Año 2005

Aldo Sessa – Libro

 

Aldo Sessa ha homenajeado a la Argentina, su país, al que ama y conoce profundamente a través de “Mágica Buenos Aires”, “Argentina desde el Agua, el Aire y la Tierra”, “Gauchos”, “ La Patagonia”, “Tango”, “ El Teatro Colón”, árboles, barrios, artistas, en no menos de 30 libros.

Un homenaje más es el libro que acaba de editar “Estancias—Palacios Criollos de Argentina”, un viaje extraordinario por 22 estancias que comienza en la Hacienda de San Francisco de Yavi (Jujuy).. Aquí se encuentra la iglesia terminada en 1693 que conserva maravillosas reliquias artísticas, entre ellas, retablos y tallas de la escuela Cuzqueña.

Sessa logra meternos en el paisaje árido de la Hacienda de Tumbaya, también en Jujuy, con sus muros de adobe, interior monacal en el escenario natural de la Quebrada de Humahuaca.

Algunas de estas estancias fueron testigos de hechos históricos como el caso de La Calavera en el Valle de Lerma (Salta). Ruta obligada hacia el Alto Perú y La Pampa, por allí pasó Martín Güemes y Felipe Varela acampó cuando se rebeló contra la Guerra del Paraguay. Se celebran importantes ceremonias religiosas que coinciden con la yerra y el culto a la Pachamama.

Pampa Grande está situada en Salta en tierras que pertenecieron a diaguitas y calchaquíes y actualmente es uno de los más importantes establecimientos agropecuarios de la provincia. Aún se encuentran pinturas rupestres, cerámicas, urnas funerarias, objetos de culto, textiles, “caricantinas” (delantales de cuero usados en arreos) que Sessa ha fotografiado minuciosamente así como la luz casi enceguecedora del paisaje.

Santa Catalina en Totoras (Córdoba) pertenece a la misma familia desde hace 230 años. “La Casa de los Díaz”, como se la conoce, tiene su origen hacia 1622 cuando los jesuitas comenzaron a hacer de Santa Catalina, “la mejor y la más hermosa” de sus estancias. La iglesia comenzada en 1659 es uno de los templos mejor conservados de la época y la lente de Sessa ha captado la serena y blanca belleza de esta construcción del siglo XVII.

Si de belleza se trata ahí está “La Paz” en Ascochinga, un lugar paradisíaco que heredó Clara Funes , esposa de Julio A. Roca. Hacia 1890, éste reconstruye la casa y el diseño del parque estuvo a cargo del paisajista francés Carlos Thays. Las fotos transmiten la armonía y la serenidad del lugar en el que Roca encontró refugio.

En San Rafael, Mendoza , se asentaron colonos suizos, italianos y franceses. Los Alamos data de 1805 y es un ejemplo de construcción fortificada, paredes gruesas, rejas y fosos, a causa de la invasiones violentas de aborígenes, las guerras de la independencia y el bandolerismo. La escritora Susana Bombal, su heredera, la transforma en lugar de encuentro de artistas y escritores, entre ellos, Mujica Láinez, Soldi, Basaldúa. Recientemente se ha plantado el Laberinto Homenaje a Borges, un diseño de Randoll Coate, una autoridad mundial en la materia.

San Juan Poriahú (San Juan Pobre), en tierra de guaraníes también fue elegida por los jesuitas que levantaron sus casas entre 1635 y 1650. Un paisaje diferente al de otras regiones del país, en ese entonces, 60.000 hectáreas de esteros poblados de yacarés.

Varias páginas están dedicadas al lujo, la opulencia del Palacio San José, una demostración de cómo Urquiza fue un visionario en la aplicación de nuevas técnicas de construcción que empleó artistas y artesanos extranjeros y su resultado es la mezcla de renacimiento italiano, colonial español y vernáculo que ostenta. .En sus paredes cuelgan cuadros de Blanes que también pintó los frescos de la cúpula de la capilla.

De las opulencias del norte, del centro del país o de la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, La Porteña en San Antonio de Areco, Villa María en Luján, La Biznaga en Roque Pérez con su parque de 30 hectáreas, Acelain en Tandil, la cámara de Sessa refleja la labor de aquellos pioneros que se atrevieron a plantar raíces en tierras neuquinas.

Mamuil Malal (corral de paloa pique) cuya historia se remonta a 1892 y que continúa a través de 5 generaciones en la misma familia. El paisaje austero, inhóspito, desolado, la construcción de estilo fueguino, techos aireados de chapa acanalada traídos de Inglaterra aparece en José Menéndez (Tierra del Fuego), Harberton (Usuahia), la estancia más antigua de la parte argentina de la Isla.

Este libro- joya además de admirar y sentir paisajes diversos así como arquitecturas pioneras en muchos casos, de carácter modesto pero de hondo contenido espiritual, permite valorar el respeto por la tradición, repasar trozos de nuestra historia, aprender costumbres de los hombres de campo, sus vestimentas, ampliar el vocabulario tan ajeno a los habitantes de la urbe ya que cada “estancia” va acompañada de un documentado texto, tarea que estuvo a cargo de Elsa Insogna.

Esta edición bilingüe castellano-inglés de 312 páginas, diseño gráfico de Carolina Sesa, se terminó de imprimir en octubre de 2004 en China.

Publicada en Ambito Financiero 27/1


Contemporáneo II

 

Bajo el título Contemporáneo II- La Recolección, el Malba presenta un conjunto de 200 obras de arte argentino contemporáneo. Fue formado durante los últimos tres años por el equipo de montaje del museo integrado por los artistas Fernando Brizuela, Mariano Dal Verme y Beto de Volder.

Según ellos se inició a principio de 2002 en la oficina de montaje y la idea era rodearse de lo que les interesaba y apasionaba, producto en muchos casos de trueque u obsequios. A partir de unas obras de Benito Laren y León Ferrari, se sumaron las propias y posteriormente les pidieron obras a sus amigos y artistas que exponían en las salas del Malba.

La Re- Colección está compuesta por obras realizadas en distintos soportes y técnicas y, en general, se dieron en comodato por lo que pueden ser pedidas para su venta o alguna exposición particular.

“Las obras colgadas, dicen los responsables del proyecto, funcionan como una instalación. Es amorfa, y cambiante, es un proceso. No muestra ni pretende mostrar tendencias, estilos o hilos conductores. Es un rescate abierto y plural de algunos de los artistas que estamos produciendo en la Argentina”.

De las 200 obras nosotros rescatamos las de los siguientes artistas:Daniel Trama, Benito Laren, Leo Batistelli, Pablo Lapadula, Cristina Schiavi, León Ferrari, Nahuel Vecino, Pablo Suárez, Dino Bruzzone, Ana Gallardo.

El resto son algunas muestras de ingenio, otras, casi inexplicables en artistas que ya son reconocidos, como la macetita con cuentas de colores de Román Vitali ,el muñequito con un lorito en la mano de Sandro Pereira que se hizo conocido por su “Sanguche de Milanesa”en ARTEBA 2003, el grupo Mondongo que ha adquirido una fama súbita y que presenta una máscara con pelos digna de la Tiendita del Horror o de casas especializadas, el gato de Dorita Herosa que sólo podría aparecer en una muestra para principiantes, la bandeja plateada con una silueta recortada de Hernán Salamanco, la superficie homogéneamente pintada de rosa de Sergio Avello, que no tiene nada que ver con el resto de su cuidada producción.

En fin, la muestra no nos apasiona, no abre zonas nuevas de pensamiento, de reflexión, de visión , ni siquiera de humor pero está en el Malba que hoy es una marca legitimadora.

Coincidimos con una pregunta que se hacen las autoras del texto “Recolectando Ideas” inserto en el desplegable correspondiente: ¿ qué motivaciones permiten que hoy el Museo sostenga públicamente el valor de este proyecto y qué le sucede a la Re-Colección, a partir de ahora, cuando su ironía original pareciera diluirse?.

Quizás esto último tenga que ver con la idea de crítica hacia la figura del curador, con la forma de generar una colección desde un lugar sencillo, “sin ser grandes cráneos o talentos desbordantes”, según confiesan los creadores de este proyecto.

Publicada en Ambito Financiero 27/1

 


 

“Encuentro de Poéticas”

 

En momentos en que “el arte joven”, expresión que no significa nada en cuanto a definir alguna categoría para el arte , vale la pena visitar “Encuentro de Poéticas” en el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA.

La palabra joven y su antónimo viejo, de por sí descalificadoras en arte, están aquí ausentes pero lo que sí se encuentra es contenido, sentido, en artistas consagrados cuya obra aún despierta admiración e interrogantes.

Los integrantes de la exposición pertenecen a la floreciente generación de los 40 y como lo señala Guillermo Whitelow “su aprendizaje fue sólido pues por ese entonces las rupturas no eran producto de una mera fantasía complaciente”.

