21 noviembre, 2012

Texto conferencia Bienal San Pablo 2012

Por Laura Feinsilber

Cuando comenzaron a proliferar las Bienales circulaba una pregunta ¿para qué sirven?.

Ahora están tan institucionalizadas que puede decirse que no hay ciudad en el mundo que se precie que no enarbole el estandarte de una Bienal. Figuran en el calendario turístico. Funcionar como laboratorio de experimentación, son un sismógrafo de lo que acontece en el mundo y en consecuencia en el en el mundo artístico, ayudan a desatar la polémica, a reflexionar , y en general, su formato responde a un mega evento.

En general se encuentran artistas de renombre junto a otros que no lo son tanto, hay curadores estrellas con aquellos que están en su fase experimental y casi no ha quedado ningún marco conceptual que no haya sido tratado, nación, historia, política, memoria, identidad, la ciudad.

“Necesarias en nuestro mundo actual, también son necesarias para cuestionar su propia necesidad”, así lo expresó Caroline Jones, una experta historiadora del arte, graduada cum laude en Harvard en “The Historical Origins of the Biennal” y hasta en un simposio se llegó a proponer Bienal o no Bienal.

El curador de la actual Bienal de San Pablo, (no está demás recordar que esta se inició en 1951) Luis Pérez – Oramas, (Venezuela, 1960, vive en New York), es un destacado escritor , poeta, historiador, crítico de arte. Según sus palabras “esta Bienal es el producto de nuestro lugar, de nuestra experiencia, de nuestro limitado conocimiento del arte y del mundo, no intenta describir el mundo, ni lo que debiera ser, ni lo que el arte debiera ser. Su propósito es reunir obras significativas, algunas olvidadas, desconocidas y también famosas”. Muchas de las ideas de esta bienal están basadas en las ideas del filósofo francés Michel de Certeau (1925 1986) expresadas en su libro “La Invención de lo Cotidiano”.

Sobrevuela un imponderable de que algo diferente va a ocurrir, de allí lo acertado del título: “La Inminencia de las Poéticas”.

Si nos atenemos al significado de la palabra inminencia, es algo que está por suceder prontamente. El sociólogo Néstor García Canclini, en su libro “La Sociedad sin Relato- Antropología y Estética de la Inminencia”, cita a Borges:

“La música, los estados de felicidad, la mitología, las caras trabajadas por el tiempo, ciertos crepúsculos y ciertos lugares quieren decirnos algo o algo dijeron que no hubiéramos debido perder, o están por decir algo; esta inminencia de una revelación que no se produce, es quizás el hecho estético”.

En cuanto a poéticas . los curadores se refieren “al repertorio instrumental que permite a un individuo o a una comunidad , a un campo disciplinario o a una tradición, establecer de forma intuitiva , intencional o inconsciente, las estrategias o plataformas discursivas que tornan posibles actos expresivos o se materializan en decisiones expresivas de carácter artístico”.

Una “traducción” aproximada es lo que encontramos a través de los 110 artistas convocados, “las poéticas son actos y como tales siempre se tornan presentes, están al borde de ser materializados, son imprevisibles como la palabra en la punta de la lengua…”

Se habla también de modalidades de suspensión y de interrupción del discurso, densidades discursivas de memoria orgánica, de actos enunciativos que los preceden…

Quizás este lenguaje le quita valor a la intensidad poética con la que nos dispusimos a recorrer esta bienal que enfatiza en obras y artistas que dialogan entre sí, lo llaman una constelación pero en la práctica esto es casi imposible de seguir puntualmente, porque uno se pierde al entrar en los diferentes lugares de exposición., es una cuestión física y también mental.

Lo que está ausente de esta trigésima edición de la bienal es lo espectacular. Una curaduría minimalista , no hay figuras estelares, pocas obras de dimensiones gigantescas.

A diferencia de la Bienal 2010 en la que la maravillosa arquitectura del pabellón de Niemeyer estaba tapada, ahora puede “vivirse” en todo su esplendor . Primer factor positivo. Una bienal silenciosa, nada de gritos de pájaros , desfiles musicales o estruendos provenientes de algunos videos; el énfasis está puesto en la autonomía autoral a través de todas las disciplinas: dibujo, pintura, fotografía, instalaciones, videos, arte textil, poesía visual, poesía concreta.

“25.000 m2, un tour de force que provoca ansiedad cuando se sabe que hay 3000 obras expuestas. A propósito de esto, ¿cómo recordarlas a todas? Hoy no se puede negar que hay un exceso de imágenes y aunque nunca ha habido tantas imágenes como hoy, nuestro mundo se caracteriza por olvidarlas, en muchos casos porque han sido creadas para un instante. Otro factor positivo es que se exhiben sin invadir los espacios, uno debe penetrar en lugares más íntimos que se alternan con otros más expuestos, Los artistas convocados fueron seleccionados, según Pérez-Oramas, “por la naturaleza distintiva de sus voces, porque hablan o no de algo, de pocas cosas, no de todo ni a todos, o de sí mismos o a sí mismos. Por su preocupación hacia las cosas como un reino diferente de la imagen.

Pasamos a ver las imágenes que hemos preparado para ilustrar esta charla.

Por qué no llegar a la conclusión como Wittgenstein de que sería mejor permanecer en silencio ante cosas de las que no podemos hablar?

“La inminencia de las poéticas” Título esperanzador para el mundo del arte . Creo que representa la intención curatorial . su espacio es un paisaje poético en el que la naturaleza y la cultura se fusionan, habitamos un espacio físico . Somos seres pensantes en este mundo.

Lo de la punta de la lengua, lo que está por pasar , creo que es mantener viva la creatividad en un mundo convulsionado.

Publicado en Ambito Financiero