Eduardo Stupía en Mara- La Ruche (Nota y Audición On line)
En Jorge Mara- La Ruche se exhibe “Caprichos en el paisaje”, obras recientes de Eduardo Stupía dedicada a su amigo Carlos Brück, fallecido en Agosto, psicoanalista formado en la Universidad de La Plata, escritor y generador de encuentros con personalidades de la cultura.
Las obras tienen su génesis en un pequeño cuaderno que Brück le regalara para después pasarlas a mayor tamaño y según Stupía en sus hojas plasmó “una acelerada, casi irreflexiva combinación de pinceladas, líneas, manchas y húmedos deslizamientos”.
Es difícil escribir sobre Stupía que además de artista, es escritor consumado—su relación con la escritura- -viene desde muy lejos, es también un generoso propulsor de artistas jóvenes, agudo observador y profundo analista de las obras de los otros. Junto a Luis Felipe Noé crearon un espacio muy exitoso “La línea piensa” en el Centro Cultural Borges donde invitaban a artistas emergentes que se destacaban en la disciplina del dibujo.
Este artista es lápiz, pastel, aguada, papeles doblados, con los que va plasmando sus ideas. Hay que recorrer su línea, a veces, resultado de un impulso, otras, pensada, controlada y que se traduce en filigranas, grafismos, gestos, caligrafía oriental, un sinnúmero de recursos visuales que nos lleva por los meandros de una composición de aparente improvisación e inmediatez. Recordamos “, Fragmentos de un diario” presentado en el Círculo de Bellas Artes en Madrid y en Jorge Mara La Ruche Buenos Aires, un trabajo junto a Ricardo Piglia con obras realizadas en 2011.
Pero en esta muestra todo eso parece haber quedado en pausa. Paisajes. ¿Qué paisajes? Quizás el que el contemplador quiera ver, quizás un paisaje interior.
En cierta forma, la obra que actualmente presenta, está relacionada con aquella de 2016, “Fósiles y Sedimentos” en la que el poeta, editor, crítico literario, Guillermo Saavedra, usó las palabras espectral, calcáreo, pétreo, humoso, en un texto titulado “El carbón es el fósil de la noche”.
Obra sin tiempo, de carácter insondable por su oscuridad, de gran peso visual. Stupía propone un permanente desafío a nuestra manera de mirar y descubrir esos mundos fantasmales de gran densidad.
En estas obras el negro es protagonista como lo fue su serie negra, 1986/87 aunque hay también cielos o espesuras que viran hacia los ocres.
Antes de salir de la galería echamos una mirada abarcativa , pensamos en Caspar David Friederick, y aunque en la obra de Stupía no hay figura humana, el paisaje tiene el contenido simbólico del romántico alemán.
Paraná 1133. Lunes a viernes de 13 a 19hs
Publicado en Ambito Financiero (22/11/21)

Radio Conexión abierta «Pinceladas y otros condimentos» (20/11/21)
Portada: Eduardo Stupía, Caprichos en el Paisaje, 2021, Acrilico, tinta, grafito en polvo y pastel sobre papel, 80×190 cm