Comencemos por Juan Batlle Planas (1911/66). Diecinueve obras entre témperas, pasteles, tintas, óleos, de un artista capaz de manejar lenguajes científicos y sicológicos, que se consideraba un investigador y un teórico. Se comprometió con los mayores y más apasionados problemas del hombre de su tiempo y creemos que a sus obras se les puede seguir calificando como bellas y delicadas.

Sobre él, Roberto Aizenberg (1928/95), a quien consideraba su maestro, dijo: “Fue una etapa fascinante en mi vida. Cada trazo, cada pincelada, cada momento en el taller eran un descubrimiento, un gozo”.

De Aizenberg hay ocho obras en distintas técnicas y de diferentes épocas. Destacamos “Torre” (1988) óleo sobre tela perteneciente a una serie de construcciones misteriosas, deshabitadas, en ciudades vacías. “Homenaje a Matilde” (1991), obra de carácter trágico, imagen penetrante, geométricamente estructurada con severas rectas. Aizenberg indagó profundamente en el fenómeno del arte y en los mecanismos biológicos y síquicos vinculados con el quehacer artístico.

Enio Iommi (1926) a partir de 1977 dice adiós a una época. Reniega de aquellas obras realizadas en 1947, 1957, 1969, de las que hay cuatro ejemplos, elegantes, de gran pureza formal, de una penetración espacial dinámica, en acero o aluminio pulidos. Trasgresor desde aquellos años en los que adhirió al Manifiesto Madí, sostiene que “el arte es un juego, única forma de resistirlo por pesado y aburrido”.. Pero Iommi, un incorformista nato, no se aburre con “Cafeteras, Rayadores, Lecheras, Marmitas versus El Espacio o La Humanidad”.

Raúl Lozza, un “joven”, nacido en 1911 que continua trabajando. Fundador de la corriente llamada “Perceptismo” cuyo manifiesto publicado en 1949 estipulaba la creación de un nuevo concepto realista de la estructura funcional, que forma y contenido constituyen un solo hecho real indivisible cuyas contradicciones quedaban superadas. Oleo y esmalte pulido sobre madera, obras austeras, suprimen todo lo expresivo y cualquier manifestación que aleje al contemplador de la presencia en sí de la obra.

Si Libero Badii (1916/ ) es conocido por su extraordinaria labor escultórica y posteriormente pictórica, también lo es por su obra gráfica y su pensamiento íntimo, por su deseo de documentarlo y comunicarlo.

Lo hizo a través de numerosas publicaciones personales, libros de artista con grabados originales que solía regalar a sus amigos.

Por ejemplo “Frases Espontáneas” : “El parto es más doloroso en la escultura que en la pintura”, “La experiencia, parecería ser, no tiene ningún valor en la parte creativa”, “Se confunde espectáculo con Arte y esto provoca más confusión”. Öleos, tintas, témpera y lápiz además de importantes bronces, entre ellos, “El Uno” (1967) y “Los Amantes” (1969).

Diez obras de Alfredo Hlito (1923/93), “Efigies”, Espectros”, “Simulacros”. Misteriosas como casi toda su producción , a este culto artista también le preocupó la abolición del tema y la visualidad pura.

Formas densas, monumentales, estructuras lineales abiertas, severas, pero a su vez, de gran lirismo por su cromatismo sutil, herméticas, enigmáticas que atraen por su gran contenido espiritual.

“Cierto indefinible encanto que en personas, en obras de arte y aún en cosas de la naturaleza física, halaga y suspende el ánimo, infundiéndole suave y puro deleite.” Una de las siete acepciones de poesía que pueden aplicarse al encuentro de las obras aquí expuestas.

Publicada en Ambito Financiero 28/1


 Los Retratos de Memling

 

En colaboración con el Groeningemuseum de Brujas y la Frick Collection de Nueva York, el Museo Thyssen-Bornemisza (Madrid) presenta “Los Retratos de Memling” con aportes también del Museo Metropolitano de Nueva York, el Museo de Bellas Artes de Houston, la Galería degli Uffizzi de Florencia.

No existe coincidencia bibliográfica acerca del lugar y fecha de su nacimiento, algunos historiadores mencionan Mainz, otros, Seligenstadt, cerca de Frankfurt entre 1430 y 1440. La primera noticia que se tiene de Hans Memling está fechada el 30 de junio de 1465 cuando compra una casa en Brujas, su posterior casamiento con una oriunda de esa ciudad y cuando adquiere la ciudadanía.

Tampoco se conocen detalles de su formación que pudo iniciarse en algún taller germano pero lo que se detecta en su estilo es la influencia de Rogier van der Weyden, un gran artista de Bruselas.

Memling amó tanto Brujas que jamás salió de ella y asimiló de tal manera su espíritu que pasados ya más de 500 años, su obra es símbolo de la serenidad y del encanto de la antigua y en ese entonces activa ciudad.

Una de las razones de su fama como pintor religioso es su apelación universal al sentimiento del pueblo humilde. Deben recordarse célebres trípticos como “El Juicio Final”, “La Anunciación”, “”El relicario de Santa Ursula”, seis paneles narrativos del drama de la santa a ambos lados del templete, y “La Madona con la Manzana Roja”, ambos en el Hospital de San Juan ( Brujas).

Pero Memling está considerado como un gran retratista y se calcula que pintó alrededor de 30, generalmente de las clases burguesas dedicadas al comercio y a la banca. Aunque perteneciente a un período denominado último florecimiento de la Edad Media, este artista ya experimentaba la influencia del humanismo naciente, por eso su pintura refleja el alma y la vida interior de sus retratados lo que confirma que la nota distintiva del arte es ser un testimonio insobornable de su tiempo y de su lugar.

Las cabezas de los hombres generalmente se presentan de tres cuartos de perfil, con abundantes rizos, claramente iluminadas en contraste con el busto. Es célebre el “Retrato de un Hombre que tiene una moneda”(Museo de Amberes), se supone que es un caballero italiano, como fondo un paisaje y un jinete que se detiene a contemplar los cisnes del lago, escena bastante recurrente en el artista. Se reconoce que Memling fue el primer pintor que dio un fondo fantasista a sus retratos al aire libre y estos fondos de bosques, castillos en la lejanía le confieren el sentido de abundancia, bienestar y serenidad.

Otras obras famosas: “Retrato de María Portinari”, por su traje y collar revela que es una mujer de importancia. Esposa del banquero florentino Tommaso Portinari, representante de la agencia de los Médici en Brujas, este es retratado por Memling con sus manos en actitud de rezo pero su imagen no es precisamente la de un hombre devoto.

“Retrato de una joven”, el “Díptico de Maarten van Nieuwenhove”, “Retrato de un Joven”, “Retrato de una anciana” cuya mirada parece volcarse hacia una visión interior y su rostro expresa la melancolía de los años finales de una vida.

Otra de sus innovaciones dentro del género del retrato fueron los marcos de las tablas para aumentar los efectos espaciales de sus modelos que procedían tanto de su entorno como de Italia, Inglaterra y España.

Esta pintura que muchos críticos actuales consideran anacrónica y sólo producto de la maestría de sus autores- detalle en absoluto menor ya que aún podemos admirar la técnica insuperable y que se mantiene intacta- revela la pujanza de Flandes medieval originada en los campesinos y los laboriosos artesanos que trabajaban en pequeños talleres de Gante o Brujas bajo las estrictas reglas de las corporaciones a las que los artistas también debían someterse.

La prosperidad contribuyó a facilitar el gran florecimiento artístico y los hombres de negocios admiraban a los maestros flamencos a quienes les encargaban pinturas , no como inversión sino por el placer que les daba verlas en las paredes de las iglesias y así glorificar a Dios.

El gran florecimiento artístico durante el siglo XV tuvo sus raíces en las ciudades y se desenvolvió paralelamente con la libertad del pueblo flamenco porque debe recordarse que fue en Flandes donde nació la primera democracia septentrional.

Una de las etapas más productivas de este artista por número y calidad de pinturas tuvo lugar entre 1475 y 1480. Memling murió en Brujas el 11 de agosto de 1494.

Después del cierre en Madrid el 15 de mayo, se exhibirá en el Groeningemuseum (Brujas) entre el 7 de junio y el 4 de septiembre, desde el 6 de octubre hasta el 31 de diciembre en la Frick Collection de Nueva York.

Museo Thyssen- Bornemisza, Paseo del Prado, 8. Madrid.

Publicada en Ambito Financiero 27/1


 Kasuya Sakai

 

Kasuya Sakai nació en Buenos Aires en 1927, realizó sus estudios en Japón donde permaneció durante 16 años. Al regresar en 1951 comenzó a trabajar en la difusión de la difusión de la cultura japonesa a través de la docencia, conferencias, curaduría de exposiciones.

