24 mayo, 2021

Cott Gallery

Por Laura Feinsilber

Se requiere una gran pasión para abrir una galería de arte en tiempos tan difíciles lo que confirma el pensamiento nietzscheano de que “el arte es lo que más posibilita la vida, lo que más seduce a vivir, el gran estimulante de la vida”.

Así lo ha comprendido Gabriel Cott, un abogado que no desarrolló su carrera para dedicarse al arte e inaugurar actualmente Cott Gallery Art en la que convergen artistas consagrados y emergentes de nuestro país y del exterior.

En esta primera muestra colectiva titulada “Presente” su curadora, Grace Bayala, señala que el sentido de la muestra se abre en múltiples direcciones destacando la presencia del trabajo de los artistas  con su diversidad de voces. A propósito de los artistas pudo comprobarse desde que se inició la pandemia,  que en su mayoría no han dejado de crear, de allí que volviendo a Nietzsche, este sostenía que “todo lo que vive vive en la apariencia, en la ilusión, en la mentira, en el engaño, y es el arte el que produce estas apariencias, mentiras, ilusiones, que son la condición de la vida, su posibilidad” (Estética y teoría de las artes).

Entre los artistas convocados, Cristina Hauk comienza su actividad en 2005.Inserta en la geometría, sus líneas muestran posibilidades de cambio ya que la recta puede transformarse en curva, hay tanto movimiento como quietud, “un diálogo permanente entre la razón y la emoción”. Una geometría sutil de múltiples combinaciones, un cromatismo que puede ser intenso y también recatado.

María de la Vega (Buenos Aires, 1972) cuyo seudónimo es Spiritus DLV, un nombre que según confiesa, la representa, asistió a los talleres de Salvador Constanzo, Alfredo Portillos, Rubén Locazo, entre otros. En 2002 creó el proyecto literario experimental on line DIAS. Integra desde 2020 la colección permanente del Museo MACBA. Su trabajo,  señala la artista, es el resultado de un proceso de búsqueda interna relacionado con sus meditaciones. Los títulos, la composición, la paleta elegida tienen claves, por ejemplo, sus series “Ancestral”, “Exuviae” que entre sus significados está la palabra despojo, “Paisajes internos en el recorrido de la sangre”. Desde 2017 agrega textiles  a sus formas en absoluto convencionales.

Alberto González Vivo, (Buenos Aires, 1958) adhiere también a la abstracción geométrica  y  tiene una larga trayectoria de exposiciones en el exterior y en nuestro país. Sus referentes son Luis Tomasello , como puede comprobarse a través de su serie  “Transformación””, así como Julio Le Parc, Victor Vasarely y Martha Botto. Otra gran influencia fue el artista cordobés  Eduardo Moisset de Espanés (1932-2020) cuya obra estaba basada en leyes matemáticas. La obra de González vivo se destaca por su precisión en  sus curvas ópticas y sus cuadrículas corpóreas, no exenta de una poética personal.

Luis Altieri (Buenos Aires, 1962) participó en los talleres de Carlos Terribili, Carlos Tessarolo y Víctor Chab. Su obra remite al expresionismo abstracto, manchas, huellas, gestos, grafismos, notas musicales, una gran expansión colorística, una fiesta sensorial de múltiples lecturas en collage y acrílico sobre tela o cartón.

En una nota de 2007 ( Ambito Financiero), al referirnos a los paisajes de Marcos Acosta (Córdoba, 1980), estos no rozaban el naturalismo ni tampoco encajaban en la mirada turística. Sus paisajes de montes, rocas, montañas estaban clausurados por un recuadro negro, la instalación caprichosa de una piscina, una grieta que divide el espacio infinito. Trazo enérgico, empastes, cromatismo intenso. Esta vez estos paisajes están atravesados por formas geométricas que permiten verlos en su totalidad. Un registro subjetivo de un tema inspirador para los artistas a través de la historia del arte.

En los libros publicados sobre María Silvia Corcuera “La Belleza está en todas partes” y “Entre la ferocidad y la ternura”, textos de María José Herrera y Mercedes Mac Donnell  sobre la obra de esta multifacética artista en la que se interrelacionan el juego y el humor, rescatamos una confesión: “creo en la ternura como nexo, como posibilidad de reconciliación, permitirse lo bello en un mundo tan terrible”. Palabras premonitorias expresadas hace más de diez años, cuando no se sospechaba este mundo presente. El MACBA acaba de comprar una obra de esta artista “Las rayadas” realizada en 2010, de la misma serie presentada actualmente. Artista de vasta trayectoria, ganadora de importantes premios, entre ellos, el Trabucco, ha trabajado importantes series , “Las ciudades”, “Los peinetones” que convirtió en un elemento frecuente y cuyo origen investigó profundamente así como la joyería de materiales pobres y que ha resignificado.

Luisa González empezó como casi todos los artistas pintando naturalezas muertas, paisajes, escenas de interiores. En el curso del tiempo, se convirtió en una testigo de lo urbano, cámara en mano, fotografió edificios de arquitecturas impersonales, seres anónimos que se desplazan por las ciudades, solos o en grupos, imagen de la cotidianeidad con la que el  visitante de sus muestras se siente plenamente identificado y que plasmó a través del collage y la pintura.   En obras más recientes, lo urbano se ha abstractizado y complejizado, pero con mirada humanista, sus personajes están casi siempre presentes.    

Juncal 3575. Concertar la visita a hola@cottgallery.art  o al +54 9 11 3260 7969. Clausura el 11 de junio

Publicada en Ambito Financiero (24/5/21)

Obra de Luisa Gonzalez -Amistad-2018