14 julio, 2014

“El círculo caminaba tranquilo” Exposición gráfica

Por Laura Feinsilber

Una luz blanca envuelve al espectador, la arquitectura de la sala ha desaparecido, las obras flotan en el aire. Esta es la sugestiva, no convencional puesta en escena de “El Círculo Caminando Tranquilo”

“Había una vez en el espacio una línea horizontal infinita. Por ella se paseaba una circunferencia de derecha a izquierda. Parecía que como cada punto de la circunferencia fuera coincidiendo con cada punto de la línea horizontal. La circunferencia caminaba tranquila, lentamente e indiferentemente. Pero no siempre caminaba”.

Así comienza el cuento del extraordinario músico y escritor Felisberto Hernández (Montevideo, 1920-1964) que da origen al título de esta muestra imperdible que presenta el Museo de Arte Moderno (MAMBA).

Se trata de una selección de 120 obras sobre papel pertenecientes a la extraordinaria colección, 70.000 , del Deutsche Bank a la que se incorporaron alrededor de 30 de la colección permanente del MAMBA. Su Directora, Victoria Noorthoorn, ha estructurado esta exposición para reflejar el hecho de que “la creación de una imagen implica abrir la puerta para que tenga una acción consecutiva en lo real”.

De allí, que una imagen lleva a otra y así sucesivamente en un recorrido movilizador por la intensidad de cada una de ellas. Artistas consagrados, otros de nuevas generaciones, europeos, norteamericanos, africanos, latinoamericanos, comparten una línea sinuosa que podría funcionar como la mente humana y el espectador se ve inmerso en esta mágica situación gracias también a su montaje.

Para ello, Noorthoorn convocó a la cineasta y diseñadora Daniela Thomas de San Pablo, Brasil, que interpretó la idea de este peregrinaje por la imagen que también colaboró en la muestra que primero se presentó en la Deutsche Bank Kunsthalle de Berlín en noviembre de 2013.

Comienza por la melancólica “Mujer sentada en un banco” (1905) de Käthe Kollwitz. Pasamos por Rosemarie Trockel, A. R. Penck, Lucien Freud, Ernst Barlach y una exquisita sanguina de nuestro Héctor Giuffré.

Potentes obras del sudafricano David Koloane, Tony Cragg, aparecen nombres tan significativos como Schwitters, Baselitz, una emocionante imagen de Virginia Chihota ( Zimbabwe).

Delicadas tintas de Marina de Caro que dialogan con las de la estadounidense Kara Walker que acaba de realizar un extraordinaria y gigantesca instalación, perecedera, en azúcar , con motivo del cierre de la fábrica Dominó en Brooklyn.

Seguimos con Beuys, Ofili, con el conjunto de 20 dibujos de manos que imploran de Louise Bourgeois “A las 10 am vienes a mí”.

Otros diálogos se entablan entre Roberto Aizenberg, Joseph Albers, nuestra Yente (Eugenia Grenovich que fuera esposa de Juan del Prete, también presente en la exposición.

Están Alejandro Cesarco (Uruguay) y sus humorísticos carteles escritos en colores “Cuando sea feliz…” y así con Gerhard Richter, John Cage, las serigrafías de Mondrian , pertenecientes al MAMBA.

Eva Hesse, León Ferrari, Ana María Maiolino (Brasil), artista de vasta trayectoria de quien recordamos una instalación en una Bienal de San Pablo, “Arroz y Porotos” en la que estos crecían en los platos, con muchos contactos con la obra de Grippo.

Otros nombres significativos como Deira, Katharine Grosse (Alemania), el Dr Lakra (México), Laura Lima a quien también vimos en una Bienal de San Pablo, Guillermo Kuitca.

A esta altura del recorrido, se puede volver al punto de partida, se puede seguir por la sinuosa línea, ya no importa seguir un cierto orden, lo importante es dejarse llevar por el mundo infinito de imágenes con los que se expresaron y expresan los artistas.

Una convocante exposición, muy alejada de todo propósito mediático que afortunadamente durará por lo menos dos meses.

Publicado en Ambito Financiero