Entre las obras que tradujo al japonés se encuentran “El Túnel” de Sábato y “Misteriosa Buenos Aires” de Mujica Láinez. Fue asimismo creador junto a Osvaldo Svanascini de la editorial “La Mandrágora”. En los once años que residió en buenos Aires desarrolló una intensa actividad intelectual y es aquí donde se convierte en pintor autodidacta.

La muestra homenaje que le dedica el Centro Cultural Recoleta en la sala Cronopios en la que se han reunido más de 50 obras- curaduría de Mercedes Casanegra, montaje de Gustavo Vázquez Ocampo- se inicia con las realizadas entre 1953/4. De carácter concreto en las que hay resabios de la ortodoxia del movimiento surgido en los 40, superficies puras, marcadas en sus perímetros, que remiten a su admiración por Tomás Maldonado y Lidi Prati.

Más adelante su nombre aparece junto al de Fernández Muro, Sara Grilo, Miguel Ocampo, Clorindo Testa que Romero Brest califica como “abstractos intuitivos”. Hacia 1958/9, vira hacia un informalismo de gruesos trazos y manchas negras de las que trasciende su orientalismo.

Esta pintura de gestos, signos, caligrafías se veía coincidentemente en Europa y Estados Unidos en artistas de la talla de Pierre Soulages, Hans Hartung, Franz Kline que también bucearon en las filosofías orientales en un intento por llegar a la esencia de las cosas.

Sakai, en nuestro país, y a la manera de los artistas orientales intentó alcanzar la visión interior, es decir, convertirse en el objeto mismo: “Dibuja el bambú durante diez años, se convierte en bambú y luego se olvida completamente del bambú que está dibujando”.

Las caligrafías , decía el artista, “un ejercicio espiritual para crear formas abstractas con su correspondiente significado”, habían evolucionado con el sólo objetivo de su apreciación estética.

Sakai descarga emoción en los grandes trazos texturados, matéricos, de efecto dramático en los que el registro de negros llega a su más alta fuerza expresiva a causa de ciertas luminosidades colorísticas apropiadamente colocadas. La mirada las recorre en consonancia con los demás gestos, hay una armonía estética que trasciende al contemplador.

Es así que el informalismo de Sakai jamás rozó la violencia ni lo destructivo como en muchos de los artistas que aquí se enrolaron en ese movimiento.

Entre 1963 y 1964 se instala en Nueva York, período del que hay pocos testimonios ya que gran parte de la obra fue dejada en un depósito y jamás reclamada. Epoca de apogeo del Pop Art, conoció al escultor Noguchi y al músico John Cage.

En 1965 se traslada a México donde también va a desarrollar una intensa actividad intelectual. Damián Bayón en el capítulo Audaces y Sensibles de su libro “Aventura Plástica de Hispanoamérica 1940-1972”, menciona a varios artistas que “le han hecho bien a los mejicanos, bloqueados por el muralismo, ayudándoles a respirar un aire nuevo y distinto”. Entre ellos, el inglés Brian Nissen y los argentinos Hlito y Sakai a quien se lo considera un pionero al introducir el geometrismo en el medio artístico de ese país.

Las obras de 1976 que expuso en el Museo de Arte Moderno de México, D. F. Así como las presentadas en el Museo de la Universidad de Texas en Austin, constituyen un homenaje a la música , a Miles Davis, a John Cage, a Edgard Varese. Grandes planos de color, formas geométricas ondulantes, un continuum dinámico, cromatismo vibrante, luminoso que en grandes paneles invade la blancura de la Sala Cronopios.

Este cromatismo interactúa y muestra a un Sakai en pleno dominio del color tratado de manera científica. Se pueden hacer asociaciones con Robert Delaunay, Kenneth Noland, Frank Stella, Julio Le Parc pero Sakai se encarga de referirse a Ogata Korin (1658-1716), un pintor japonés a quien admiraba y que ponía singular atención en el trazado elegante y reiterado de curvas, círculos y líneas sinuosas que fluyen sin

principio ni fin aparentes.

A partir de 1983 se producen otros cambios influenciado por el estudio del período Genroku( siglo XVI y XVII) de la cultura japonesa. Acrílicos sobre tela, acuarelas y gouache sobre papel de gran belleza. Paisajes verticales, divisiones geométricas en las que las yuxtaposiciones colorísticas insinúan montañas , ríos, olas, naturaleza, abstracciones complejas, un momento verdaderamente trascendente de su quehacer, de alto contenido espiritual, como casi toda su obra.

Una exposición excepcional de un artista itinerante, Buenos Aires, Japón, Nueva York, México, Dallas , donde falleció en 2001.

Publicada en Ambito Financiero 11/3


 Alfredo Prior

 

 

En la actual muestra de Alfredo Prior (1952), no hay muñequitos irreverentes, instalaciones con retratos de seres orientales, Napoleón, San Antonio, Atlas, reducidos a la mínima escala o el oso rey, oso poderoso, oso perturbado, de carácter sombrío sobre cartón corrugado exhibidos en el Museo de Arte Moderno en 2003.Era un mundo en el que se combinaban imágenes históricas y de fábula con un gran respeto por el quehacer pictórico..

Salvo por los títulos en los que el artista evoca “El Jardín de las Hésperides”, “Proteo”, “El Nacimiento de Venus”, “Dánae” que puedan llevarnos a profundidades mitológicas, lo que muestra es un ir y venir de su gesto por una superficie ante la que hay que alejarse—como solía hacerse frente a las obras en los museos— para detectar las infinitas variaciones, pases y efectos de color, también sombrío, textura, opacidad, brillo.

A esta altura ya no caben los encasillamientos tipo “artista de los 80”, en los que se ha intentado una cronología, es simplemente Prior, hoy, que da libre curso a un espíritu que ha abrevado en ejemplos paradigmáticos de la cultura universal y los vuelca en lo que se considera una experiencia estética de la que no está ausente lo emocional.

 

Publicada en Ambito Financiero 15/4


 Xul Solar en MALBA

 

Sin contar los libros de Osvaldo Svanascini, Aldo Pellegrini, Jorge López Anaya, Mario Gradowczyk, ensayos, artículos periodísticos argentinos y extranjeros, exposiciones individuales y colectivas además de casi 35 muestras póstumas,¿ es todavía posible una nueva lectura sobre Xul Solar (1887-1963)?.

En su carácter de pintor inasible, su complejidad es de tal magnitud que despierta el interés y la fascinación tanto en aquellos que pueden penetrar en ella como en los que sólo pueden acceder a la exterioridad de su pintura.

Esta nueva lectura en la actual exposición retrospectiva “Xul Solar- Visiones y Revelaciones”, es un proyecto curatorial de Patricia Artundo que ha elaborado un extenso y erudito estudio investigativo con la colaboración de especialistas como Jorge Schwartz, Daniel Nelson, Cintia Cristiá, María Lucía Bastos Kern, Annick Louis y cronología de Teresa Tedín cuyos textos se publican en el excelente catálogo (español- inglés y portugués-inglés) que cuenta además con reproducciones a color de las obras.

Se propone un abordaje no tradicional a un Xul Solar considerado esotérico y ocultista y a partir de 1924, como iniciado.

Esotérico y sus derivativos presuponen , según Joscelyn Codwin, el propósito de penetrar el significado de la superficie para alcanzar un conocimiento secreto y superior y en cuanto al ocultismo es la búsqueda de la ciencia oculta como oposición deliberada a las creencias del materialismo científico del siglo XIX.

Se han reunido pinturas, la mayoría no exhibidas anteriormente, objetos, manuscritos, documentos, libros y folletos pertenecientes a su archivo personal de una biblioteca que Borges admiraba. Se incluyen obras de la Fundación Pan Club, Museo Xul Solar, Museo Provincial de Bellas Artes de La plata, colecciones públicas y privadas, Malba- Colección Constantini donde se exhibirán hasta el 15 de agosto. Asimismo cabe destacar que esta muestra es una coproducción entre este museo y la Pinacoteca del Estado de San Pablo que la expondrá durante septiembre y octubre.

Organizada en diferentes núcleos temáticos, el espectador puede recorrer desde las primeras obras de comienzos de la década de 1910 hasta aquellas de los años 60 bajo los títulos “Viaje: Europa”; “Arquitectura y Diseño”; “Teatro y Vida Moderna”;”Nombrar las cosas”; “Sincretismo religioso e intelectual”; “Nuevo mundo”; “Visiones y revelaciones”; “Las ciudades y sus habitantes”;”Primeras Grafías—Todo Escrito”; “Nuevas formas de religiosidad”; “Xul y la música”; “Una suma de conocimiento”; “Nuevos espacios comunitarios” y “Grafías Plastiútiles”.

El viaje a Europa en 1912 de la que regresó recién en 1924 con su amigo Pettoruti, se convirtió en un viaje iniciático, eran momentos decisivos para su arte considerando que abrevó en los nuevos lenguajes y propuestas de los primeros años del siglo XX.

