Nicola Constantino en Fundación Santander
Ingresar en el extraordinario espacio de la Fundación Santander es una experiencia de carácter emocional. “PaRDeS (palabra hebrea que significa paraíso) El jardín del tiempo suspendido” invita al visitante a dejar de lado una cotidianeidad asfixiante y de crisis permanente con crueles estadísticas que nos preocupan como ciudadanos.
Este jardín compuesto de doce ramos, dos mil flores de cerámica y porcelana, work in progress de la excelente artista Nicola Constantino (Rosario, 1964) que utilizó la técnica japonesa ancestral “nerikomi” que consiste en realizar modelos repetitivos de imágenes componiendo un motivo decorativo de gran belleza y cuyas raíces en seda llegan hasta el piso.
¿Decorativo?, ¿belleza?, en una artista controvertida que desafió todos los cánones establecidos, rompió con la idealización de la belleza en el arte para convertirla en reflexión, declarada problema clave de la década de los 90 por “l’ enfant terrible” de la crítica de arte, el estadounidense Dave Hickey (1940- 2021) ya que en esa década el término belleza era desechado por racista, sexista y elitista.
Nicola Constantino declara en una conversación con Alfredo Aracil “que la belleza es una de sus preocupaciones, me estuve peleando con ella, ahora es mi momento de producirla”.
Apareció en el circuito pictórico en 1992 con “Cochon sur canapé”, y cuando empezamos a conocer su obra reconocimos que era capaz de cambiar el estado de ser del contemplador. “Corset de peletería humana”, tapados de piel , carteras y zapatos de símil piel humana que en 1998 presentó en la Bienal de San Pablo, los “chancho-bolas”, obras escultóricas realizadas con el cuero, la cabeza y las patas con la que hizo una tela que momificó e instaló en una esfera.
También realizó máquinas ortopédicas para animales nonatos, obra conflictiva que lidiaba con la muerte, “Savon de corps”, una marca de jabones creada con su propia grasa corporal, provocadora, disruptiva, “Trailer”(2010) un video en el que asesina a su doble, un avatar con el que podía interactuar, “Cadena de pollos” en silicona y la famosa “Rapsodia Inconclusa” envío argentino a la Bienal de Venecia en 2013 que desató una gran controversia debido a la intromisión extra artística del gobierno con documentales que nada agregaban al espíritu de la obra que tuvimos la ocasión de verla in situ.
También se mostró en Buenos Aires, en la Fundación Fortabat sin esos videos, obra en la que hizo gala de su imaginación y recursos técnicos en la que la artista se encarna en el rol de Eva Perón.
Poseen obra suya importantes museos, entre ellos, el de Liverpool 1999, el Moma al que ingresó en 2000, en Tel –Aviv 2002, Zurich, 2011.
Este cambio en su concepto de ver el mundo comenzó durante la pandemia y en su conversación con Alfredo Aracil destaca que “la idea con estas flores artificiales es detener el tiempo de la destrucción, congelar la belleza y lograr que no se degrade. En ese sentido , la cerámica , tierra y fuego, se hace desde el neolítico. La variación es mínima. Esas son las cosas que el arte contemporáneo no me dejaba ver”.
La Fundación Todavía es Tiempo invita a contribuir a la producción de su obra, generando así fuentes de trabajo.
Como señalamos al principio de la nota, este work in progress se modificará hasta noviembre cierre de la muestra. Se cambiará el color de las flores, se cubrirán otros espacios de la Fundación.
Paseo Colón 1380. Lunes a sábado de 12 a 18hs. Jueves de 12 a 19 hs. Entrada gratuita.
Publicado en Ambito financiero (5/6/23)