego aparece su serie de caseríos y fachadas, coloridas, con aire metafísico como “Fachadas con Barco” o “Fachadas con Sirena” de finales de los ’40, así como los “Caseríos” que lo llevaran a la abstracción geométrica de su época, llamada “concreta” de los ’50.

Nacido en Lucca (Italia) en 1896, llegó a Brasil a los dos años, y a partir de 1911, comenzó a trabajar como pintor decorador. Autodidacta, es admirado por la sutileza del colorido, los gestos decididos y delicados de su pincel en obras de índole popular. Hacia 1935, forma con otros artistas, el Grupo Santa Helena, primer núcleo de artistas proletarios de San pablo cuya meta era el perfeccionamiento técnico. Impresionado por los frescos de Giotto, cunando realiza un único viaje a Europa, inicia en esa década un periodo conocido como “Fachadas”, despojadas de toda representatividad figurativa, utiliza elementos verticales y horizontales inclinados, época de apogeo para Volpi.

Pero como lo señala el curador, son varias las épocas de apogeo, tomando también el periodo de dos años en que se dedicó a la geometría pura, exponiendo con los concretistas.

Gracias a la intervención del famoso critico de entonces, Herbert Read, gana junto a Di Cavalcanti el Premio Nacional de la Bienal de San Pablo en 1954, y el Grupo Concreto Paulista que admiraba su pureza formal y cromática, lo invita a formar parte de las exposiciones que realizaron en los Museos de Arte Moderno de San Pablo (1956) y de Rio de Janeiro (1957). Esta participación no significo, como el mismo Volpi insistía en afirmar, ninguna adhesión ideológica al movimiento, extremadamente intelectualizado y que chocaba con los fundamentos esenciales de su pintura.

Es por ello que se mantuvo al margen de las discusiones teóricas y filosóficas tanto de los Concretos como de los Neoconcretos.

A partir de la década del ’60, retorna a sus composiciones con fachadas, a las célebres banderitas, en su inicio, adornos para fiestas religiosas pero que en él se convierten en abstracciones icónicas. Aunque el arte exigía entonces la adopción de tintas modernas y recursos industriales, Volpi uso la tempera al huevo y mantuvo sus lazos con una técnica tradicional. De allí que las pinceladas, muy visibles, forman parte de su vibrante lenguaje, pleno de ritmos coloristicos.

El recorrido de la muestra permite comprobar la idea curatorial: “la obra de Volpi nace figurativa, se vuelve abstracta, otra vez figurativa pero pasando a concebir de otro modo la misma figuración”. Artista de vasta trayectoria participo en 1959/54/62/64 en la Bienal de Venecia, en 1961 mereció una sala especial en la Bienal de San Pablo, realizo muestras individuales en Roma, Nueva York, Tokio, en exposiciones como “Tradición y ruptura” (San Pablo, 1984) o “Modernidad: arte brasilero del siglo XX” (Paris, 1987). En vida se realizaron cinco retrospectivas y numerosos homenajes después de su fallecimiento en 1988 a los 92 años.

“Volpi pinta Volpis”, dijo Willys de Castro (1928- 1988), artista del movimiento Neoconcreto, expresión que describe acertadamente el arte de este artista clave de la modernidad brasileña. El excelente libro catálogo “Volpi- La música del color”, en portugués, inglés y español, fue editado para la exposición del Museo de Arte Moderno de San Pablo.

Publicado por Ámbito Financiero 16-03-07


 Horacio Zabala, un arte anticipatorio

 

Si se leen detenidamente los títulos de los textos y de las exposiciones de Horacio Zabala (Buenos Aires, 1943), que emigró a Europa en 1976 y regresó a nuestro país en 1998, se podría decir que son apocalípticos. “Catástrofes”, “El arte en cuestión”, “Futuro imperfecto”, “Salvar las apariencias”, “Argentina carcelaria”, “El diseño de basura”, “Temperatura, luz, viento e incertidumbre”, “Materiales al borde del caos”, “Imágenes de la catástrofe”, así como el de la portada del catálogo a su actual exposición, “Este papel es una cárcel” que data de 1972 y que en 1998 reformuló como “Hoy, el arte es una prisión”.

Zabala puso en evidencia cuestiones latentes en nuestra sociedad que más tarde se cumplieron, especialmente a partir de la segunda mitad de os 70.

“Anteproyectos- 1972- 1978” se expone en la Fundación Alon bajo la curaduría de Fernando Davis y textos, entre otros, de María José Herrera.

“Este papel es una cárcel” está entre los antecedentes del cambio que se operó en cómo mirar el arte, es decir, quedar apasionado entre la mera percepción o constituirlo como espacio de reflexión. La idea de prisión no era especulativa sino real y concreta, ya que la censura y la cárcel estaban instaladas. Pero en la obra de Zabala, como lo señala herrera, “la cárcel y el confinamiento son tanto una reflexión sobre las condiciones sociales contemporáneas como una metáfora sobre la cuestión artística”.

La soledad del artista, -cómo funciona el arte en la actualidad, en muchos casos es una cárcel impuesta por el mercado y la moda- pero también un sistema, un disparador que permite que los artistas se expresen, alerten, señalen. Mapas, dibujos de planos, sellos, obras ascéticas, mínimas, criticas sin entrar en lo panfletario, la presencia del lenguaje , absolutamente meditadas, producto de su formación como arquitecto, por ejemplo, los anteproyectos de cárceles subterráneas, la cartografía de “Tensión_ Fuerza- área” premonitoria en su momento y hoy de gran actualidad, “Argentina empaquetada” (1974), los vacíos o fragmentaciones cartográficas de 1974, las botellas (una reconstrucción de una obra de 1972 con carteles: vino- agua- nafta, con una flor omnipresente), obra de carácter minimalista ya que como confiesa el artista “nunca tuve un espíritu barroco”.

Quizás en esos años su obra podría haber sido considerada hermética, sólo para especialistas. Hoy, después de tanta invasión indiscriminada de imágenes, se agradece ese laconismo con el que se expresó y se expresa estéticamente. Zabala alterna su trabajo personal con curadurías, organización de muestras y prólogos que revelan su capacidad como teórico.

Publicado por Ámbito Financiero 13/04/07


Bodegón: vindican un género desprestigiado

 

Bodegón, género que el transcurso del tiempo, los avatares de la moda, cierta ignorancia y desdén, ha perdido prestigio hasta considerarlo, vulgar, menor, poco trascendente. Es hora de reivindicarlo y gracias al aporte generoso de un coleccionista de culto, Mauricio Neuman, se exhiben más de 80 obras cuidadosamente seleccionadas de artistas argentinos en el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA.

No se encontrará en esta exposición, la exactitud imitativa, la habilidad para engañar a la naturaleza como cuando se engañaba a los pájaros con frutas, según Plinio, o significados ocultos de carácter religioso o evocaciones místicas, como la manzana que recuerdo al Paraíso Terrenal y el Primer Pecado, o los sentidos corporales.

No hay opulencias flamencas, transparencias con efectos luminosos, blancos efectistas, fondos oscuros como los de un Sánchez Cotán, maestro toledano del género, o el atrevimiento de un Goya, el tratamiento luminoso de origen caravaggiesco de Velásquez, o el silencio que emana de esas piezas de cerámica de un Zurbarán, por sólo mencionar algunos ejemplos notorios de la historia del arte.

Miguel Ángel Victorica, la sustracción material de Miguel Domede, la estructura compleja de Domingo Candia, artista que merecería una revisión con mirada contemporánea, la sugerencia de Domingo Gatto, pintor oculto, la construcción de un Fortunato Lacámera y un Pablo Suárez lacameriano.

Es imposible referirse a la totalidad de las obras expuestas pero no puede soslayarse el surreal, “Bife con cucarras” de Mildred Burton, el laconismo y a su vez la presencia de un vaso de Garabito, una sorpresa como “La mesa decorada con limones” de Héctor Nava (1875- 1940), artista que estudió con Eduardo Sívori y residió muchos años en Roma y París. La sensualidad colorística de Luis Centurión de “Naranjas”, “naturaleza con frutas”, “Damajuanas y Botellas”, la humildad de la atmósfera interior en Juan Eichler y la de las tasas, frutas o damajuanas de Juan Otero, la alegoría de Guillermo Roux, la influencia europea en Graciano Mendilaharzu, la resolución frontal de una mesa de Antonio Seguí, obra monocroma y texturada de los 60.

Cómo no sonreír ante la ironía de “La cafetera” y “Le chat que regarde le poison”, dos acuarelas excelentes de Fermín Eguía, deleitarse ante la levedad de José Luis Menghi, la densidad metafísica de Horacio March. Pintores de diversas corrientes y períodos de nuestra pintura, con características que los identifican ante un tema que trataron con austeridad, con respeto, sin la intención de sorprender, de manera quieta, que es así como llega al que las contempla así como al que las coleccionó a lo largo del tiempo.

Publicado por Ámbito Financiero 20/04/07


Laberinto de miradas a lo urbano y rural

 

Las muestras de Imago- Espacio de Arte- Fundación Osde se caracterizan por su exhaustiva investigación y carácter reflexivo. Así sucedió con “Cuerpo y materia”, “La vida de Emma- Taller de Spilimbergo”, “Premio Osde”, “Proyecto Federal- Córdoba en Buenos Aires”.

“Pampa, ciudad y suburbio” con la que se inicia el ciclo 2007, constituye una extraordinaria aproximación a temas propios, abordados desde la perspectiva de los artistas viajeros con sus litografías y cartografías, pasando por un vasto arco pictórico hasta los medios electrónicos actuales. La selección de casi 80 artistas a cargo de Laura Malosetti Costa- curadora de la muestra y autora de los textos del catálogo- propone “confrontar la vivencia íntima y sensible del entorno con los discursos de la patria y el llamado “paisaje nacional”, plantar diálogos y continuidades, contrastes, conflictos, problematizar la percepción y representación del lugar propio y de la distancia, la perspectiva que permite captar la inmediatez y la inmensidad”.

El recorrido evita tanto el encasillamiento histórico como el de las técnicas empleadas, y si de confrontación se trata un ejemplo es “Piquete en los bajíos de Barragán” (2001) impresión sobre polivinílico de Leonel Luna, un conjunto de autos a manera de protesta en medio de la llanura y un pequeño óleo sobre madera, “La vuelta del malón” (ca. 1890), de Ángel Della Valle.