En Londres conoce a figuras clave del ocultismo, se conecta con distintas logias de la Sociedad teosófica, en Munich se relaciona, entre otros, con místicos, gnósticos, taoístas, en Sttutgart con el fundador de la antroposofía, Rudolph Steiner.

Hace frecuentes visitas al Museo Egizio de Turín que atesora miles de piezas sobre la vida en el Egipto faraónico y en París conoce al ocultista inglés Aleister Crowley, un encuentro trascendente y de quien aprendió a llevar un registro diario de sus “visiones”.

La obra de Xul es de gran belleza y delicadeza, trasciende lo meramente estético y en ella se impone su mundo interior. La composición nos lleva al terreno de lo imaginario, de lo fantástico, de lo onírico.

Sus arquitecturas se elevan, de ellas no está ausente la fantasía, por ejemplo, salas o palacios de cristal pero en relación directa con la cultura, es decir, su deseo de llevarla a un nivel superior, también una utopía acerca de las ciudades del futuro.

Xul incorporó palabras a su pintura, hecho que se enlaza con el neocriollo, con su panlengua, con la idea de unificación de América Latina, con su ingreso, al regresar de Europa, a la vanguardia martinfierrista y su lanzamiento de “confraternidad intelectual entre los jóvenes de nuestros países”.

La escritura es clave y como lo señala Artundo en su ensayo curatorial, “las obras de comienzos de la década del 30, representan una etapa más en el proceso de traducción de la escritura a la pintura, cada una con códigos propios”.

El Tarot, el panajedrez, la música, sus Zodíacos, los retratos que definen al retratado según su signo, el I Ching, el armonio con teclado modificado para una escala musical propia son otras de las creaciones de este “artista cosmopolita, ciudadano del cosmos”, así definido por Borges.

Cuando en 1975 se le preguntó a su esposa Lita por qué Xul definía sus textos como “Visiones” contestó :

“Han sido encontradas en meditación, rezando, alcanzando un determinado clima espiritual y la gente tiene que prepararse, la obra de Xul es más para nuestro futuro que para nuestro presente”.

Quizás en 2025 el hombre vuelva a encontrar lo espiritual en el arte.

Publicada en Ambito Financiero 17/6


Mural Roux en Edificio Bank Boston

 

Desde ayer luce majestuoso “Homenaje a Buenos Aires” el mural realizado por Guillermo Roux que le da definitivamente identidad a su amada ciudad.

Se encuentra en el edificio diseñado por el arquitecto César Pelli para la sede del Bank Boston (Della Paolera 265) y constituye una verdadera obra maestra de 12,5m.x 5,5m. iniciada en plena crisis de 2001.

Durante estos años asistimos en diferentes oportunidades a esa especie de obrador o bunker donde junto a Marina Curci y Laura Olalde, sus expertas ayudantes, trabajó en silencio, sin presiones, apoyado incondicionalmente–así lo señaló el miércoles en la reunión de prensa—por las autoridades del Banco y enfrentando los problemas estructurales, técnicos y temáticos de semejante emprendimiento que a su vez está documentado en más de cien bocetos en distintas técnicas.

Es muy importante destacar que el mural reproduce la estructura del edificio y está dibujado sobre una grilla que es la proyección de parte de la fachada. Respeta el concepto arquitectural en el que predomina el cuadrado y Roux desarrolló la estructura matemáticamente en base a este cuadrado.

Es una gran representación teatral en un escenario dividido en tres paneles cuya lectura debe comenzar por la escena del extremo derecho. Aquí recrea el Buenos Aires de los inmigrantes que bajan de los barcos, entre ellos, su esposa Franca que llegó de Italia. Estos “actores” aparecen algo estáticos y conservan sus vestimentas y costumbres. Es también un homenaje a la memoria del lugar que hoy ocupa el edificio así como los de los alrededores ya que hace sesenta años era un descampado de la zona del puerto donde Roux y sus compañeros de la escuela de arte iban a pintar, allí también se encontraba el Parque Japonés, enfrente los teatritos y burdeles de la Recova.

Pictóricamente Roux hace citaciones a Zurbarán, Velásquez, quienes, según el artista, junto a Goya, Tiziano y Tiépolo, justifican la historia del arte.

En la escena del extremo izquierdo, aquellos inmigrantes se han transformado en los porteños que animan la bohemia ciudadana. El obelisco como fondo, los angelitos del famoso café, una pareja que baila el tango, la cantante de cabaret y aquí la cita corresponde a los grandes románticos del arte. Los personajes ya no están estáticos, la composición parece girar.

La escena central es el abrazo entre el río y la pampa, hombre y mujer, mientras una joven de espaldas vestida de blanco con cintas celestes en el pelo representa la república, aquella que, como señala el artista, contempla el futuro sin olvidarse del pasado. Son los simbolistas a quienes Roux convoca.

Hay un elemento recurrente en las tres escenas , el lenguaje sensual y voluptuoso de las telas, de los paños envolventes, a veces fantasmales de los actores de la comedia del arte.

El cromatismo general responde a la Buenos Aires melancólica y nostálgica, de allí los ocres dorados, sepias, negros atenuados, amarillo de Nápoles que, no obstante contrastar con las tonalidades aceradas de la arquitectura vidriada, se integra y dialoga con ella armoniosamente.

Patricio Lóizaga es el autor del libro ilustrado que relata detalladamente el proceso de realización del mural, reproduce importantes diálogos con el artista, reflexiona sobre el momento histórico –político en el que se inició la obra y sobre el pensamiento de este artista culto, apasionado, un permanente nadador contra la corriente, que no cedió y decidió escuchar sus propias voces.

Lóizaga también realiza un estudio comparativo con Balthus (1908), Lucien Freud(1922), Antonio López García (1936) que, como Roux (1929), “no resignaron sus convicciones a lo largo de décadas que determinaban tendencias teóricas, institucionales y mercadológicas que les eran adversas”.

Roux concentra en esta obra su mensaje de fe, de valores espirituales, un ejercicio para poder distinguir entre lo contingente y los valores permanentes del arte.

Una representación teatral que merece un ¡Bravo, Maestro!

Publicada en Ambito Financiero 1/7


Grün- Guzmán (Recoleta)

 

En 2003 se exhibió en el Museo Sívori una muestra colectiva titulada “Ovo Nero” que suscitó controversias pero que no dejó a nadie indiferente.

En ese momento señalé que estos artistas trataban el cuerpo humano sin concesión alguna, a veces, con un dejo de belleza clásica y otras, de manera sangrienta. Se mezclaba la magia, la fe religiosa, el misticismo, una conjunción entre lo sagrado y lo profano, además de una idolatría de lo monstruoso.

Las obras remitían al siglo XV, época de terrible depresión, de angustia continua, el terror del infierno y del Juicio Final, pestes, hambre, guerras, diablos y brujas, según Huizinga, filósofo e historiador de la Edad Media.

Dos de sus ex integrantes, Lorena Guzmán (1977) y Gabriel Grün (1978) presentan actualmente “Mitologías” en el Centro Cultural Recoleta.

La primera utiliza yeso y resina de un blanco purísimo en esculturas de carácter realista inspiradas en obras mitológicas y en artistas como Alma-Tadema, Boucher, Millais, entre otros, disparadores de imágenes que no necesariamente están enraizadas en lo mitológico.

En la muestra a la que me referí al principio de esta nota, Lorena Guzmán se centraba en una historia personal de carácter dramático. En el giro que ha tomado su obra actualmente, la mayoría de los personajes son niños en actitud teatral, la blancura del material pareciera alejar, aparentemente, lo sexual y lo erótico, muy presente en toda la mitología.

Languidez, inocencia, una visión poética en la ondulación de la línea y los pasos de la sombra a la luz y más allá de las complicadas y diversas anécdotas mitológicas de Leda, violada por Zeus simulando ser un cisne perseguido por un águila o la más conocida, Zeus en forma de cisne haciéndole el amor junto al río Eurotas.

Pero como sostiene la artista, “el público no tiene obligación de conocer todos los mitos y hay obras en los museos que incluyen referencias mitológicas que siguen deslumbrando por igual al que conoce y al que no conoce su trasfondo”.

Lo mismo sucede con otras obras como “Diana” o “Flora”, ese ser vegetal, diosa de la flores y personificación de la primavera que Guzmán instala como un ejemplo de barroquismo.

Gabriel Grün también se inspira en maestros como Bosch, Brueghel, Dürer, Caravaggio, Rivera a quienes admira.

Debe destacarse su calidad pictórica, resultado de un profundo estudio de los clásicos y de exigencias técnicas que respeta a rajatabla. Los personajes de Grün son Grün. El es su modelo, “no puedo tomar a cualquier persona que no conozca como modelo, lo que pinto surge de lo que conozco”.

