6 marzo, 2023

Silvia Brewda

Por Laura Feinsilber

Conocimos la obra de Silvia Brewda (Buenos Aires, 1949) cuando pintaba con colores vibrantes y su obra era matérica. De allí pasó a jeroglíficos , arquitecturas griegas, ornamentos pompeyanos, esquemáticas figuras del reino animal.

Aparecieron posteriormente hombrecitos desafiando la ley de gravedad, representantes de fundaciones utópicas, hazañas, mitos. Cuando investigó el rol de la mujer en la antigüedad salió al rescate de la muñeca , ingresando en lo lúdico en una paleta de óxidos. Otros juegos, los dados, el dominó , el ajedrez en combinaciones de técnicas como el grabado, un regreso a la pintura, en suma, le importaba mucho la experimentación  de materias , predomina su subjetividad en la que también el azar juega un papel importante.

Esta breve introducción  está relacionada con un corpus de obra que se destaca por creatividad y la excelencia en el hacer. Una producción que comprende pinturas, obras s/papel, litografía, objetos, libros de artista, textiles, sitio específico e instalaciones.

Parte de su producción que abarca los últimos quince años está concentrada en un magnífico y también bello libro que acaba de publicarse con una entrevista a cargo de Laura Casanovas “Del silencio a la vivencia compartida” y un texto de Rodrigo Alonso “Andar en círculos”.

El punto de partida fue una muestra “Ida y Vuelta” (2012) en la galería Carla Rey que fue , como el título lo indica, un ida y vuelta por toda su obra. Tiene como origen el pan que no está visible pero que actúa como el alimento que da fuerza para la vida y que como lo señala Alonso, 2010 es el año en el que la artista se sumerge en el universo de la comida, dando lugar al libro “No es sólo pan” casi una iniciación a los 42 libros de artista  que lleva realizados y que pueden considerarse obras-joya .

A lo largo del tiempo , su obra se convirtió en distintiva, cortes circulares, perforaciones, orificios quemados, caídas en cascada, una acumulación de papeles, algunos oxidados, recortes circulares, y también longitudinales, expuestos como kakemonos, mecidos por el viento y que remiten a la lluvia.

Hasta aquí podría hablarse de ascetismo cromático, predominan blancos, negros hasta que se vuelve lujosa, joyante al introducir el dorado y el plateado, produce valiosas expresiones visuales : “Aurum”, “Oro blanco” y el libro “Giro dorado”(2018).

Entre las preguntas de Laura Casanovas  acerca del corte del papel, Brewda responde que surge del collage y de su afición por rasgar a mano y también de la preparación de los papeles. Al cortar, “ producía sombras, volúmenes, huecos, invitando al espectador a acercarse y moverse para ver qué había detrás”, confiesa la artista.

A raíz de su paso a la tridimensionalidad en la última década, Brewda explica que “el marco la apretaba y el vidrio era un límite”.

Desde entonces sus papeles están colgados presentando situaciones espaciales que se remontan a sus estudios de danza porque al bailar “uno llena un espacio con movimiento , con huellas de ese movimiento”.

175 páginas con fotografías de Gustavo Lowry y Ariel Feldman, textos curatoriales bilingües , edición a cargo de Akian Gráfica, diseño de Andrés Sobrino. El libro está acompañado de un fanzine en el que se reproducen Poesías visuales realizadas durante la cuarentena.

El próximo 20 de Marzo a las 18.30 hs se presentará en el Auditorio de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes, Av. Figueroa Alcorta 2280.

Publicado en Ambito Financiero (6/3/23)