16 agosto, 2015

La Certeza del Error en Arte x Arte

Por Laura Feinsilber

Bajo la curaduría de Jorge Zuzulich y la asistencia de Alejandro Schianchi se exhibe en Arte X Arte- Fundación Alfonso y Luz Castillo “La Certeza del Error”.

A pesar de que hace más de 40 años Nam June Paik, por nombrar a alguien más cercano en el tiempo, inició el camino de la tecnología y el arte, tema que aún se discute, una muestra viene a complicarlo aún más.

Pero no asustarse porque más allá de la tecnología y su terminología específica, están los expertos que nos ayudan con sus investigaciones a ponernos en onda con algo que rige nuestra vida cotidiana.

Se cree que la máquina es perfecta, confiamos en que no puede fallar pero todos los días ante nuestra PC comprobamos cientos de situaciones que pueden arruinarnos un texto, un mensaje, una foto. Es por eso que Schianchi, en la introducción del libro- catálogo, señala que “el error, fallo o accidente, connota algo malo, equivocado, inapropiado. Sin embargo el objetivo de esta muestra es demostrar el aspecto positivo de los errores en la producción estética con máquinas audiovisuales”.

El propósito de esta nota es intentar una aproximación a las imágenes propuestas que constituyen un desafío visual: “Leona and Francesca (2012), papel fotográfico mate, son dos hermanas que compartían todo: habitación, ropa, juguetes, fotos. Después de 10 años decidieron no compartir recuerdos. Su autor, el húngaro David Szauder en su foto analógica reconfigurada por los fallos de la memoria digital muestra cómo la cabeza de Leona se deconstruye , casi desaparece detrás de los pixeles.

“Quiénes somos, adónde vamos, de dónde venimos” (1996), negativos fotográficos intervenidos sobre tela, pertenece a Eduardo Médici. Este destacado artista argentino ha trabajado sobre un archivo al que le ha otorgado un nuevo sentido a través de varios recursos, entre ellos, la luz emitida por el backlight.

El argentino Alejandro Erbetta que reside en Francia presenta dos fotografías, negativo blanco y negro, intervención del artista, pertenecientes a la serie “Memoria del olvido”. El objetivo de su investigación es la recomposición de la historia familiar a través de fotos deterioradas por el tiempo, evocadoras, nostálgicas.

Una imagen bella de Laurent Segretier (Francia) “noli me tangere” (2011) tema frecuente en la iconografía religiosa, corresponde al género retrato, video y sonido. Un rostro de mujer en primer plano que oscila entre la imagen fija y un sutil mínimo movimiento acompañada de una partitura sonora.

“Vertical Roll” (1972) de Joan Jonas (Nueva York) es la típica desestabilización vertical de las imágenes producidas por los viejos televisores. El cuerpo femenino aparece fragmentado a causa de esta falla y se escucha una sonoridad metálica.

El video “Sin Título” (2007) de Alejandro Schianchi captura un fragmento de Star Wars: Episode 1 emitido por un canal de aire. El autor se apropia de la imagen que George Lucas exhibió en formato digital para mostrarlo en un aparato de TV de baja tecnología cuyo resultado dista mucho del original.

Bill Viola (Nueva York) es una figura emblemática del video arte que nos ha emocionado con su temática acerca de la condición humana. La obra aquí presentada está muy lejos de todo aquello, el artista aprovechó una distorsión de la imagen para señalar que también puede convertirse en una obra.

La cámara de un celular que está en un bolsillo se dispara en 24 ocasiones. Carina Borgogno (Argentina), titula con gran humor a su políptico- fotografía digital “Borrá las que salieron mal” (2015) Señala el límite entre el error, lo recuperable y lo disponible en 24 tomas de intenso cromatismo.

También destacamos “Glamour Girl”, video de Mariana Pierantoni (Argentina). Un desfile de modelos se supone debe ser perfecto pero las modelos se caen una y otra vez, lo que cuestiona la idea de belleza y elegancia. Una excelente banda sonora del conjunto alemán Cheek on Speed acompaña estas secuencias. En su ensayo, Jorge Zuzulich señala que la estética de la perfección era el canon de las artes visuales desplegado entre los siglos XV y XVIII. La introducción de la tecnología, evidenció en las fallas de los aparatos, su falibilidad. Esto dio lugar a la estética del error que se traduce en esta muestra en la que intervienen alrededor de 30 artistas argentinos y extranjeros.

Publicado en Ambito Financiero