Imágenes de centauros, mitad hombre o mujer, mitad fiera salvaje, cabellos botticellianos, la “ventana” de fondo, figuras femeninas con extremidades a manera de troncos de árboles, las flechas reales que atraviesan el cuerpo de San Sebastián, el mito de Leda, el cisne como Zeus, poseyéndola.¿Por qué ambos artistas nacidos hace menos de 30 años se inclinan por esta estética que tiene siglos? ¿Es apropiación, un vocablo que estuvo en boga en parte de los 80 y 90?. ¿Demostración de la posibilidad de imitar la maestría de la que hacían gala esos autores, especialmente los flamencos?.

No son ventanas a través de las cuales podemos contemplar el mundo de un lejano pasado. El terror del infierno y del Juicio Final, diablos y brujas han desaparecido de la mente del hombre contemporáneo, no así la angustia, el hambre, las guerras. En realidad, expresan sentimientos , lo dice Grün, “parto de lo que produce el cuerpo en mí”.

La vida y el sufrimiento, el amor, el deseo, lo tanático, temas que estuvieron y están a lo largo de toda la historia del arte y en el caso de ambos artistas, los expresan de una manera que los lleva más allá de lo cotidiano. También al contemplador que le permite , al menos por un rato, traspasar las fronteras entre el mundo de los sueños y el mundo de la realidad.

Publicada en Arte al Día 28/8


 Frank Stella

 

En 1970 Frank Stella (E.E.U.U. 1936), tenía 33 años cuando el MOMA realizó una retrospectiva de su obra que comprendía los primeros doce años de su carrera.

De carácter minimalista, su máxima era: “mi pintura se basa en que únicamente lo que se ve allí está allí”. Pintura plana, tenía densidad, solidez, peso.

Poco después el cambio fue radical. En la serie 1970/3 “Polish Village”, los planos geométricos comenzaron a abultarse, quería dotar de volumen, masa y dinámica espacial a la obra abstracta. Las series consecutivas “Brazilian”, realizadas en metal, “Exotic Birds”, así llamada por su preocupación por las especies en extinción, “Indian Birds”, relieves sobre una grilla, curvas irregulares de carácter barroco hasta así llegar a la famosa retrospectiva de 1987, también en el MOMA y que Ambito Financiero cubrió entonces.

Stella insistía que aunque esas formas y superficies parecieran extravagantes, él las consideraba pinturas construídas y esculturas pintadas. Fue una muestra de deslumbrante exuberancia y opulencia. Obras maximalistas, relieves pintados ejecutados con metal perforado, aluminio soldado, fibra de vidrio, metal desplegado en brillantes colores, una verdadera obra de ingeniería.

Esta introducción quizás permita al contemplador entrar en la esencia de la obra de este extraordinario artista, cuya muestra se exhibe en el MALBA.

Son 25 obras de gran tamaño realizadas entre 1991 y 1997, “Moby Dick” originada en su serie “Waves” y tituladas de acuerdo a los capítulos del libro de Melville.

“Aprendí a pintar el metal y simultáneamente a grabar directamente sobre la plancha”. Esta obra gráfica presenta formas a manera de olas que caen como cascadas hacia el centro, todo se mueve, atrapa la luz, todo aparece prístino en medio de un aparente caos de líneas, colores, geometrías, fuerzas interiores que fluyen e interactúan.

En una ocasión Stella dijo: “Me gusta que las pinturas se muevan; la cuestión es si la intensidad de la acción es sólo una decoración nerviosa o si realmente tienen algo para decir acerca de estar vivo”. Sin duda toda su obra respira vitalidad.

Hay siete grabados de la serie “Moby Dick” (1991), planos impresos en blanco sobre negro, entre los que “El Funeral” conmueve por su contenido.

“Domos” (1992), es una serie llevada a la tridimensionalidad , trabajada con 24 colores y con relieves.

“Moby Dick—Rebabas de papel” (1993), nueve grabados con bordes irregulares en los que se reprodujo el espiral de humo de un habano que fumaba en ese momento y que se intervino digitalmente. Como anécdota, en la conferencia de prensa Frank Stella no se desprendió de su habano , por supuesto, apagado.

“Lugares imaginarios” (1991-1997), dos obras entre las que se destaca “Juam”, se utilizaron 144 colores, impresas sobre dos hojas de papel hecho a mano, formas irregulares y superpuestas.

Editadas en Tyler Graphics, no debe perderse el film sobre el apasionante proceso del trabajo que duró doce años.

La muestra se acaba de exhibir en Chile donde se dice que Moby Dick nadaba cerca de la Isla Mocha en el Sur de ese país y ahora en Buenos Aires , única ciudad a la que llegaron los marineros del Pequod durante sus travesías por los temibles mares en búsqueda de su presa.

El curador de la muestra es el crítico norteamericano Ed Shaw que vive actualmente en Chile, autor junto a Robert K. Wallace y Jacquelynn Bass de los textos y entrevistas al artista. El excelente montaje estuvo a cargo de Gustavo Vázquez Ocampo.

Publicada en Ambito Financiero 13/9


 Equipo Crónica

 

Dieciseis pinturas fechadas entre 1966 y 1980, cuarenta y un obras sobre papel (serigrafías, collages, linóleos) y dos esculturas múltiples constituyen la exposición del “Equipo Crónica” que se presenta por primera vez en la Argentina.

Organizada por el Instituto Valencia de Arte Moderno (IVAM) y por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX) en coproducción con el Centro Cultural Recoleta, ocupa la Sala Cronopios bajo la curaduría de Facundo Tomás, autor de un importante y esclarecedor texto “El Equipo Crónica—Cuarenta años después”.

El Equipo Crónica surgió en Valencia en 1964, estuvo integrado por Manolo Valdés (1942), conocido artista que ha expuesto en Buenos Aires, Joan-Antoni Toledo (1940) que dejó el grupo un año después de su creación y Rafael Solbes (1940/81) a cuya muerte se disuelve.

Trabajaron conjunta y anónimamente en momentos de gran efervescencia social, una gran agitación en oposición a Franco además de su preocupación junto a otros intelectuales por el estancamiento de las pautas creativas del informalismo español y otras corrientes dominantes.

Su propuesta fue crítica del contexto sociopolítico, respondía a la ideología de compartir “un arte comprometido, un arte al servicio de los valores humanos, superar la mitología del individualismo y de la expresión subjetiva como intencionalidad de la actividad artística”.

Pueden distinguirse cuatro etapas, 1964-1967, crónica de lo cotidiano en lo español y lo internacional, la crónica narrativa 1967-1969, citaciones o apropiaciones de la pintura española, 1969-1978, 1969-1978 apropiación de las vanguardias europeas y norteamericanas, 1978-1981 cuando pintan al óleo objetos de la temática cubista. Cigarrillos, cartas, botellas, partituras.

El discurso del Equipo crónica está dentro de los límites tradicionales del cuadro, dibujos, pinceladas, colores planos, fragmentaciones, trompe l ´oleil espacial, repeticiones, rupturas de la lectura tradicional, asepsia pictórica. Asimismo abrevó en la fotografía, el cine, los afiches, otras técnicas de reproducción mecánica, tomaron la iconografía del pop-art producida por los medios de comunicación.

¿Qué diferencia al pop-art anglo norteamericano del español?. Como lo señala Barbara Rose, el primero estaba ligado a un culto a la juventud, al bienestar de posguerra, a las satisfacciones y peligros del consumismo y al predominio de la cultura de masas.

En cambio, el español fue abierta y eminentemente político en un país pobre donde imperaba la censura en la última década de la dictadura y que intentaba modernizase.

Otra de las diferencias es la continua referencia a las obras del arte español y a la historia de España.

Un acierto curatorial es la colocación al lado de los cuadros de las referencias históricas y también políticas correspondientes ya que no obstante el lugar relevante que ocupa el Equipo Crónica en el panorama artístico, una muestra de este calibre debe ser didáctica para todo público.

No hay nada en todo el recorrido de la muestra que evite la crítica: desde la “Mariana de Austria” según Velásquez, en el medio de una oficina repleta de aparatos electrónicos o “Mariana y las moscas” de carácter antimonárquico.

En fin, la realeza, la mística en la pinturaespañola, los expresionistas alemanes, Leger, Guadalupe posada, Hopper, Sorolla, Picasso, Lichtenstein, clásicos y vanguardistas, homenajeados, reinterpretados, también agredidos.

Son imperdibles las serigrafías que aluden a intelectuales como Apollinaire y Ramón Gómez de la Serna así como un tríptico recientemente adquirido en subasta pública “Sorolla como pretexto” (1974) en el que se rinde tributo al maestro valenciano.