Esta suerte de zapping de la mirada, en esta ocasión muy positivo dada la intención y el contenido de la muestra, nos lleva en el núcleo “Ciudad” a esa visión minuciosa desde el río del alemán Roberto Lange (ca. 1855), litografías de carácter documental, hasta la muy protagónica en “Miércoles soleado” o “Jueves tormentoso” (2000), óleos de Carlos Alonso.

En este núcleo se destaca la poética instalación fotográfica específica para el sitio- 24 copias- “Horizonte en cúpula” (2007) de Martin Bonadeo.

El plano topográfico de la provincia de Buenos Aires dedicado a Juan Manuel de Rosas (Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio Saavedra) por John Arrowsmith en 1840, miembro de una familia que dominaba el mercado de los mapas en Inglaterra, convive con la subjetiva cartografía de Kuitca, el registro azaroso de Macchi, la asfixia laberíntica de León Ferrari y la video instalación interactiva situada en el ascensor ¿, un sofisticado registro de control, medición y vigilancia que actualmente se puede ejercer sobre el ciudadano y su hábitat, de Graciela Taquini.

No podían faltar las utópicas ciudades de Xul Solar, las claves secretas de los collages de Nigro, o el delirio de grandeza en las de Daniel Santoro. La ciudad crece, el paisaje se modifica, Pío Collivadino pinta la periferia, Horacio March registra la melancolía, Horacio Coppola y Grete Stern fotografían arquitecturas que devendrán emblemáticas.

La Boca: tema fascinante para Lacámera, Pacenza, Daneri, Lazzari que la trataron de manera intimista opuesta a la exuberancia quinqueliana, la visión crítica de Gabriel Salomón con sus chimeneas de zinc, la violencia en las fotos de Juan Travnik en la notable “Humo” (pólvora sobre tela) de Tomás Espina, los enfrentamientos callejeros en la heliografía de Graciela Sacco, la villa miseria que Berni tima como tema a fines de los 50, y las fotos recientes de la miseria más extrema que rodea a la ciudad de Cristina Fraire.

El núcleo “Pampa” no es solamente el paisaje idílico, pintoresco, la llanura apacible. Remite a guerras, a travesías dolorosas, a conquista a sangre y fuego, a la aparición del ferrocarril, una joyita perteneciente al Museo Histórico Nacional es la obra de Eduardo Serruti, miniaturista y retratista nacido en Génova, radicado en Buenos Aires en 1887, “Inauguración del Ferrocarril en la República Argentina: Pasageros (sic): Mitre, Vélez Sarsfield, Obligado, Lavallol, Alsina, Ingeniero Alem”.

Es interesante detenerse ante el conjunto de artistas incluidos en “La Pampa domesticada”: Walter de Navazio, Malharro, Ramón Silva, mirada centrada en los problemas lumínicos así como ciertos paisajes texturados de Policastro. “Horizontes”, “Cielos”, “Pastizales” son divisiones fascinantes. Hallazgos como las apaisadas acuarelas en la más pura tradición inglesa de Thomas Gibson, un escocés que se radicó en 1825 en lo que es hoy General Lavalle con un título tan explícito como, por ejemplo, “Las Pampas. Extraña aparición provocada por el humo proveniente de alguna parte a la caída del sol”. Esta obra tiene su correlato con la serie de Miguel Ocampo de 1981 o la línea de fuego de la toma directa de Juan Doffo de 1999 en Mechita, su pueblo natal, la fotografía panorámica de Esteban Pastorino (2001) o 2Itinerario hacia el humo” fotografía sobre papel metal (2005/6) de Matilde Marín. Si de cielos se trata, la atmosfera luminosa de Prilidiano Pueyrredón, la tinta sobre papel “Pampa y cielo” (1962) de Berni que ilustra la tapa de catálogo, los ominosos cielos de Stupía, las constelaciones de Pesce, la visión arrebatada de Noé.

La famosa frase que describe a la pampa como un “océano de pasto” ha inspirado a varios artistas como Marina Curci, Jorge Macchi, Jacques BWEDEL, Juan Travnik, Sol Aramendi y su video instalación, así como la muy atrapante instalación sonora y lumínica de Mónica Millán, “Picnic a orillas del Paraná”. Una muestra imperdible que permite la comparación y reflexión entre el pasado y el presente, que suscita la admiración por la creatividad de nuestros artistas y que constituye un verdadero goce estético.

Publicado por Ámbito Financiero 27/04/07


Garabito, un arte casi ajeno al tiempo

 

Ricardo Garabito (Trenque Lauquen 1930) vive y trabaja en Buenos Aires. Frecuento la Asociación Estimulo de Bellas Artes, concurrió al taller de Horacio Butler donde conoció al destacado crítico de arte Samuel Paz, recientemente fallecido, y a Samuel Oliver, ambos referentes críticos y mentores de su obra. En 1963,  hizo su primera muestra individual en Galería Rubbers, participo en muestras colectivas tanto en nuestro país como en el exterior, y en 1982 y 1998, se realizaron exposiciones antológicas en la Fundación de San Telmo y en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta respectivamente.

2Garabito, una retrospectiva” tiene lugar en el Museo Nacional de Bellas Artes bajo la curaduría de Victoria Noorthorn y abarca obras de la primera exposición mencionada que, según el artista, “estaban influenciadas por la pintura popular, cierta pintura ingenua, el estudio del Románico, del Giotto, Rouault, los abstractos como Alechinsky y Ben Nicholson”, hasta aquellas correspondientes a los comienzos de la década de 2000.

El recorrido de la exposición hace reflexionar sobre una constante: Garabito no es artista  de los 60, de los 70, de los 80 o de los 90- clasificaciones que en algunos casos es conveniente para ubicar al artista- sino que su obra, hoy, 2007, vista en retrospectiva, es atemporal. Personajes urbanos y objetos cotidianos que al comienzo realiza sobre hardboard son otra constante hasta hoy; el laconismo de sus títulos “Maniquí, frutas y copas” (1966) o “Dos hombres, uno calvo” de fines de los 90.

Volviendo al recorrido de la muestra, es importante destacar como el descubrimiento de la obra del rosarino Augusto Schiavone (1893- 1942) lo induce a depurar y simplificar los espacios. Aparece entonces, un personaje único, frontal, desplazado del centro del cuadro, una pintura más refinada a causa del empleo del óleo y un dibujo preciso, por ejemplo: “Hombre con camisa rayada” (1968). Como lo señala Noorthorn en “Charlas con Garabito”, la prensa le presta atención es época de premios y compra de sus obras por parte del Museo de Arte Moderno y del Museo de Bellas Artes, del Museo de Austin (Texas, EE.UU), del Chase Manhattan Bank; fue lo que es dado en llamar “un pintor exitoso”.

Hacia los 70 Garabito realiza una serie de muebles “inútiles” de carácter metafísico, figuras en pose expectante, teatral, y el crítico Damián Bayón refiriéndose a una obra expuesta, “Siete figuras” (1971), la describió como “un conjunto de jóvenes atildados, recortados contra fondos blancos y neutros que no quieren decir lo que proclaman; al espectador no se le regala la clave para descifrarlos, sólo debe contentarse con el refinado malestar que producen”. 

Hacia fines de la década repite sus personajes de a dos, “Los Rojos” o de a tres “Cecilia”, este último un verdadero capolavoro que bordea el expresionismo en los rostros y que cuestiona la verdadera identidad del personaje.

Comienzan a espaciarse las exposiciones, en los 80 continúa su narrativa pero la pincelada de los fondos se vuelve más gestual, apela a ciertas citas de la historia del arte. Hacia los 90, muy irreverente, jerarquiza un balde de plástico que lo va a convertir en eje de varias de sus obras, sobre todo por su pregnante color, “Fuentón verde” (1996), un verde vibrante sobre un paño rayado en blanco y rosa fuerte: hay que atreverse con semejantes opuestos en pintura. También realizo esculturas en cartón cuyo suave color atempera su carácter erótico- vegetal.

Posteriormente a la exposición del Centro Cultural recoleta, sus “naturalezas muertas” están compuestas de envases y productos de almacén, muy asordinadas, despojadas; la pintura lisa, por ejemplo “Mercadería con 8 ciruelas” (2003). Refiriéndose a ciertos cuadros, entre ellos, “Retrato de Nini”, el artista dice: “No hay teatro o actuación sino gente que posa sabiendo que están posando, el clima es más calmo… quizás el reposo de los años”.

Garabito no figura en la nómina de artistas en circuitos institucionalizadores que deciden el antes o el después; es un artista secreto por elección propia. 

Bienvenida entonces la publicación de un libro durante la muestra, que ampliará el conocimiento sobre la obra, proyecto de Teresa Grüneisen de Maronese, charlas con Garabito y reproducción de sus obras.

Publicado por Ámbito Financiero 11/05/07


Comienza hoy en Ushuaia la Bienal del Fin del Mundo

 

Desde hoy y hasta el 30 de abril, Ushuaia es la sede del Bienal del Fin del Mundo que coincide con la apertura oficial del Año Polar Internacional que se realiza cada 50 años. Bajo el lema “Pensar en el fin del mundo qué otros mundos son posibles”, la bienal se propone estimular la conexión de los Polos Sur y Norte a través del arte, la tecnología y el medio ambiente se constituyan como ejes de reflexión articuladores del discurso estético.

La iniciativa pertenece a la Fundación Patagonia- Arte y Desafío cuyos directores Alberto Grotessi Errazu y Guillermo Ferreiro y la Fundación Memorial del Parlamento Latinoamericano de San Pablo, Brasil, convocaron como curadora general a Leonor Amarante (Brasil), la curadora adjunta Ibis Hernández (Cuba) y a las argentinas Corinne Sacca Abadi y Florencia Battiti. Entre los participantes que confirmaron su presencia, está Alexis Leyva Machado (Cuba), conocido internacionalmente como Kcho, que ha realizado una intervención en la Casa Beban, uno de los doce espacios elegidos para la Bienal. “La guerra del Fuego” es del Grupo BGL (Canadá), país que tiene una importante participación, ya que Guy Morrison, experto en aves migratorias estará presente en la presentación del proyecto de los argentinos Fernando Goin y Edith Matzen Hirsch acerca del Playero Rojizo (calidris canutus rufa), que se desplaza desde el Ártico canadiense donde anida hasta Tierra del Fuego. Alumnos de la zona y de Buenos Aires enviaran sus pinturas convertidas en postales a sus pares de Canadá.

