22 febrero, 2021

Museo de Miguel Ocampo (Nota y Audición On line)

Por Laura Feinsilber

La reciente declaración de La Cumbre (Córdoba) como Poblado Histórico Nacional enfatiza la importancia cultural del enclave serrano donde se encuentra el Museo Miguel Ocampo inaugurado por el artista en 2007.

Desde sus comienzos tiene por objetivo preservar y difundir su obra  ya que este porteño se instaló en tan hermoso paraje en los 80.

Se ha renovado la instalación espacial cuya arquitectura moderna también se inspira en la historia de Córdoba, la luz y el paisaje de La Cumbre. Un hermoso jardín da marco a este edificio que alberga la colección que se presenta renovada bajo la curaduría de la destacada historiadora y curadora de arte María José Herrera y cuya idea original pertenece a Laura Ocampo, hija mayor del artista.

El título de la muestra, “Intuiciones”, presenta también obras inéditas  y será llevada a otras ciudades provinciales antes de ser exhibida en Buenos Aires.

Miguel Ocampo, nacido en 1922 y fallecido en 2015, empezó a pintar a los 8 años. Se graduó de arquitecto y fue diplomático de carrera en Roma en los 50, en París en los 60 y Nueva York en los 70, desempeñándose como un destacado Consejero Cultural. Viajaba mucho a Buenos Aires y sostenía que haber vivido en todas esas ciudades le enseñó a vacunarse contra la sobredosis de tantas tendencias.

“Mi obra está llena de marchas y contramarchas, dudas, certezas, euforias y sospechas y como diría Bioy Casares, “con la triste sabiduría de conocer los límites. Por suerte”.

“En los tiempos de mis inicios, constituíamos  con los compañeros de generación, “la nueva pintura”, “las nuevas tendencias”, “las formas emergentes”, todos eufemismos para decir que éramos pintores que iniciaban su actividad pública, nos arrasó el informalismo, la action-painting, el op- art, el hard –edge, el pop-art, la bad-painting y hasta “la muerte de la pintura”. Reconozco que me han sido útiles, constituyen una visión renovada y un cuestionar permanente. Toda una definición de principios cuando celebró sus 80 años en el Centro Cultural Recoleta en su exposición de 2002.  

Incursionó en rigurosas geometrías iniciales sin someterse a l concepto de frialdad con la que se la caracterizaba en ese entonces.  Confiesa el artista,” en 1950/51 se acentúa el tránsito hacia la geometría, resultado del coletazo de mi primera estada en Europa, ver a Piero della Francesca, la alegría mágica de Klee, la sutileza de Braque, el color de Bonnard”.

Más adelante pasó por el puntillismo y en  sus obras neoyorkinas  se insinúa el erotismo de la línea curva como en el caso de “El beso”  (1975) y su serie “Rememorando a Ingres”.

Instalado en La Cumbre e instalado en el paisaje tiene el propósito de transmitir la percepción desde su interior. Nada mejor que las palabras de un poeta como Rodolfo Alonso: “Cuando Miguel Ocampo pinta un árbol, él no se queda afuera. Convive con el árbol, con la materia en su pintura, esos vientos contrarios, esas líneas que son hierbas, esos troncos que se expresan…”  

Poetas, pintores, escritores,  críticos se refirieron a su obra, entre ellos, Damián Bayón, Angel Bonomini, Mujica Láinez, Samuel Oliver, Rafael Squirru, Alberto Girri, el ya mencionado Rodolfo Alonso, Silvia de Ambrosini, Dore Ashton,  Alfredo Hlito quien le “agradece el paisaje y por haber entrevisto una vida posible” así como Remo Bianchedi  escribió  “su pintura es más que la verdad de lo visible, la verdad de ver… un atardecer extendido sobre la tela…”   .

 La sede del museo está en José Hernández 630, La Cumbre, Córdoba y está abierto al público hasta Semana Santa inclusive de 11 a 13.30 y de 18 a 20.30hs. No hace falta reserva pero deben respetarse los protocolos correspondientes, usar barbijo y dejar un teléfono de contacto por grupo.

Entrada: $ 300

Contacto: Agustín Lucovas: 3548 45 7036

Publicado en Ambito Financiero (22/2/21)


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