De 1977 data una serie “El Billar” en la que se autorretratan, la composición geométrica se mezcla con referencias a De Chirico, Magritte y Lissitzky. Otras series, “Chile-País Valencia”, “Paisajes Urbanos”, “Los Viajes”, en la que ambos artistas visitan museos y son observados por los personajes de los cuadros. Una obra de 1980 basada en “El Puente de Narni” (1827) de Corot y la locomotora de un afiche “Exactitude” (1929), dos imágenes separadas por un siglo y que Solbes y Valdés combinan a la manera de “una visita a la pintura” así como “El jugador de Cartas”, un reencuentro con Cézanne con referencias a Picasso y Juan Gris.

Obra compleja de artistas que se plantaron ante la historia del arte, pintaron toda la historia de lo pintado a través de una estética transgresora y personalísima.

Publicada en Arte al Día 19/9


Bastón Díaz

 

Al releer un ensayo del crítico norteamericano Robert C. Morgan encontramos una frase que puede aplicarse a un artista escultor como Bastón Díaz (1946) : “Ser un artista es definitivamente una tarea de liberación”. Esto significa resistencia al sistema de la moda y mantener una relación ética con el arte.

Desde que Bastón Díaz ingresó al mundo del arte debe haberse preguntado más de una vez, entre otras preguntas existenciales, “¿ cuál es la motivación para hacer lo que hago?”.

Suponemos que hay prioridades y, entre ellas, hacer su trabajo desde una postura que no acepta normas culturales ni de mercado impuestas.

¿Son anecdóticas estas obras monumentales que se han apropiado del espacio de la galería? En parte sí, porque remiten a su visión de los barcos que están en el puerto de Buenos Aires, un tema recurrente y que continúa desarrollando desde hace un tiempo.

En esta “Serie de la Ribera” que tiene también otros títulos, por ejemplo, “Construyendo el Sueño de la Vuelta” o “Modelo para des-armar” que se exhibe en Daniel Maman Fine Art, la idea subyacente es la inmigración, sus abuelos llegaron de La Coruña, la propia emigración e inmigración, Díaz vivió casi 10 años en París de donde regresó en 1977.

“Mi obra nace como yo en un lugar enviciado de nostalgia… para los que se quedaron sin posibilidad de regreso, los barcos se convierten en símbolo del sujeto mismo”.

Hasta aquí la anécdota y la referencia barco que aún despierta infinitas fantasías en el hombre, fundamentalmente, un creador de ficciones, según Nietzche.

Pero vayamos a las obras. De carácter constructivista, formas concretas, calculadas matemáticamente, una geometría que se va entrelazando, curvas que llaman a otras curvas, planos que se interrelacionan, que adquieren presencia contundente según el ángulo desde donde se los mire.

Estas toneladas de hierro patinado, están delicadamente apoyadas y unidas por bisagras que simulan articulación.

Otra característica es la austeridad de estas formas de gran pureza formal enfatizada por la pátina oscura y el dramático espacio creado por la presencia monumental de estas obras bellas, si, sin temor a la palabra, ancladas en lo atemporal.

 

Publicada en Ambito Financiero 23/9


V Bienal del Mercosur

 

“Historias del Arte y del Espacio”es el título de la V Bienal del Mercosur – instalada ya en el circuito internacional– que se lleva a cabo en Porto Alegre, Brasil hasta el 4 de diciembre.

Para Paulo Sergio Duarte, su curador general, “la noción de espacio sufre cambios y transformaciones debido a las nuevas tecnologías de comunicación y al creciente proceso de urbanización. El problema del espacio, además de una presencia permanente en el arte, está en la cotidianeidad, la casa, el trabajo, el entretenimiento y en los desplazamientos”.

Ha elegido un tema abierto y clásico de la Historia del Arte: la cuestión del espacio que permite el libre abordaje tanto por los críticos como por los artistas por ellos elegidos sin distinción de nacionalidades, fronteras geográficas o políticas.

Nueve son los espacios elegidos en la ciudad con un total de veinte mil metros cuadrados, espacios estratégicos con entrada gratuita, y en esta nota recorreremos algunos de ellos destacando lo más relevante según nuestro criterio personal.

En el Santander Cultural, un magnífico edificio de la década del 20 se exhibe uno de los siete vectores en los que está dividida la Bienal. “De la Escultura a la Instalación- Núcleo Histórico” reúne 14 artistas considerados históricos dentro del marco del Constructivismo. Está presidida por la escultura de Max Bill (1908-1994) premiada en la Primera Bienal de San Pablo en 1951, artista que influyó en el surgimiento del Concretismo en Brasil. Obras de Franz Weissmann (1911-2005) que marcó el pasaje del Concretismo al Neo- Concretismo, Carmelo Arden Quin (Uruguay, 1913), figura relevante del Arte Madí, Enio Iommi Argentina, 1926), uno de los fundadores del movimiento Arte Concreto- Invención, Sergio Camargo (1930-1990) uno de los más importantes constructivistas brasileños, el artista homenajeado Amílcar de Castro (1920-2002),la instalación del uruguayo Nelson Ramos (1932) en la que pintura y objetos están íntimamente relacionados.

Completan la exhibición, Arthur Pisa (1928), Hélio Oiticica (1937-1980) y Lygia Clark (1920-1988), grandes artistas del Neoconcretismo, Wyllis de Castro con sus elegantes construcciones en madera y metal así como el mejicano Ulises Carrión (1941-1989) cuya obra gira alrededor de las posibilidades espaciales del lenguaje verbal y en la que la experiencia literaria está ligada a la experiencia artística.

En el MARGS (Museo de Río Grande do Sul) también se incluyen obras pictóricas, entre otros, de los brasileños Alfredo Volpi, Hércules Barsotti, Mira Schendel, Amílcar de Castro, objetos cinéticos de Abraham Palatnik (Brasil) y Matilde Pérez (Chile), una pequeña obra de Juan Melé (Argentina) prestada por la Colección Constantini.

Si bien en el arte hay un borramiento de los límites, el espacio del arte se ha vuelto inestable, la distancia que aislaba la obra de arte y apelaba a la subjetividad del receptor ha sido anulada , creemos que la idea curatorial de agrupar las obras sin distinción de nacionalidades es positiva, sin embargo su no identificación se contradice con los ambiciosos objetivos educativos que propicia la bienal: la capacitación de 2500 profesores y la concurrencia prevista de 200.000 alumnos.

Nada nace espontáneamente, muchos de los artistas comparten una visión común acerca de las preocupaciones existenciales, la globalización imperante, la reflexión sobre el arte, pero también hablan de su propia cosmografía, su deseo de no perder sus particularidades.

Los Almacenes del Puerto, junto al río Guaíba, siete inmensos espacios, reúnen los vectores “De la Escultura a la Instalación- Núcleo Contemporáneo”, “ Direcciones en el Nuevo Espacio”, “La Persistencia de la Pintura- Núcleo Contemporáneo” y “Fronteras del Lenguaje”.

De este último vector en el que intervienen artistas no pertenecientes al área latinoamericana, el video de Pierre Colibeuf (Francia) expone hasta el hartazgo la violencia física entre los protagonistas, Stephen Vitiello (USA) altera nuestra percepción del ambiente con su instalación sonora, Ilya Kabakov (Ucrania, 1933), reside en Nueva York y es un asiduo invitado a bienales internacionales. Montó una instalación, “El Museo Vacío” (2003), que se asemeja a una sala que albergaría obras clásicas pero sin ellas y con fondo musical de órgano, en realidad, un cómodo lugar para descansar.

Pero lo que nos conmovió profundamente fue la video- instalación de Marina Abramovi´c (Belgrado, 1946) que vive entre Amsterdam y Nueva York . “Cuenta con nosotros”, una video- instalación en la que un coro de más de 200 niños dirigidos por un esqueleto cantan una canción en la que el amor, la esperanza, la solidaridad son exaltados, una verdadera ironía sobre el papel que juega las Naciones Unidas respecto a los países del Tercer Mundo. En la pantalla opuesta un grupo que ingresa a una plaza y forma una estrella se desintegra.

En otros sectores de los almacenes correspondientes a este vector , destacamos las obras de los brasileños Carlos Fajardo, una suerte de pasarela de espejos, Iole de Freitas , una mega escultura de acero y policarbonato pintado , Sirón Franco y las nueve “camas” de cemento de trágico contenido, Ernesto Neto, creador de un espacio de gran tensión con sogas y una bolsa, Lucía Koch y sus poéticas ventanas de colores suaves. El mundo de Patricio Farías (Chile) pero radicado en Porto Alegre desde 1983 es el del humor. Escultura, objeto o instalación de factura impecable, forma aerodinámica, acompañado de un video en el que se resaltan sus cualidades a través de un histriónico presentador que intenta convencer al televidente y un texto en el que no ahorra críticas a la sociedad de consumo. Imperdible.

Alexandra Andrade (Bolivia) presenta una conjunción visual- olfativa. Al entrar en el espacio muy oscuro se perciben imágenes religiosas del barroco colonial de las que se desprende un delicioso aroma a chocolate. Hasta allí todo parece inocente. Pero en una pantalla, un video de gran carga erótica muestra a la artista ejerciendo un acto de verdadera antropofagia con su propia obra.