Del brasileño Alex Fleming, radicado en Berlín hace 20 años; se exhibe “Monumento a los náufragos”, mientras que en celdas del ex Presidio, hoy convertido en museo, su compatriota José Rufino, emplazo una instalación consistente en camas que irán sufriendo modificaciones.

Fred Forrest (Francia), muestra en ese mismo espacio su video- proyección sobre la preservación de la Naturaleza.

Además de Los Carpinteros (Cuba), Santiago Sierra (España), artistas de Finlandia, Italia, México, Noruega, Paraguay, Perú, Uruguay, Colombia, Chile a los que también se suman importantes artistas argentinos.

Entre ellos, León Ferrari con sus collages “L’Observatore Romano”, Luis Felipe Noé con dos grandes pinturas referidas a las urgencias ecológicas que responden al eje temático de la Bienal.

Joaquín Fargas ha realizado un girasol de cinco metros cuyos pétalos registran los cambios meteorológicos que se reportan a una central. Esta flor, será la primera de una serie a instalarse en once puntos estratégicos del planeta y que estarán interconectados. Charlie Nijensohn, residente en Alemania, exhibe una instalación realizada en el Polo Norte mientras que Andrea Juan, actualmente en la Antártida por cuarta vez, mostrara el video de una performance realizada en medio de la tormenta y que forma parte del proyecto “Metano”, relacionado con la aparición de partículas  de gas en la superficie Antártica producidas por el cambio climático.

A este proyecto se sumas los canadienses Lorraine Beaulieu y Philippe  Boissonet, que han recorrido el mar de Weddell con el rompehielos Irízar y donde han registrado los sonidos de los hielos, los mares y los vientos. El grupo Desborde, artistas de Ushuaia, entre ellos, Sonia Cortéz, Adriana Opacak, Adriel Ramos, Mónica Alvarado, han montado una casa sobre trineos que tiene que ver con el nomadismo originado en la historia reciente de una ciudad que, según el censo de 1991, en pocos años pasó de 5.000 a más de 60.000 habitantes, la gran mayoría llegados de diferentes provincias argentinas.

Clorindo Testa ha coloreado algunas áreas de la ciudad así como contribuido a la renovación arquitectónica de algunas instalaciones. Jorge  y Lucy  Orta, presentaran “Aldea Antártica”, una video instalación ya emplazada en la base científica Marambio compuesta por carpas, bolsas de dormir, banderas e inscripciones correspondientes a la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.

En general se trata de 65 proyectos realizados por creadores provenientes de 17 países y como dato curioso, se ha registrado que 44 por ciento de los artistas participantes son mujeres. Todos artistas que han reflexionado sobre las tensiones entre geopolítica, ecología, ética y economía y que ocupan el ya mencionado antiguo presidio, la planta industrial CM- Renacer (Ex Aurora), La casa de la Cultura, Casa Beban, el aeropuerto internacional, el puente peatonal, el Paseo de las Rosas, la Bahía Encerrada, plazas y la Laguna del Diablo.

 

                                                                              Publicado por Ámbito Financiero 18/05/07


Muestra y homenaje a Mariana Schapiro

 

Mariana Schapiro (1959- 2006), fue discípula de Distéfano, Heras Velazco, Michel, Larreta, eximios escultores con quienes realizó experiencias en talla directa. Pero no fueron los materiales tradicionales con los que se sintió más consustanciada aunque, por supuesto, no lo desdeñó a lo largo de su carrera. Sus esculturas, despojadas de toda realidad, provocaban y provocan, una sensación que oscila entre lo provisorio y lo definitivo, con una vuelta de tuerca lúdica con piezas intercambiables.

Siempre se caracterizó por su constante evolución que obligaba a agudizar nuestra mirada. Recordamos una muestra realizada en 2002 en el Centro Cultural Recoleta, un “verdadero mar de lágrimas”- no podía ser de otro modo dada las circunstancias vividas en esos momentos por los argentinos-, en madera, piedra, metal, caireles, tubos de plástico, cables de acero, terracota, látex, textos de Braille, sogas, hilos de bordar. Materiales disímiles rigurosamente combinados poniendo a la escultura fuera de los límites instituidos.

En la muestra de Galería Empatía (Carlos Pellegrini 1255), que había sido planeada con la artista pero que se convierte en homenaje debido a su fallecimiento, se exponen obras realizadas entre 2000 y 2006, inclusive cuando luchaba contra su enfermedad. Destacamos la cualidad Zen de “Vaivén”, madera y chapa de hierro (2004), “Paisaje con tres”, fundición de hierro, madera y mármol negro (2001). De esa muestra de 2002 se encuentra 2Lágrimas de plata” de la serie “Los llorones”, dos círculos de madera de los que penden lágrimas de estaño y una versión bordada sobre bastidor con reminiscencias orientales. “Giros, volteretas y cabriolas”, maqueta de la obra con la que gano el Premio Región Metropolitana de Escultura 2006 (Fundación Osde), ensamble de maderas laminadas que acentúan su levedad. Ganadora también en 2006 del Gran Premio Adquisición del Salón Nacional por “El mar que lo trae”, escultura yacente, en la que se combina la levedad de las olas y la sólida presencia del tronco (tronco de alcanfor y multilaminado), aquí se exhibe el desarrollo de una versión titulada “El mar que lo envuelve”.

Desafiando siempre los materiales, trabaja con venecitas de colores brillantes, “Husos” (2005), un juego de palitos chinos de gran tamaño que penden del techo, algunos aparecen desparramados por el suelo, los “Laberintos”, en madera calada y carborundun (2005), la severidad de las “Cajas porosas”, formas en madera de medidas varias, formas en madera de medida varias, agrupadas, atravesadas por agujeros que como lo señala María Teresa Constantín en el texto del catálogo, “quizás la porosidad del propio cuerpo que no podía doblegar”.

 Publicado por Ámbito Financiero 25/05/07


La emblemática galería Rubbers celebra 50 años

 

La Pinturería Rubbers que abrió sus puertas en 1949, estaba situado en la calle Talcahuano entre Santa Fe y Arenales. Su dueño, Natalio Povarché que había incursionado en una agencia de publicidad donde conoció a importantes ilustradores, inicia una cálida amistad con Rafael Squirru.

De sus conversaciones con el ya destacado crítico de arte nace una fuerte curiosidad que más tarde se convierte en una verdadera vocación, acrecentada por la frecuentación de artistas como Xul Solar, Leopoldo Presas, Norah Borges, Battle Planas, Raúl Russo, entre otros. En 1956 cierra la pinturería, abre allí su primera galería de arte con el nombre de Rubbers y en junio de 1957 inaugura la exposición “Pintura Mágica” con obras de Xul Solar, Lino Enea Spilimbergo, Norah Borges y Battle Planas.

Pasados 50 años, Rubbers es un nombre emblemático en el panorama de nuestras artes ´plásticas, los celebra con la misma energía inicial y entre sus virtudes, un ojo alerta para detectar talentos ya que por sus salas han pasado los que hoy son figuras de renombre.

 

Mutaciones

 

Hubo varias Rubbers. En los ’60, Florida 919, al lado de la mítica Galería Wildenstein, cuando Florida era una fiesta y una cita sabatina obligada.

Allí expusieron el uruguayo Páez Vilaró, Rogelio Polesello, se realizó la primera exposición de Emilio Petorutti, con obras de 19125/ 1939 en la que se vendió “La copa verde gris”, Alfredo Hlito, Roberto Aizenberg, Juan Grela, Noemí Gerstein, Carlos Cañás, leo Vinci, el colombiano Omar Rayo y juntamente con Leo Castelli de Nueva York, la primera exposición de Andy Warhol en la Argentina en 1965.

En 1966 expone a Fernando Botero, lleva a Nueva York una exposición de diez artistas de su galería, invita a Distéfano a exponer los osados relieves de poliéster, Benedit se agrega al staff de pintores así como García Rossi que vive en París, miembro del Groupe de Recherche d’Art Visuel y se realiza la primera instalación en Buenos Aires de Antonio  Berni: “La Caverna de Ramona”.

Otra mudanza, Florida 935, tapizada de negro, toda una innovación para la época, frente al Instituto Di Tella, una cuadra que representó la explosión cultural del momento, que se inaugura con Nicolás García Uriburu recién llegado al país después de teñir de verde las aguas venecianas. Allí se rinde homenaje a Luis Leloir por haber recibido el premio Nobel con un concierto de la Camerata Bariloche, se celebran los 50 años de El Gráfico y se invita a los artistas a pintar una obra sobre el futbol. El tango no le es ajeno y los artistas también pintan temas de Piazzolla y Ferrer con prólogo de Ernesto Sábato. Suipacha 1175 se inaugura con una notable muestra de Raúl Soldi; Petorutti venía de París a Buenos Aires para cada exposición, de la misma manera que lo hace Antonio Seguí, que vive en Paris, otro artista exclusivo de la galería y de cuya amistad se cumplen 40 años. La lista de artistas sería interminable pero no puede soslayarse la presencia de un famoso escultor español, Miguel Berrocal, presentado por Federico Fellini, las obras de Alicia Penalba, Torres García, Figari, Macció, Marta Minujín.

Llegamos a 2003 y a Avenida Alvear 1595, que se inaugura con una retrospectiva de Antonio Berni.

Pero uno de los proyectos, hecho realidad más querido por Povarché es la Fundación Pan Club y la creación del hermoso museo dedicado a la obra de Xul Solar, artista al que actualmente se dedican importantes muestras en museos internacionales, gracias a la importante labor de investigación y publicación de libros y ensayos realizadas por especialistas argentinos y extranjeros. A la lista de artistas, hoy consagrados, Rubbers también integra a su galería nombres contemporáneos, entre ellos, Tulio de Sagastizábal, Eduardo Médici, Jorge Gamarra, Gabriel Salomón, Liliana Golubinsky y, lo que es un clásico, el cierre de la temporada con una muestra de Luis Felipe Noé.