Para Raquel Schwartz, también de Bolivia, la vida es color de rosa en su casita de peluche, muebles, artefactos sanitarios y utensilios incluidos en la que sólo se escucha el canto de los pájaros. “Ilusión”, perfecto nombre para este mundo ideal donde protegerse de la alienación.

Del conjunto argentino destacamos la obra de Román Vitali, en el registro de la obra anteriormente mencionada, una instalación realizada con gran destreza formal, un tejido en cuentas acrílicas facetadas, un “Camping” kitsch pero como lo señala la curadora, Eva Grinstein, “lo siniestro acecha en un contexto aparentemente bucólico”.

Una mesa, una computadora, auriculares. El visitante debe registrar su documento de identidad. Al ponerse los auriculares se escucha un texto entre poético y ambiguo, protagonizado por la galerista, el coleccionista, señoritas promotoras, fondo musical de clarinete, voces de niños, la sombra de Marlo anunciado por comediantes… Nadie indicaba que podíamos pasearnos por el lugar con los auriculares (lo que supimos más tarde, de allí el pedido del documento) por lo que nosotros no pudimos captar el objetivo de “La Calle de la Sombra de Leandro Tartaglia.

Del vector “Persistencia de la Pintura- núcleo Contemporáneo” nos interesaron las pinturas de Daniel Senise y Eduardo Sued (Brasil), Benjamín Ocampos (Paraguay), una narración localista, Camilo Yánez (Chile), pintura sobre pared con luz negra, “Corte”, pintura con aerosol sobre pared del argentino Mariano Molina y como su nombre lo indica, alude a los cortes de piqueteros.

A pocas cuadras se encuentra la Usina del Gasómetro, un activo centro cultural donde hay gran concentración de videos, performances, fotografías, arte en red.

Otro conmovedor y elocuente video de Leonora de Barros (Brasil) Cuatro secuencias en las que una mujer teje y desteje una capucha que cubre su cabeza .Llora, “no quiero ver…” , dice con voz acongojada, “ya ví todo…” dice con voz apenas perceptible. Final: una suerte de flagelación a cara descubierta.

Adriana Bustos (Argentina) indagó sobre el trabajo de los cartoneros y el destino fatal de los caballos de sus carros. Hay además artistas que utilizan la comunicación cibertecnológica, tema que dejamos para especialistas en la materia.

En cuanto al rubro fotografías destacamos las de Oscar Bonilla (Uruguay), Ricardo Migliorisi y Freddi Casco (Paraguay).

Es imposible referirse a las obras de 174 artistas, algunas olvidables como en todas las bienales. Eso, si, hay una constante: aunque todas las formas estéticas aparezcan mezcladas sobrevivirán aquellas que produzcan una verdadera comunicación con el contemplador ya sea éste un conocedor o un amateur. Lo importante de esta Bienal es destacar su papel como generadora de diálogos interculturales en una región “productora” de artistas que intentan caminos múltiples ampliando su radio de acción

Terminamos este recorrido con una reseña sobre el artista homenajeado: Amílcar de Castro (Mina Gerais, 1920-2002). “Treinta Toneladas de Amílcar” distribuidas en diferentes espacios de uno de los mayores escultores brasileños de la segunda mitad del siglo XX. Un legado artístico que se exhibe por primera vez en su totalidad , 58 esculturas, 24 pinturas, archivos de su labor gráfica y joyas provenientes de colecciones públicas y privadas. La característica de su producción es el corte y doblado de la chapa de acero, los “sólidos geométricos” en acero, roca y madera. Se ha incluido un sólido geométrico de 9 toneladas en mármol que luce su blancura frente al río Guaíba.

Paulo Sergio Duarte, Gaudencio Fidelis y José Francisco Alves (Brasil), Eva Grinstein (Argentina), Cecilia Bayá ( Bolivia), Justo Pastor Mellado (Chile), Felipe Ehrenberg (México), Ticio Escobar (Paraguay) y Gabriel Peluffo (Uruguay) son los curadores cuyos ensayos se han reunido en el volumen “Rosa de los Vientos- Posiciones y Direcciones en el Arte Contemporáneo”, una de las varias publicaciones que serán lanzadas en el curso de la muestra.

Publicada en Arte al Día 25/9


 Jacques Bedel en Recoleta

 

 

“Ficciones” es una exposición antológica de Jacques Bedel (Buenos Aires, 1947) que abarca esculturas, dibujos, pinturas, grabados, libros, maquetas, objetos, realizados a lo largo de casi cuarenta años.

Arquitecto y artista plástico figura en la mayoría de los libros de arte argentino como uno de los renovadores de nuestra escultura.

Nos atrevemos a decir que es un artista inclasificable, que en algunos casos hasta oficia de arqueólogo, por ejemplo, sus rollos de plomo “Verbum” (1992), remiten a los del Mar Muerto con escrituras indescifrables y que tienen carácter sacral.

El lenguaje forma parte de sus investigaciones así como los materiales no convencionales que utiliza: acero al cromo, níquel, titanio, aleaciones usadas en la aviación, resina, cemento, silicio puro.

La ciencia, además de otras disciplinas, es su pasión, lo que puede apreciarse en las distintas series presentadas en una muestra que requiere más de una visita.

La primera impresión al entrar en la Sala Cronopios de Centro Cultural Recoleta es imponente y abrumadora por la disímil índole de las obras expuestas.

“Res vitae” serie de esferas con inscripciones laberínticas de gran tamaño, una de ellas apenas sostenida en un punto. “Los Dueños del Mundo” (1995), un grupo escultórico de seres de apariencia abyecta envueltos en capas drapeadas y que pueden asociarse conceptualmente a “Los Crímenes Políticos”, fotomontajes sobre grabados , críticos del sistema represivo de la dictadura.

El tema de la esfera aparece en 1969, “El Ojo de Dios” es un grupo de esculturas esféricas con espejos parabólicos que producen efectos ópticos en los que la imagen aparece superpuesta y simultánea y en una de las vitrinas está la muy significativa”Aproximación a la Incertidumbre”, azul, detenida en un plano inclinado y que creemos alude a la caída del hombre.

Carbono electrolítico sobre material sintético, madera , hueso, son los materiales de “La Mano de Dios”, misiles de más de 3ms. de altura que terminan en osamenta de vaca, una irónica alusión al poder destructivo.

Otros totems con serpientes enroscadas, cuadros con un vórtice, a veces, un agujero que parece llevar a zonas desconocidas, otras, cargado de materia que cambia de espesor según la perspectiva desde donde se lo mire.

Todo aparece monumental y perteneciente a los resultados de una investigación visual cuyos secretos no son accesibles al espectador. Bedel confiesa que su obra es hermética pero “cuando alguien entiende lo que quise decir se establece una complicidad muy profunda”.

Es entonces importante seguir la recomendación de Hegel citado por Antoine Raymond en su texto “La Paradoja de Bedel”: “las relaciones del hombre con la obra de arte no pertenecen al orden del deseo. La deja existir, por sí misma, libremente, frente a él”.

Muchos de esos secretos quizás se encuentran en sus libros esculpidos. En su interior, formas geométricas, ruinas de ciudades imaginarias, contenedoras de restos de civilizaciones pretéritas. “El País de Plata” es una serie inquietante por lo misteriosa, que revela y que oculta, y que intenta alcanzar la eternidad.

“Las Ciudades de Plata” también una extensa serie que alude a un futuro del que también quedarán sólo ruinas.

Entre otras series abordadas por el artista señalamos “Horizontes”, Historias del Mar” en las que da rienda suelta a un lirismo opuesto a la severidad de su obra. En 2003 fue premiado “El Llano en Llamas” título como muchos otros, asociado a la literatura, obra en la que utiliza un nuevo procedimiento de la aplicación de la imagen sobre determinados plásticos que le permite diluir visualmente lo representado.

“Más allá de Dios”, obras de gran tamaño donde las estrellas cambian de posición de acuerdo al ángulo de incidencia de la luz.

Muchas son las disciplinas que se conjugan en esta obra singular de un artista que es, como lo señala el museólogo Fabio Magalhaes, “culto, riguroso en sus propósitos, crítico severo de sus propios trabajos y trasgresor porfiado de las formas establecidas”.

Actúa como curadora Corinne Sacca Abadi que ha realizado asimismo una intensa y analítica labor de investigación que recorre toda la obra.

Se presenta un importante libro de 413 páginas que reúne la colección fotográfica de toda su producción, textos críticos y un catálogo razonado.

Publicada en Arte al Día 30/10


Fermín Eguía

 

Obras 1965-2005 de Fermín Eguía, (Chubut, 1942), se exhiben en el Centro Cultural Recoleta hasta el 10 de enero de 2006.