Para celebrar este aniversario tan importante de un marchand que desde hace 50 años contribuye a la difusión del arte argentino se edita un libro- catálogo que ilustra la actividad de esta galería en el orden nacional e internacional cuyo texto está a cargo de Luis Felipe Noé, que también cumple diez años como artista exclusivo de Rubbers.

Publicado por Ámbito Financiero 1/06/07


 Inabarcable abanico de muestras en Nueva York

 

Nueva York- Es todo un desafío tratar de resumir en pocas líneas la actualidad artística neoyorquina, inabarcable por la cantidad de muestras, de gran calidad en buena parte de los casos, tanto en museos y galerías. Por supuesto que muchas de estas últimas no escapan al trash art (arte basura) que ya sede el título “Beneath the Underdog” o “Debajo del desvalido” hace pensar en una crítica al sistema. Pero desde la entrada es sólo un conjunto de elementos que nada tiene que ver con nada, por ejemplo, un gigantesco pene en resina anaranjada en cuya parte posterior y cabeza abajo aparece el rostro de Balzac a la manera de Rodin o el piso de las seis salas todo derruido a propósito, con otro pene encajado en un zapato como un único objeto, planchas de vidrios rotas, amén de otros objetos, todo dejá vu, para nosotros, vulgar, disparatado y carente de contenido.

Mejor refugiarse en el Metropolitan que ha renovado la presentación de sus excepcionales colecciones de arte griego  y romano por las que ahora no se pasa oceánicamente sino que invitan a la contemplación y así descubrir muchos de los fundamentos de la modernidad. En la terraza están Frank Stella (1936) cuya obra gráfica se presentó recientemente en el Malba, y que continúa traspasando los límites de la pintura hacia unas esculturas en escala monumental en acero inoxidable y fibra de carbón, una de ellas en un negro absoluto, una caligrafía escultural, una “jaula estructural”, paredes curvas, un desafío espacial de un artista que confiesa 2fui llevado a la escultura gracias a los relieves pintados. Ahora no puedo dejar de pensar en la arquitectura”.

La exposición continua en otra sala del Museo y como su título lo indica “Painting into Architecture”, hay maquetas de proyectos realzados en distintas ciudades y los no realizados como la del Museo Malba; 25 pinturas, algunas pertenecientes a su período del Op Art; relieves; dibujos; “Severinda” (1995) una monumental pared de Fiberglas con grabados de colores brillantes realizados por computadora, quizás una sala demasiado pequeña para albergar tan disímiles propuestas.

¿Quiénes eran los hermanos Clark? Robert Sterling (1877- 1956) y Stephen Carlton (1882- 1960), herederos de la fortuna amasada por el imperio de la máquina de coser Singer cuya relación se quebró a golpes de puño hacia 1923 por una disputa a raíz de la distribución de la herencia. Nunca más se hablaron pero ahora sus colecciones se presentan juntas por primera vez. Robert Sterling se dedicó a los grandes maestros y algunos impresionistas aunque puso un punto final en Cézanne. Compró 39 obras de Renoir, entre ellas, “Blonde Bather”, un retrato de la esposa del pintor de 1875 además de Millet, Manet, Degas, Corot. Su interés era formar una colección discreta, palabra que tiene que ver con su bajo perfil y que constituye el “Sterling and Francine Clark Art Institute” en Williamstown, Mass, inaugurado en 1955.

 Stephen Carlton era más osado en sus gusto pero además de compras obras de los autores mencionados, entre las que se destaca la de Manet “Young woman reclining in spanish costume” (1862/3), una suerte de homenaje a Goya y también a la “Olympia”. Ambos  compraron obras de los americanos Sargent, Remington y Homer. Sterling poseyó más de 200 pinturas de este autor, Stephen fue un entusiasta mecenas  de Edward Hopper de quien donó al MOMA el famoso “House by the Roadrail” de 1925. También se entusiasmó  con Picasso y Matisse, a los que Sterling consideraba “malos pintores e impostores”. No se incluyen obras de El Greco, Veronese, Frans Hals, Constable, Courbet, entre otros, que ambos hermanos coleccionaron, en suma, una muestra fascinante no sólo por la anécdota familiar y calidad de las obras sino también por su visión como coleccionistas.

Por otra parte, y como prueba evidente de que todavía hay mucho para investigar sobre Van Gogh, es imperdible la muestra que se exhibe en la Neue Gallerie: “Van Gogh y el expresionismo”, es decir, su influencia en los artista s alemanes y austriacos que recién conocieron su obra después de 1901 cuando Max Pechstein lo consideró “el padre de todos nosotros”. Para Kandinsky marcó el camino hacia la abstracción, para Kokoschka, una tradición figurativa basada en el gran arte humanista del pasado y la agudeza de sus retratos psicológicos.

Aunque Erich Hechel ya experimentaba con la pincelada vibrante y cortada encontró en él un nuevo sentido del drama visual. Kirchner y otros artistas de Die Brücke estaban fascinados por su técnica. Emil Nolde se comprometió con Van Gogh a un nivel espiritual al tratar, como su mentor, de “comprender aquello que está en la esencia de las cosas”. Egon Shiele estaba impresionado por la profunda intensidad espiritual que emanaban sus obras. Obras de estos artistas además de las de Marc, Macke, Jawlensky, Rothluff, Otto Dix, expuestos de manera que el público pueda establecer comparaciones.

Queda mucho en el tintero: Picasso y Braque, Tony Cragg y sus últimas esculturas, Richard Serra y una extraordinaria retrospectiva en el MOMA que deja sin aliento por su mentalidad, interesantes propuestas fotográficas y escultóricas de artistas chinos, un artista alemán nacido en 1960, Neo Rauch, un realista turbulento y turbador. En fin, una apasionante experiencia para los amantes del arte.

Publicado por Ámbito Financiero 22/06/07


 Guzmán: otra forma de lo clásico

 

Llama la atención a quienes siguen la trayectoria de Lorena Guzmán (Córdoba, 1978), su inclinación actual a una escultura con reminiscencias clásicas y de excelente realización. Guzmán ha expuesto en San Petersburgo, Londres, Barcelona, y en nuestro país (Museo Sívori, Centro Cultural Recoleta, ArteBa 2005 y 2007) una instalación titulada “Un laberinto para un minotauro”. En 2005 fue convocada para el Patio de Esculturas de Expotrastiendas en el que presentó “Leda”, perteneciente a su serie Mitologías, realizada en resina de un blanco purísimo, una visión teatral y barroca de la mitología amante de Zeus que se metamorfoseó en cisne.

El clasicismo griego en el que Guzmán se apoya, podría parecer congelado si la artista no le hubiera dado un golpe de tuerca. Es así que si bien toma en esencia ciertas figuras representativas de la mitología, ella las subvierte, las transgrede a través de una vegetación muy usada por los simbolistas; los rostros de apariencia cándida y tierna pero con un dejo de sutil perversión se mezclan con otros de carácter irónico, y aparecen animales simbólicos como la tortuga sobre la que Baco está sentado.

En su actual muestra, “El amor según Lorena”, en la Galería Vasari /ESMRALDA 1357), Guzmán nos hace recorrer parte de la historia del arte a través de las figuras monstruosas de gárgolas medievales, del refinamiento de un Cánova o un Rafael, pero, insistimos, citados, no copiados. Las obras unidas logran crear una atmósfera de belleza inquietante por la ambigüedad con la que Guzmán encara su quehacer escultórico, uno de los méritos del artista. Otro, no menos importante, es la invitación a aguzar la percepción para ahondar en el espíritu de las obras.

 

Sobre papel

 

Muy estimulante es la muestra que se exhibe en el Espacio Contemporáneo del Centro Cultural Borges. Los artistas convocados por los curadores Lucrecia Urbano, Ezequiel García y Laura Spivak, curadora principal de este Espacio en el que ya se han realizado 22 muestras, trabajan con el papel y sobre el papel. “Besando ranas”, tierno y gracioso título que alude a la famosa fabula en la que un sapo se convierte en príncipe, es en cierta manera la actitud de los artistas que manipulan este elemento ancestral y cotidiano para convertirlo en una expresión artística.

Destacamos la sensibilidad y refinamiento del dibujo “Llueve, no para de llover” (2006), lápiz sobre papel con papel recortado y lápiz color de Mónica Millán, artista misionera que trabaja en la recuperación y recreación de tejidos tradicionales y todo lo relacionado con el monte de su provincia natal.

Andrea Moccio expone una instalación (2003) con guirnaldas de papel de guías telefónicas con la creatividad que la identifica. Recordamos su última presentación en Estudio Abierto cuando una oficina del Correo Argentino estaba invadida por un “mar” de papel.

Andrés Paredes cubrió una columna blanca del Espacio con una delicada filigrana  en papel calado negro. Cristian Segura y sus “Libros recortados”, una impecable maqueta del Museo Castagnino de Rosario que admite varias lecturas, entre ellas, cierta  ironía sobre el rol que ocupa el museo en la ciudad. Tomás Espina presenta “Muaré” (2005), pólvora sobre papel, elemento con el que se identifica su trabajo.

Este artista toma fotos de los diarios, las amplía y las pinta con pólvora en alusión a la violencia en la ciudad. Descubrimos a Eladia Acevedo, artista rosarina que trabaja con papel procesado en un soporte de madera esmaltada, una geometría rigurosa y obsesiva. También Manuel Amestoy encierra en una caja vinílica papeles de colores recortados a manera de cascada.

Integran la muestra, además, Eduardo Basualdo, Lorraine Green, Uschi Gröeppel, Sofía García Vieyra, que responden a la idea curatorial de recorrer un jardín de papel en el que los artistas encuentran su poética.

 

María Grazia Fill

 

También en el Centro Cultural Borges expone María Grazia Fill “África, América, un discurso”. Son muy antiguos el interés y la curiosidad por África que se remonta al siglo XV cuando los occidentales pudieron penetrar en el continente, interés que tuvo sus altibajos a lo largo de la historia.

A partir de 1896, se compraban “fetiches negros” en Paris provenientes de las colonias de los países europeos hasta que en 1905 un importante grupo de artistas, entre ellos, Vlaminck, Derain, Matisse, Nolde, Braque, Picasso y Kandinsky, comenzaron a coleccionarlos.

Arte “negro”, “salvaje”, “primitivo”, “colonial”, diferentes apelativos, que estos artistas comenzaron a mirar con una actitud independiente de toda referencia y para los que constituía un hecho plástico.

Así es para Fill, que ha encontrado en este arte la magia, el ritmo de las formas para ensamblarlas con el arte de América, una simbiosis que la artista ha vivenciando a través de sus viajes y prolongadas estadías en lugares a fines a estas culturas. Su aproximación no es de carácter exótico ni folklórico sino de respeto al establecer con sus tintas- color un delicado equilibro para su discurso visual.

 Publicado por Ámbito Financiero 26/07/07


Marcos Acosta exhibe perturbadores paisajes

 

Marcos Acosta (1980), discípulo, entre otros, del maestro Carlos Peiteado, es egresado de la Escuela de Artes de la Universidad de su Córdoba natal y ha realizado exposiciones colectivas e individuales. No obstante su juventud ha recibido numerosos premios y distinciones en salones de artes visuales en la Argentina, por ejemplo, Segundo Premio A.A.G.A. Asociación Argentina de Galerías de Arte en la Fundación Klemm, “Navidad 10 Artistas- 10 miradas”, muestra censurada y clausurada por el Gobierno Municipal de la ciudad de Córdoba, participó en “Argentina Pinta Bien” (Centro Cultural Recoleta, 2005) y, en 2006, participó de una importante muestra de pintura, grabado, dibujo, instalación y objeto –período 2004/06- en el Centro de Arte Contemporáneo de Chateau Carreras.

Actualmente expone en Buenos Aires “Monte Arriba” en el Palais de Glace (Posadas 1725, hasta el 26 de agosto), pinturas que aluden a un paisaje explícito en el que se combinan recuerdos de viaje por el norte argentino, las salinas, el bosque chaqueño, Tafí del Valle, bosques, selvas, el paisaje mineral de Cafayate.

Todo este conjunto de visiones se mezclan para dar lugar a una narración desprejuiciada, arrolladora, vertiginosa. Por supuesto, una interpretación subjetiva que no encaja en la mirada turística o exótica y que tampoco roza el naturalismo.

Acosta ha marcado un territorio, a veces fantástico, como es el de instalar una geometría que atraviesa el abigarrado monte para terminar en la nada, por ejemplo: “Fin de ruta” (2006), un tríptico de 203 x 610 cm. Con un talante semejante se permite instalar una piscina, es decir otra forma geométrica, azul celeste, a manera de vacío que interrumpe la forma montaña o roca de pinceladas abigarradas, un clima ominoso sobrevuela esta obra titulada “Paisaje Hombre” (2007).

Acosta puede pasar con solvencia de un cromatismo de intensos rojos en “Fin del día” a los rosados de “Ruta a Catamarca”, o a los fríos de un paisaje invernal. Manchas, líneas, formas geométricas, el trazo nervioso con el que puede “armar” un bosque, la pincelada fugaz, conflictos cromáticos, obra visceral, arriesgada que, afortunadamente, perturba y desafía la percepción del contemplador.

La muestra se compone de 20 pinturas, en general, de gran tamaño y 20 dibujos (tinta y lápiz, tinta y collage sobre papel) en los que concentra sus variados recursos plásticos.

Florencia Levy

En una sala, varios cuadros de un blanco impoluto al que una gama que lleva al beige –una geometría mínima que remite a puertas y aberturas- impide el arriesgado blanco sobre blanco. Excelente realización, pictórico rigor formal de acrílicos y esmalte sintético sobre tela pero Florencia Levy no se queda allí. Hay más, un video que no sabemos si es previo a la pintura o viceversa pero que dialogan y se complementan plásticamente.

No importa. Este revela un deambular por departamentos vacíos, a estrenar o dejados por sus antiguos dueños o inquilinos.

Todo es blanco, enfatizado por la luz, una cámara inquieta que recorre el lugar mientras una voz en off alaba las posibilidades y virtudes, diríamos, inexistentes del inmueble que ha sido promocionado como “Tres ambientes a estrenar- todo luz y solver de 14 a 18”.

En otra sala el registro es diferente. La cámara se mueve por departamentos, en realidad, habitaciones amuebladas, ropero, cama, con colcha floreada, mínima mesa y silla, ventana también mínima por la que jamás entra el sol. Esta vez una voz nos trae a la realidad acerca de una franja social móvil que quizás no acceda jamás a la casa propia.

Pero no es político- social lo de Florencia Levy de quien no poseemos dato previo alguno. Quizás un testimonio de sus propias vivencias que las expone a manera de pantallazos sin caer en lo rutinario.                                                                                

Publicado por Ámbito Financiero 3/08/07


Doffo reformula el concepto de paisaje

 

La muestra de Juan Doffo en Galería Rubbers confirma una vez más que es el resultado del proceso lento, meditado, de un artista que no se dejó tentar por el canto de sirena de popularidades tempranas.

No puede incluírselo en la lista de aquellos que fatigan y se fatigan en múltiples salones, premios, exposiciones aquí y allá, presionado por producir sometiéndose a las leyes del mercado. Tampoco puede decirse que es un “artista que ha llegado a la madurez”, ya que su obra es un recorrido por distintas etapas en las que se produjeron cambios profundos a medida que dirigía una mirada introspectiva a su propio ser y al mundo que le toca vivir. Por eso, esta muestra es un aprendizaje para aquellos que se autotitulan artistas por el sólo hecho de haber concurrido a algunos talleres para exponer rápidamente sin autocritica alguna.

Diecisiete obras de gran formato realizadas entre 2005/07 como siempre, paisajes, en realidad, un paisaje, el de Mechita, su pueblo natal. Una pequeña población, una calle principal con típicas casas traídas de Inglaterra con techos para que la nieve se deslice- una ironía para la inmensidad y el clima de la llanura pampeana-, un enclave donde se reparaban máquinas y vagones del ferrocarril.

Con el tiempo llegó el abandono. Mechita casi desaparece hasta que Doffo la puso en el mapa, no geográfico sino en la esencia de una obra que roza lo metafísico. La imagen es casi siempre recurrente: un camino principal que se pierde en el horizonte infinito, las casas a su vera, el inmenso cielo y sus estrellas, el fuego que se observa lejano en los pastizales o el que el artista enciende.

¿Es siempre el mismo paisaje? Sí o no, porque Doffo lo ha transfigurado y cada obra presenta un problema diferente. Una geometría que aparece como una circunferencia atravesada por el fuego, por ejemplo, “Río infinito”, una bóveda celeste transparente, “Los cuatro cielos del hombre” que parece proteger este punto geográfico, el contraste cielo- tierra en “Sustancia de tiempo”.

Doffo es también un gran fotógrafo, disciplina que lo provee de ciertas artificios como el que aparece en “Arquitectura fugaz”, acrílico sobre tela. Doffo relata que un astrónomo le enseñó a detectar el sur celeste que no coincide con el geográfico y en ese punto giran todas las estrellas y planetas que se ven desde el Hemisferio Sur, por eso las líneas que cruzan este paisaje azul con sutiles grises, son las líneas del recorrido de las estrellas.

El fuego está presente en sus pinturas de los 80 así como en acciones relativamente recientes como en la que participaron los habitantes de Mechita encendiendo fogatas en la calle principal y que constituyó un ritual o el que lo tiene como protagonista de un incendio nocturno en la inmensidad del campo, todos registros fotográficos memorables.

Una obra de 2006 que se exhibe en la muestra es “El latido del fuego”, una grilla abovedada en la que algunas celdas están iluminadas por el fuego, alusión, sin duda, a ese fuego interior que le da sentido a su arte y que como bien describió Nietzsche, “el arte, lo que más posibilita la vida, el gran seductor de la vida, el gran estimulante de la vida”. Av. Alvear 1595, clausura el 4 de octubre.

Publicado por Ámbito Financiero 21/09/07


Bali prueba la fértil unión arte- tecnología

 

La coreógrafa Margarita Bali es sinónimo de videodanza en nuestro país y en el exterior. Trabaja en esta disciplina desde hace más de dos décadas, fue codirectora del emblemático grupo Nucleodanza y realizó creaciones para el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín. Por sus coreografías y obras multidisciplinarias le fue otorgada la Beca Guggenheim (1998), las Becas Antorchas y Alexander Onassis (2001), el Premio Limbo de Arte y Tecnología de MAMBA- Fundación Telefónica (2002) y, en 2006, el Premio Germaine Derbecq, por una mega proyección de video sobre la fachada del Palacio Pizzurno con bailarines en vivo y música sinfónica de Jorge Sad.

En 2006 también recibió el Premio Faena de Arte y Tecnología por “El acuario electrónico”, instalación que se exhibe hasta el 10 de septiembre en la Sala C de Centro Cultural Recoleta. Desde el ingreso en un ámbito oscuro donde el agua es protagonista, el visitante se siente atrapado, hipnotizado, por las imágenes en permanente mutación, que se repetirán en varios de los 10 módulos que deben recorrerse.

La temática de la instalación está basada en elementos de la naturaleza, filmados, recombinados, por ejemplo “Medusas”, que danzan voluptuosamente en el medio líquido y se mimetizan con los bailarines. 

Otra cámara proyecta caras distorsionadas y fragmentadas sobre supuestos objetos decorativos de cerámica.

“Living líquido” propone una alfombra por donde pasan peces de colores y se llega a un sofá y un cuadro donde se proyecta el mar y el permanente ir y venir de las olas en las que nadan o se abrazan un hombre y una mujer. La performance virtual “Desde el sofá”, un desarrollo teatral muy imaginativo mantiene en vilo al contemplador que espera un desenlace. En esta situación se enfatiza la comunicación, en realidad, la incomunicación, a través de escenas protagonizadas por una pareja cuya destreza corporal es asombrosa amén de la tecnología que permite simultaneidad de enfoques y superposiciones.

“Cuerpos interactivos” propone transformaciones e incrustaciones en tiempo real del cuerpo del propio visitante. Interacción, participación, inmersión en u mundo extraído de la Naturaleza que permite jugar con la fantasía, el humor, lo onírico, lo poético, acompañado por la música envolvente de Gabriel Gandin, afortunadamente sin estridencias, y que quisiéramos se prolongue antes de enfrentarnos a la realidad de la calle.