Pintor, poeta, fabulador, artista de culto, admirado por sus pares, son muchas sus fuentes inspiradoras, entre ellas, la literatura fantástica del siglo XIX, las fotografías, las grandes obras de arte, los museos de ciencias naturales, los zoológicos, los gabinetes científicos.

Aída Carballo, su profesora más influyente en la Escuela Nacional de Bellas Artes , escribió en 1965 un pequeño texto para su primera muestra individual , “se revela oscuro y fino…quiere la verdad, es portador del preciado don de la gracia a la que zahiere con la realidad presente…”

¿Alguien puede imaginarse que una lancha colectiva cargada de turistas que navega por las tranquilas aguas del Delta sea devorada por una especie de pez ballena?. Muchas cosas alucinantes pueden suceder en el Tigre, imagen que proviene de los relatos de su padre y de una pequeña acuarela pintada por su abuelo, un habitat recurrente en su obra con animales y situaciones fantásticas.

Eguía domina todas las técnicas pero se distingue sobre todo por sus acuarelas trabajadas con mayor o menor densidad, sutiles transparencias y veladuras, resultado de su conocimiento y experimentación con pigmentos y su paleta, confiesa, no ha variado sustancialmente desde sus comienzos.

Su obra estuvo siempre poblada de personajes de fábula, extraños seres, humanos o no, desde una mirada satírica. Recordamos el severo humor de “La Gallina” (1974) con el que obtuvo el Premio De Ridder. Ëpoca también de los panes con patas atravesados por cuchillos, de coches con sus faros a manera de ojos y a los que le han crecido antenas, de las teteras con patas que sirven el té a unos humanoides de grandes bocas y dientes, una metáfora de carácter crítico, anticipatoria de la desaparición de todas las certezas.

Hacia 1976 empiezan a proliferar risas idiotas en seres de bocas enormes y ciegas, insectos que invaden jardines floridos, la pintura fue para él, como para tantos otros, un modo de sobrevivir al espanto. Así lo señala la historiadora de arte Laura Malosetti Costa en el capítulo “La Irrupción de lo Siniestro” del libro que es autora editado en ocasión de esta muestra y con el que se celebran 40 años de labor.

Eguía es muchas veces protagonista de sus propios cuadros : “Corazón salvaje me haces perder la paciencia” (1986), “Tres desgracias” (1984), “Un terrible ejemplo” en el que se retrata pintando una escena mitológica o como un personaje de una pintura japonesa, sin duda, el artista da rienda suelta a sus demonios, sentimientos y pensamientos.

Recordamos un período que Eguía califica de “nariguil”. Según el artista, “nariz para el aire, respirar, expirar, evocación, perfume…que insinúa situaciones procaces o inocentes”. Narices altas, agresivas, con bocazas aullantes que aparecen también en 2002, pequeñas gouaches sobre papel que revelan , una vez más, su conocida maestría de una técnica cuya delicadeza no impide enfrentarnos con la sangrienta realidad de los acontecimientos que se precipitaron a fines del año 2001 y que no tienen un ápice de fábula.

Es así como en “Juan de Garay presencia el raje”, un helicóptero con alas de libélula transporta hacia la nada a un presidente autista. Pero no es “la nada” la escena de “Disturbios en Plaza de Mayo”, cruel, conmovedora.

Los acontecimientos históricos incluyen saqueos, mendicantes, comedores de parroquias, furia de ahorristas, una visión en clave de humor negro de una miseria cotidiana de la que el artista no ahorra detalle . Una visión crítica de los mismos personajes que hacen del saqueo una profesión , de la que no se salva ni el perro con su ristra de chorizos escapando del supermercado.

Eguía también vuelve su mirada hacia cuadros clave que reflejaron los hechos dramáticos como “la Conquista del Desierto”, los penosos desembarcos en carretas de la iconografía sobre el Río de La Plata, “La Cautiva” de Della Valle o “Las fantasías de un Ocioso”, inspiradas en “Apres le Bain” de Eduardo Schiaffino y “Le Lever de la bonne” de Eduardo Sívori.

Pintura transparente, mensaje transparente, sin eufemismos, que plasma una realidad que golpea duramente , eso sí, con una mueca jocosa.

Laura Malosetti Costa recorre diferentes períodos de su quehacer del que destaca su actitud contestataria, el erotismo del dibujo, el sexo explícito en la historia del arte y en la vida cotidiana, la sátira permanente, la palabra, que en títulos y leyendas, es siempre provocativa y también la ternura de un “cuestionador impiadoso de sí mismo”.

Publicada en Ambito Financiero 30/12


Expotrastiendas 2005 – Patio de Esculturas

 

 

En el marco de la V Feria de Arte Expotrastiendas 2005, el Patio de Esculturas muestra una multiplicidad de propuestas. Los artistas seleccionados por la autora de esta nota tienen una vasta trayectoria en el campo de una disciplina que de por sí constituye un permanente desafío.

La lucha entablada con el material los convierte en verdaderos obreros en su sentido más alto y noble además de la complejidad conceptual acuciados por la realidad circundante.

Todos nos elevan por sobre lo cotidiano, la calidad de ejecución es superlativa y además están ajenos a modas estéticas pasajeras, entre otras cualidades que caracterizan al rico panorama de la escultura argentina.

Esta selección, por supuesto incompleta, está limitada por el espacio físico concedido y por los materiales que deben ser aptos para el aire libre.

Podemos así admirar el juego compositivo y el cromatismo vibrante de las chapas de hierro manipuladas por Ana Lizazo en su homenaje a Azucena Villaflor.

Carlos Boccardo cruza en determinados puntos tres vigas en doble T apoyadas sobre el suelo que responden al concepto de escultura objetual, ella por sí misma, desligada de toda influencia excepto el espacio en que se encuentra.

Algo similar sucede con la obra de María Juana Heras Velazco, hierro policromado, en cuanto a su estructura pero ya con una intención determinada: la utopía de un cambio social.

Las maderas que presenta Rodolfo Nardi son formas eréctiles, orgánicas y con aportes cromáticos que acentúan una simbiosis vegetal- animal.

De Julián Agosta hay una obra de carácter totémico, chapa batida, soldada y patinada, una abstracción expresionista vinculada a la geometría rioplatense así como la de Alberto Delmonte, el gran maestro recientemente fallecido, una expresión severa vinculada al constructivismo universalista .

La talla directa en mármol blanco calacata de Cristina Piceda es una construcción que surge de romper la “piel” de la piedra y como lo señala la artista, es una manera de entretejer historias, recuerdos, seres , que están en su memoria.

Por lo contrario, Sara Galiasso respeta la madera, sigue sus formas, trabaja lo que ella le sugiere y que en esta serie de “Amuletos” se prolonga en delgadas y elegantes formas de mármol.

GerardoWohlgemuth con sus contundentes formas que se encastran, de apariencia oxidada, construye un refugio para pensar, para aislarse del mundanal ruido.

Lucía Pacenza es conocida por sus obras en mármol al que pliega y convierte en formas orgánicas. Aquí aborda con igual capacidad la talla en quebracho, una escultura inédita de la Serie Sur 2002.

Fiel a su lenguaje enraizado en el clasicismo, Norma D´Ippolito exhibe una depurada talla directa en mármol de Carrara en la que se aúnan grandes volúmenes alrededor de un espacio interior.

Raúl Díaz obedece a una suerte de impulso gestual en su talla en madera de olmo y base de ciprés, un hombrecito esquemático, su cuerpo en su máxima tensión a punto de dar el gran “salto”.

Marina Papadópoulus con su “Respiración del Tiempo” , hierro, invita tanto a una acción lúdica como a pensar en ese continuum frágil e inestable de nuestra existencia.

Nora Isdatne es una de las renovadoras en nuestro medio del milenario arte cerámico. La forma zoomórfica en cerámica esmaltada, hierro, plomo, constituye una estructura amenazante.

Debemos señalar que Eduardo Plá es un verdadero pionero del arte de la comunicación audiovisual en la Argentina lo que quedó demostrado en su reciente muestra en el Planetario , lamentablemente de muy corta duración. Este polifacético artista presenta dos esferas recubiertas en venecita que pertenecen a una constante en su quehacer , como El sueño de la Esfera (Puerto Madero) o las realizadas para la Colección Alquimia de Milán.

Languidez, inocencia, una visión realista, poética, teatral y barroca de Leda, en resina de un blanco purísimo es la obra de Lorena Guzmán perteneciente a su serie “Mitologías”.

El fluir de las aguas de un río que viene de la montaña corporizado en una masa de hierro que se desliza y abre su curso en delgadas líneas y que avanza con inexorable movimiento, una metáfora acerca del tránsito del hombre sobre la tierra o de sus viajes imaginarios es la propuesta de Raul Fernández Olivi.

Publicada en Ambito Financiero (Curaduría Laura Feinsilber)