*En el Espacio Fundación Telefónica (Arenales 1540) se inauguró “Op- Era: El cuerpo como Interface” proyecto que pertenece a las artistas brasileñas Daniela Katschat y Rejane Cantón. La primera, doctora en Artes de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de San Pablo graduada en 2002, investiga relaciones cuerpo/espacio y sistemas digitales, sistemas adaptados y basados en comportamientos.

La segunda, obtuvo su Doctorado y Maestría en la Pontificia Universidad de San Pablo; se especializa en ingeniería de sistemas de realidad virtual, instalaciones interactivas con dispositivos de adquisición y manipulación de datos en áreas sensorizadas y automatizadas.

La exhibición incluye tres instalaciones interactivas que las artistas desarrollan en conjunto desde 1999. “Op- Era: Sonic Dimension” (2005) está diseñada como un instrumento musical. Un cubo negro abierto en uno de sus lados con tres paredes donde se proyectan las lindas que simulan cuerdas de un violín. Cuando se las toca, vibran y producen sonidos que varían según la posición de cada cuerda y la intensidad de la voz del participante.

“Op- Era: Haptic Wall” (2004) es un muro revestido de látex natural que produce estímulos táctiles a partir de datos sonoros captados por un conjunto de micrófonos. “Op- Era: Sonic Interface” (2006) está diseñada como una escultura sonora tridimensional.

A la manera de los “Penetrables” de Jesús Rafael Soto, entre más de un centenar de tubos transparentes se encuentran alojados pequeños altoparlantes que reproducen los sonidos captados a través de una serie de micrófonos. Estos están distribuidos hacia los 4 puntos cardinales y a diferentes alturas por lo que los sonidos se pueden oír según la disposición zonal.

Más allá de las especificidades de carácter tecnológico así como cierta terminología que exceden la comprensión del visitante no especializado, estas instalaciones audio-táctil- visuales son verdaderamente estimulantes. La conjunción de conceptos científicos y lo sensible provoca una experiencia cognitiva innovadora que revela, como en el caso de las dos muestras comentadas, que la relación entre lo tecnológico y el arte es enriquecedora. Hasta el 16 de diciembre.

                                                                          Publicado por Ámbito Financiero 28/09/07


Muestra homenaje a Martha Peluffo

 

En la Sala C del Centro Cultural Recoleta se presentan 40 obras inéditas de Martha Peluffo (1931- 1979), muestra homenaje a una protagonista de la escena artística de los “conrusantes”  años 60.

Alrededor de 20 de las pinturas expuestas estaban disgregadas en diferentes países de Latinoamérica y al cabo de tres años de intensa búsqueda, su hija, la actriz Verónica Llinás, las encontró en Colombia en el taller de Felisa Bursztyn, una íntima amiga de su madre, también ya fallecida.

Martha Peluffo integró hacia fines de los 50 los grupos Boa y Phases, liderados por el poeta Julio Llinás con el que se casa en 1959. Phases se presentó en 1963 en el Museo de Bellas Artes junto a más de 50 artistas, entre ellos, Alechinsky, Corneille, Jacques Lacomblez, los argentinos Chab, Langlois, Caride, Borda, Polesello, y el catálogo fue prolongado por omero Brest, Llinás y Jaguar, director de la revista surrealista del mismo nombre de París.

La obra de esa época, de carácter matérico, puede considerarse como una especie de adelantada del Informalismo. Participó en bienales y premios  de nuestro país y del exterior, frecuentó a los artistas del Di Tella y a los de la Nueva Generación. Fue premiada en la Bienal de San Pablo en 1963, integró exposiciones internacionales itinerantes entre 1964 y 67, entre ellas, “The Emergent Decade”, auspiciada por Cornell University Latin American Year y The Solomon Guggenheim Museum. En 1968 expuso en Galería Rubbers su primera serie de autorretratos que en los diez años siguientes serían el leitmotiv de su obra.

Coincidiendo con la actual muestra se ha editado el libro de Victoria Verlichak sobre su vida y obra con prólogo de Luis Felipe Noé. 

2Martha Peluffo- Esta soy Yo”, un subtítulo que no podría ser más adecuado. La recordamos como una mujer bellísima, su presencia jamás pasaba inadvertida en los círculos por entonces reducidos de galerías de la calle Florida, la Galería del Este y los cafés aledaños.

“Cuando des el salto/ volarás/ y tus pies no pisarán más la tierra…/ de agresión y de sufrimiento”, escribió la artista unos años antes de su muerte. Esta frase se encuentra en una pared de la sala coronando una serie de obras muy potentes que toman como metáfora el tema del “vuelo”, grandes pinturas en las que el cuerpo en movimiento parece flotar o volar.

La muestra centrada principalmente en sus “Autorretratos” de 1968 constituyen un viaje al interior de su intensa personalidad reflejada en un atrevido dibujo en una exposición descarnada de su cuerpo, de expresiones sin concesión alguna, primeros planos, a veces multiplicados, color osado, verdes, lilas, azules, un choque visual y emocional. En “Cómo me veo”, el capítulo que aborda este momento en la obra y vida del artista, ella misma dice: “Estoy intentado un reconocimiento de esta Martha Peluffo en dos fases principales: cómo me veo yo y cómo me parece que me ven los demás”. Este pase a la figuración constituye un quiebre con el surrealismo y el informalismo en los que estaba inserta por eso declara: “creo que como actitud, no hay más surrealista que pintarse a sí mismo”.

Se relatan también sus experiencias con LSD- de moda entre hippies, artistas y psicoanalistas- “con el ácido llegué a verme, inclusive en los mismos colores”. Estas obras fueron consideradas para algunos críticos como pertenecientes a la Nueva Figuración con técnica del Pop Art, opiniones refutadas por la artista. Los “Autorretratos” están pintados sobre la base de imágenes fotográficas, “la fotografía da la objetividad que tenemos cuando miramos a otro” y “el autorretrato significa que me remito a mi realidad”, decía entonces.

La exposición que tuvo lugar en Rubbers, en 1963, “7 días con Martha Peluffo” despertó opiniones contradictorias. Destacamos lo escrito por Guillermo Whitelow: “Artista compleja, antes volcada al surrealismo, ha descubierto la potencia que deriva de la propia imagen magnificada, creando un obsesivo temario de repeticiones sarcásticas”. El libro, a través de siete capítulos, un importante trabajo de investigación, pleno de citas y testimonios de aquellos que la frecuentaron y se ocuparon de su obra, da cuenta de la vida de una artista, que según su hija Verónica, “renunció a lo cómodamente correcto y decidió explorar en su tela y en su alma”.

Para los testigos de esa época, es también un reencuentro con el ambiente artístico en permanente ebullición de Buenos Aires y sus protagonistas asaron como la convulsión política de comienzos de la década del 70 y su trágico desenlace.

Aunque gravemente enferma, Martha Peluffo nunca dejó de pintar. Murió el 29 de diciembre de 1979.

Publicado por Ámbito Financiero 26/10/07


Montevideo: exhiben muestra de Gurvich

 

Asistimos a la preinauguracion de una nueva muestra de José Gurvich (1927- 1974) en el Museo que lleva su nombre abierto al público en Ituzaingo 1377, Plaza Matriz, Montevideo, en 2005.

Julia Helena Añorga, más conocida como Totó, con quien Gurvich se casó en 1960, abrió el acto refiriéndose a los años pasados en Nueva York, ciudad adonde llegaron en 1970 y que constituye el eje central de la muestra titulada “N. York N.York”.

“Gurvich trató de adentrarse en ese mundo ruidoso, complejo asfixiante, un escenario poco apto para un soñador lirico como él”, dijo la viuda.

A su vez, su hijo Martín tenía 11 años cuando su padre murió de un ataque al corazón, recordó al ser cariñoso y humano con quien compartió cálidos momentos en el pequeño departamento de la calle 11 del Lower East Side de Manhattan, un periodo duro ya que no podía mantener a su familia con la venta de su arte durante un largo tiempo. Con su famosa libretita salía a tomar apuntes de escenas cotidianas que luego convertía en delicados dibujos y acuarelas que captaban la atmosfera efervescente de la ciudad.

Gurvich nació en Jieznas, un pequeño pueblo de Lituania, en los albores de la Segunda Guerra Mundial, por lo que sus padres emigran a Uruguay donde se instalan en 1932 en el Barrio Sur. El año 1944 es clave para Gurvich, porque su encuentro con Torres García definirá su vocación.

Tanto el como los otros integrantes del Taller Torres García, Gonzalo Fonseca, Francisco Matto, Julio Alpuy, Augusto y Horacio Torres siguieron la filosofía del maestro, quien proponía un lenguaje visual abstracto que unía el modernismo europeo con el ejemplo constructivista del arte precolombino. Torres García muere en 1949 pero el TTG continua su actividad hasta fines de los 50, y sus principales seguidores desarrollan sus propias características expresivas.

Pero Gurvich siempre demostró cierta rebeldía y en su obra hay una mezcla de construcción e imaginación; en 1967 declaro: “El mundo de la imaginación me ha conquistado. Mi imaginación explotó. Circula incontrolable”. Una vez escribió: “La fantasía está en descredito pero para asomarse al gran silencio y extraer las voces que aún no se escuchan, cuánta imaginación se necesita!”. Gurvich se convirtió en una voz independiente, así lo señala su alumno Adolfo Nigro: “rompió con el pasado constructivista y sus restricciones visuales”.

El movimiento incesante, la energía, los carteles, las escaleras de incendio, las señales de tránsito, banderitas, las muchedumbres apiñadas, los fondos de rascacielos, una acumulación infinita de autos y seres humanos, puentes y hasta la vorágine se siente al observar tanto sus dibujos como sus temperas sobre papel. Esto también fue llevado a sus oleos, donde se destaca el cromatismo anaranjado, ocre, colores con mucho peso. Sus collages de 1972, piezas excepcionales con formas escultóricas, relieves, pequeños objetos incorporados, su iconografía tan característica, una pierna regordeta sobre una escalera o volando sobre edificios, el brazo que surge desde el fondo del plano, la casita llevada a cuestas por unas piernas, el pez, la llave, objetos de la liturgia judaica. Todo ello podría llamarse el “periodo de las cosas volando y flotando”, iniciado en el Kibbutz Ramot Menasche donde en diferentes periodos también trabaja como pastor.
Iconografía

 

Una obra extraordinaria es “Pareja en blanco y negro” (1974), óleo sobre tela.  Invita a observarla por un largo tiempo; en esta maravilla de líneas ondulantes se descubre su mágica iconografía. Las cerámicas, un mundo fabuloso “cuya ductilidad se aviene a mi propósito de inmediatez en las soluciones”. Las series “Forma Erótica” (1972), “Proyecto para Monumento” (1973), “Personaje Construido” (1970), son piezas ´nicas, formas redondeadas con nichos en los que instala otras formas de gran delicadeza, que a su vez, están de los proyectos en acuarelas sobre papel, algunas con reminiscencias picassianas de estudios que el malagueño realizo para su “Crucifixión según Grünewald” de 1932.

Otra obra admirable es “Assemblage” (1972; 40x15x36 cm), técnica mixta, óleo sobre madera con formas de cerámica. Una pequeña pared en la que se recorta un triángulo y una repisa sobre la que se encuentran formas geométricas en tonos cobres interrumpido por una forma azul y unas placas con pictografías. En fin, toda otra explicación es inútil, allí está para ser gozada en la simplicidad y yuxtaposición de sus elementos.

Gurvich adoraba tocar el violín pero según testimonios “se lo tragó la pintura”. El excelente catalogo bilingüe, castellano- ingles, especialmente editado para la muestra, está impreso en Montevideo, consta de 225 páginas, reproducción de las obras expuestas, con textos de Totó y Martin Gurvich y un ensayo sobre el artista de Mary Schneider Enríquez. Clausura en Marzo 2008.

Publicado por Ámbito Financiero 2/11/07


Las otras facetas de Oliverio Girondo

 

En el Museo Xul Solar (Laprida 1212) se exhibe una muestra dedicada a Oliverio Girondo (1890- 1967) con motivo de cumplirse 40 años de su fallecimiento. El objetivo de la exposición, que clausura el 15 de diciembre, es mostrar otras facetas de este notable escritor: la de bibliófilo y sus ediciones de lujo; su relación con artistas como Spilimbergo, Pettoruti o Pedro Figari a quien le dedico el poema “Figari Pinta”;  la del coleccionista de arte precolombino y africano iniciada en 1927 cuando compro 29 piezas en un remate en Paris y su actividad como editor ya que fue uno de los fundadores de Editorial Sudamericana.

Un importante catálogo de 96 páginas coeditado por la Fundación Pan Klub y Malba Fundación Constantini acompaña la muestra con ensayos de Patricia Artundo, Gonzalo Aguilar y Edgardo Krebs con una detallada cronología, reproducciones a color, una valiosa tarea de investigación que recrea el contexto histórico cultural en el que tuvo lugar su producción.

 

Biblioteca

 

La biblioteca de Girondo constaba de 6000 volúmenes, de la que queda un registro parcial ya que fue rematada a comienzos de los 70, atesoraba primeras ediciones de libros de los siglos XVI, XVII y XVIII, libros de caballería y ediciones de lujo de comienzos del siglo XX.

En su investigación, Patricia Artundo señala el desdén de Borges: “Creo que a él le interesaba más la tipografía, la imprenta, lo que el escribía, ¿qué era?, greguerías, en fin”.

Pero sin embargo, en su doble condición de bibliófilo y escritor, Girondo es la excepción. Además de un conjunto único de 10 acuarelas inéditas de gran refinamiento, en diferentes vitrinas están ejemplares de “Veinte poemas para ser leídos en el tranvía” (1922) con ilustraciones del autor, un libro transgresor con palabras impensables para la época y en el que según un crítico de la época, “se percibe una sonoridad, un timbre de cosa netamente argentina. Algo de franqueza gauchesca mezclada con rudeza y desplante indígena al arrojar palabras como boleadoras”.

“Calcomanías” (1925), “Espantapájaros, al alcance de todos” (1932), y el famoso muñeco de casi 3 metros de altura (1937), con el que Girondo se paseó por Buenos aires para publicitarlo, una estrategia que contribuye al éxito de venta pero que la crítica recibe como el último coletazo de una vanguardia ya extinguida. En 1933 había una polémica generalizada en torno de la función del arte en la sociedad. Y aquí aparece Siqueiros que recorre la ciudad junto a Oliverio en busca de un muro para “ejercitar su plástica dialectico- subversiva”. Finalmente Berni, Spilimbergo y Castagnino realizan el famoso mural en la quinta “Los Granados”.

“Interlunio” (1937) con aguafuertes de Lino Enea Spilimbergo, ejemplar dedicado al artista “que supo interpretar, tan penetrantemente, el espíritu nocturno de este relato”, una alegoría de la decadencia moral de Europa. “Persuasión de los días” (1942), ejemplar dedicado “A Xul Solar, inventor de mansierpes, auscultador de conjunciones estelares, creador de neoparlas y neo- rompecráneos”. Su último libro, “En la Masmédula” (1954) en el que desarrolla un lenguaje propio, de gran intensidad expresiva, otra especialmente admirada por la nueva generación de poetas: Aldo Pellegrini, Edgar Bayley, Francisco  Urondo, Miguel Brascó, entre otros. En esos años aparece “Letra y Línea”, revista ideada en casa de Girondo y dirigida por Pellegrini.

Se exhiben trabajaos en su carácter de editor, por ejemplo, “Colección Infantil” ilustrado por Ballester Peña, Horacio Butler y Toño Salazar; como traductor: “Una temporada en el infierno” de Arthur Rimbaud, cuya cubierta fue ilustrada por Martha Peluffo así como un ejemplar del provocativo Manifiesto de “Martin Fierro- periódico quincenal de arte y critica libre” de su autoría. Debe recordarse que Girondo integró el núcleo fundador de este periódico publicado entre 1924 y 1927, que aglutino a la vanguardia artística y literaria argentina marcando la aparición del martinfierrismo como corriente estética.

La lectura de la cronología revela el entramado de relaciones con lo más granado de la intelectualidad tanto extranjera como argentina, su postura contra los regímenes fascistas, la generosa protección brindada a los artistas y escritores españoles que llegaron echando del franquismo, las polémicas entre intelectuales, su gran relación con los artistas plásticos mencionados y su apoyo a los jóvenes poetas.

En 1961 tuvo un gran accidente que lo deja físicamente disminuido, no obstante, en 1965 viaja con Norah Lange, su esposa, a Paris y Madrid. Fallece en Buenos Aires en 1967.

Publicado por Ámbito Financiero 9/11/07


Asseff: la inseguridad llegó al arte

 

Ananké Asseff (Buenos Aires, 1971) ha obtenido importantes becas en Colonia (Alemania), en Banff (Canadá) y de la Fundación Telefónica (Buenos Aires), gracias a los auspicios de la Fundación Antorchas y el Fondo de las Artes.

Entre sus premios se cuentan el de la Asociación Argentina de Críticos de Arte (2002), Fundación Osde (2004) y el Faena a las Artes Visuales (2006). Asimismo sus obras figuran en colecciones privadas y públicas como la de los Museos de Arte Moderno de Rio de Janeiro y de Buenos Aires, Museo Caraffa (Córdoba) y MACRO (Rosario).

Participó en exposiciones individuales y colectivas, entre ellas, el IX Premio Federico Klemm a las Artes Visuales (2004), Argentina Pinta Bien (2005) y el video instalación interactiva en Estudio Abierto (2006).

Su actual muestra, “Crímenes Banales” en la Sala J del Centro Cultural Recoleta (Junín 1930, hasta el 10 de diciembre) consta de tres módulos: “Potencial” (fotografías), “Vigilia” (videos) y “Rueda de reconocimientos” (video instalación interactiva), un proceso iniciado durante su residencia en Alemania entre 2004 y 2005. El eje central es la actitud de aquellos que conviven con armas, en consecuencia, el miedo y la amenaza están  latentes durante el recorrido de la exposición.

“Potencial” es una serie de veinte fotografías de seres portando armas en actitud de descanso, de “amenaza blanda”, como ese señor, esa señora o esa pareja de aspecto amable que puede ser un vecino o profesional, de clase media- media o alta que han decidido autodefensa a falta de confianza en las instituciones de seguridad del Estado.

“Vigilia” se compone de ocho videos en los que se narra la relación entre gente que duerme con un arma o que está en actitud de espera con el arma a cierta distancia. En el texto que acompaña la muestra, “La composición sobria de Ananké Asseff”, su curador, el chileno Justo Pastor Mellado alude a la pintura de George de La Tour, “La Magdalena Penitente” realizado en 1640/5 y su relación con la luz de la vela que ilumina el cuadro, haciendo de éste una composición sobria.

En “Vigilia”, Pastor Mellado señala que la luz se centra en la narración dejando de lado la determinación religiosa.

En cuanto al video instalación interactiva “Rueda de Reconocimiento” está compuesta por un video proyección que consta de un equipamiento técnico sofisticado y muestra a cinco sujetos de espalda ubicados uno al lado del otro.

Cuando el espectador ingresa a la sala- área afectada por los censores- los cinco sujetos se dan vuelta y quedan de frente. No revelaremos el resto, sólo que hay un sonido de cinco disparos.

En esta muestra sobrevuelan el miedo, la violencia, el riesgo, la sospecha, la hostilidad, la ejecución. Sentimientos que están en el vivir cotidiano y que nos golpean duramente ante la inacción del Estado, incapaz siquiera de intentar hallar una solución.

El título de la muestra es la denominación utilizada por los expertos (policías, investigadores) para referirse a las muertes por armas de fuego que no ocurren en ocasión de robo sino en conflictos interpersonales, accidentes, suicidios, Asimismo revela las estrategias de protección que modifican los hábitos cotidianos, un ejemplo es la posibilidad de construir habitaciones blindadas dentro de la propia casa con el fin de protegerse ya que se está a la espera de la catástrofe, el peligro es inminente, la inseguridad se convierte en paranoia.

La obra de Ananké Asseff siempre se ha caracterizado por su nitidez y una calidad de ejecución impecable que en esta ocasión aumenta aún más el desasosiego y la inquietud.

Publicado por Ámbito Financiero 23/11/07


Excelente nivel en edición 2007 de la feria Art Miami

 

Miami- Escenario: Wyngwood, un distrito de Miami ocupado por depósitos, barracas, talleres de reparación de automóviles, mayoristas textiles, convertid  actualmente en un codiciado enclave de arte y del diseño donde se han instalado importantes colecciones privadas y galerías de categoría museo. Es actualmente el predio eludido por la decana de las ferias de la ciudad, Art Miami, que cumple 18 años y en la que participan 100 galerías provenientes de distintas ciudades de Estados Unidos y de 17 países europeos y latinoamericanos.

La llegada de Art Basel Miami Beach (ABMB) en 2002, significo la perdida de galerías de alto nivel, sin embargo, desde entonces, continuaron atrayendo importantes e interesantes galerías dedicadas al arte contemporáneo que presentan proyectos especiales, lo que le da a la feria su propia característica. Un riguroso comité ha seleccionado desde artistas muy establecidos hasta emergentes, lo que implica un panorama diverso y dinámico.

 

Consagrados


El recorrido de los 10.000m2 nos enfrenta con obras de alta calidad, entre las que se pueden destacar obras sobresalientes de artistas consagrados. Entre ellos, un portfolio único de Diane Arbus realizado poco antes de su suicidio en 1971, y cuya cotización alcanza los 250.000 dólares; “Sin Título Julio 31” (1966) de William de Kooning y un Ad Reinhardt presentado por Spanierman Modern (Nueva York).

“Femme Peignant ses Cheveux” (1939) de Wifredo Lam, obra que se ve por primera vez en el mercado, está rodeada por los muy cotizados Claudio Bravo, Julio Larraz, Jesús Rafael Soto, Rufino Tamayo, Manolo Valdez, en el stand de David Castillo Modern (Miami).

En general, hay mucha figuración, y Philip Pearlstein con sus característicos desnudos femeninos es un punto alto en Betty Cuningham (Nueva York). Hay importantes trabajos únicos sobre papel de los 60 y los 70, de Donald Judd, Roy Lichenstein o, por ejemplo, “Sácate la piel, no es pecado” de Doug & Mike Starn, nacidos en 1961, grabados realizados en un procedimiento que enfatiza la trágica visión de un rostro humano, presentados por una galería de Estocolmo.

Los artistas rusos se han convertido en estrellas, y debe destacarse el grupo AES+F, también nacidos en 1961, en el stand de Juan Cruz, (Maracaibo), fotografías de escenas violentas y épicas de la historia del arte pero con protagonistas actuales. Un stand muy concurrido de la galería neoyorkina Hasted Hunt exhibe fotografías digitalizadas de Martin Schoeller, que sin piedad ni concesión alguna, muestra primeros planos de Robert De Niro, Meryl Streep, George Clooney, Kissinger, entre otras figuras emblemáticas.

Como el rubro de la fotografías es de rigor, están en Vik Muniz (Brasil), la cubana Liset Castillo que vive y trabaja en Nueva York y Ámsterdam, y arma en arena símbolos emblemáticos como el Coliseo , el Cristo Redentor, el Empire State, mezquitas, en fin, arquitecturas conocidas universalmente, para luego demolerlas; realmente fotos muy impactantes. También sorprenden las fotos de Denis Darzaq, una serie que muestra las secuencias de la caída de un hombre, así como la delicadeza minimalista de varios artistas japoneses.

Entre las significativas obras de artistas contemporáneos de gran trayectoria, Tony Oursler con su acostumbrado sarcasmo realizó especialmente para Art Miami una escultura en fiberglas, un inquietante video globo. Otro video, muy angustiante, es “Bloss, Ken, Rosenberg, Moore”, sus protagonistas verdaderos, cuatro abogados en el pasillo de la oficina frente al ascensor, vociferando, gesticulando, empujándose, con un grado de extrema histeria contagiosa que pone los pelos de punta.

Es muy reconfortante encontrar artistas argentinos como Raúl Díaz (Córdoba) en la Galería Melberg (Atlanta), su representante de Estados Unidos, y comprobar que tanto sus presentaciones nacionales e internacionales son siempre rigurosas. Comparte el stand con obras nada menos que de Robert Motherwell. Otro artista que se destaca y cuyas obras fueron vendidas casi de inmediato es Raúl Cortázar (México) en la Galería Alfredo Ginocchio.

Llama la atención la excelente pintura de Ian Davis (Indianápolis); espacios como en “Autoditorium”, hombres sentados en sillas mirando al escenario en actitud de espera, quizás algo está por ocurrir. En la misma galería, Tonkonow (Nueva York), vimos una obra que es una exquisitez: pinturas y gouaches, muy difícil de reproducir en palabras de Amy Cutler (EE.UU).

Art Miami se inauguró un día antes de que Art Basel Miami Beach; no compite con ella pero si comparte las multitudes de galeristas, coleccionistas y público en general que la visitan. De las 100 galerías participantes, casi el 80% ha ingresado por primera vez, entre ellas, Chinablue (Beijing) con las espectaculares fotografías de Wan Quinsong, uno de los fotógrafos chinos más famosos actualmente y con pinturas de la generación conocida como los “artistas de las tiras cómicas”, pero el tema chino merecería una nota aparte.

Alrededor de Art Miami están Pulse, Scope, Nada, Photo Miami, Geisei, el Design District, por nombrar sólo algunas de las 22 ferias satélites distribuidas en esta ciudad que algunos llaman actualmente “un océano de arte”.

Publicado por Ámbito Financiero 14/12/07


Art Basel: mejor nivel, más ventas

 

Miami- “La turbulencia de los mercados financieros no ha tenido gran efecto en el mercado de arte”, según afirma Sam Keller, director de Art Basel Miami Beach (ABMB) desde sus inicios en 2002, que deja su puesto para dirigir la Fundación Beyeler de Suiza. Esto se pudo comprobar en las ventas de los remates recientes, en las galerías tanto de Londres, París o Nueva York, y ahora en esta fiera en la que se muestran obras de 2.000 artistas, cifra que es solo una fracción de lo que exhiben las galerías.

La influencia de ABMB ha transformado a esta ciudad, sinónimo de sol  diversión, refugio de jubilados, en un centro cultural importante desde el distrito de Winwood donde se han instalado galerías y colecciones de primer nivel como la Fundación Cisneros Fontanals (CIFO), Margulies, Rubell, el Design District, hasta la Freedom Tower en el centro de la ciudad, y donde se prevé para 2011 la inauguración del Miami Art Museum (220.000.000 de dólares mediante) diseñado por Herzog & de Meuron. En el norte de Miami, el Museo de Arte Contemporáneo está llevando a cabo su ampliación para duplicar su espacio a un costo de 18.000.000 de dólares.

Como puede comprobarse, los proyectos están a la orden del día y muchos artistas están regresando, las artes visuales están resurgiendo y, lo más importante, el mundo del arte se ha convertido en un punto de conexión entre las distintas etnias, por lo que se puede hablar de multiculturalismo como algo real.

Volviendo a la sexta edición de ABMB, intervinieron 200 galerías (en nuestra opinión, un número excesivo), de EE.UU, Canadá, Europa, Latinoamérica, Asia y África. Es imposible enumerar artistas y galerías en esta muestra de arte. Sam Keller sugiere que debería dejar de llamarse “feria”, ya que es un acontecimiento en el que se combina lo comercial y lo cultural.

Según la opinión de coleccionistas y curadores, entre ellos, Gary Tinterow, curador de Arte Moderno del Metropolitan Museum de Nueva York, y de Malcom Daniel, del Departamento de Fotografía, la obra ofrecida era de mayor calidad que la del año pasado.

Aunque no hay cifras exactas, trascendió que una foto de Andreas Gursky se vendió en 900.000 dólares; que una obra reciente de Jake & Dinos Chapman alcanzó a 1.300.000. Las ventas de arte moderno fueron muy importantes: Picasso, Mondrian, Leger, Miró, Magritte, varios expresionistas alemanes; por caso, una acuarela de Emil Nolde fue pagada 500.000 dólares.

Una buena estrategia fue situar a las galerías que ofrecían arte moderno con las de arte contemporáneo, si se tiene en cuenta el punto de vista didáctico, porque todo pareciera haberse iniciado con el arte contemporáneo.

Encontramos rarezas como “Las Hijas de Dada”, un conjunto de artistas osadas, Beatriz Wood, Clara Tice, entre otras, relacionadas con Marcel Duchamp, que fue su mentor y del que también había obras que no aparecen usualmente en el mercado.

La orden del día eran obras gigantescas, rápidamente compradas por casas de coleccionistas que ambicionan seas consideradas categoría museo o esculturas como la de Jaume Plenza que se vendió en 1.650.000 dólares. Hubo gran interés por obras de artistas muy establecidos como Sigmar Polke, Eric Fischl, Cy Twombly, Rauschenberg, Andy Warhol, Man Ray o Manolo Valdez, de quien se instalaron extraordinarias esculturas en un parque público.

Pero las opiniones son contradictorias respecto a las ventas porque, como señaló Keller, “lo que se comercia en Art Basel es un asunto privado entre el galerista y el coleccionista. No podemos garantizar que los precios que se informan a los medios sean los correctos y las ferias que dan información de los precios de venta no son serias”.

En cuanto al fenómeno chino, los artistas contemporáneos que ya aparecieron en el mercado hace casi una década, son altamente codiciados y cotizados. Reflejan la influencia occidental, los cambios de la sociedad, se inspiran en las tiras cómicas japonesas (“manga”), e ironizan sobre el rápido enriquecimiento de la nueva generación.

Entre los artistas latinoamericanos destacados están los argentinos Fabián Marcaccio y Pablo Siquier; José Bedia (Cuba); Ricardo Rendon (México); Sandra Cinto y Marepe (Brasil); Miguel Ángel Rojas (Bogotá).

No estuvieron ausentes lo político, lo kitsch, lo escatológico, más propio de bienales que de ferias, ante lo que uno ingenuamente se pregunta ¿Quién puede comprar este adefesio? De allí que a veces es incomprensible la decisión a la que arriba el comité de selección, muchas veces arbitraria, en la que se deja afuera a galerías de prestigio y con muchos años en el mercado.

En fin, un tema que atrae mucha tela para cortar, en el que el “arte” tiene que ver con el impacto que produce, el status que significa ser coleccionista, todo aquello que se mueve alrededor del arte y que da trabajo a muchas personas, amén de las cifras millonarias en dólares, muy lejanas a las de nuestras latitudes.

 Publicado por Ámbito Financiero 21/12/07