Tomo XIII Historia General del Arte en la Argentina
En la Academia Nacional de Bellas Artes se presentó el tomo XIII de la Historia General del Arte en la Argentina que abarca el período 2000-2020.
En el prólogo se señalan los cambios de paradigma que se han producido en los últimos 20años que han impactado en la arquitectura, las artes visuales y la música. El eje principal de este nuevo tomo es la transversalidad y las diferentes expresiones están tratadas de modo integral y no como segmentos separados.
Dentro del campo de las artes visuales, el relato da cuenta del impacto del arte de acción y de la performance, de los colectivos artísticos y de la descentralización del circuito artístico de Buenos Aires. Se resignifica el arte digital, el video arte y las instalaciones en sus múltiples variantes así como las propuestas encaradas desde la problemática de género.
Se incluye un apartado de bienales y ferias de arte ya que en los últimos 20 años surgieron bienales representativas, por ejemplo la Bienal Sur, la Bienal de Performance y la Bienal de Arquitectura.
Matilde Marín , Presidenta saliente de la Academia Nacional de Bellas Artes, cargo que ocupará Sergio Baur, señala que la mayoría de los textos de este volumen de 564 páginas, abordan diferentes cuestiones artísticas con un enfoque federal, reconociendo la importancia de manera integral todos los acontecimientos ocurridos en estas dos décadas.
Bajo el título “Tantas veces la mataron, tantas resucitó y siempre aquí, retemplada en carne viva”, Ana María Battistozzi cubre la sección Pintura. El consenso generalizado de la división por disciplinas ya no es válido y sí anacrónico para el arte contemporáneo.
Los artistas migran libremente de un medio a otro. El recorrido del texto indica la aparición en las dos primeras décadas del siglo XXI de un importante número de artistas que eligieron la práctica pictórica en un momento de auge de las nuevas tecnologías. Destaca las obras de Max Gómez Canle, Alberto Passolini, José Luis Landet, Cristina Schiavi, Graciela Hasper, Leila Tschopp, Verónica Gómez, Hernán Salamanco, Paola Vega, entre otros artistas, por lo que la pintura se ha actualizado con un sentido crítico y nuevas formas de reflexiones estéticas.
María Carolina Baulo titula su ensayo “La Escultura- Habitante del Espacio” en el que adopta un criterio de trabajo: que el corpus de artistas reseñados sea un disparador de su vínculo con otros artistas con estéticas afines.
En primer lugar se refiere al legado de artistas innovadores , Nora Correas , Hernán Dompé, Lydia Galego, Ana Lizaso, Luciá Pacenza, Claudia Aranovich, Fernández Olivi, Jorge Gamarra, Enio Iommi, Juan Carlos Distéfano, Jacques Bedel, entre otros que han alcanzado reconocimiento internacional. Además de los artistas que también han roto los cánones establecidos como Cristina.
Schiavi, Paulina Webb, Carola Zech que utilizan recursos plásticos diversos, abstracción, la materialidad que no es la de antes, también ópticos y que desde hace bastante tiempo comenzaron a desdibujar las fronteras , proponiendo nuevos abordajes plásticos y estéticos.
Es enorme la lista de artistas que Baulo menciona que crean objetos, esculturas, e instalaciones y se acercan a lo multidisciplinario. Entre ellos, Amestoy y sus esculturas blandas, tejido calado, que crean atmósferas paisajísticas, Marcela Cabutti, Diego Bianchi, Claudia Fontes y su conmovedora obra como “Reconstrucción del retrato de Pablo Míguez (1999-2010) en acero inoxidable que emerge del agua en el Parque de la Memoria.
“Políticas del Dibujo y sus rasgos de época”, es el tema abordado por Laura Casanovas, incluído por segunda vez. La primera, en el tomo XII, el recordado crítico y académico Jorge Taverna Irigoyen se ocupó de “El dibujo en la Argentina- 1945-2000”. En la lectura del texto surgen nombres de destacados artistas además de aquellos nacidos entre los 70 y 80, Matías Duville, Mauro Giaconi, Rodríguez Giles, Pablo Lehman , Mauro Koliva, Paula Otegui, Matías Ercole , Viviana Blanco, Verónica Gómez, Martín La Rosa, Julián de la Mota.
Según Casanovas el renovado protagonismo del dibujo coincide con el inicio del siglo XXI. Pero ya en los 90 surgieron varios artistas que iniciaron la transformación mencionada por Taverna Irigoyen: Ernesto Ballesteros, Marina De Caro, Lux Lindner, Cecilia Ivancevich, Mónica Millán, Beatriz Moreiro, Marcelo Pombo. Otros artistas como Catalina Chervin, Eduardo Stupía, José Marchi, Diego Perrotta , premiados en el Salón Nacional en la categoría Dibujo y que constituyeron una gran renovación. Por iniciativa de Marino Santa María se creó la carrera de Profesor Nacional de Dibujo y debe destacarse la primera edición del Premio Alberto J. Trabucco dedicada a esta disciplina otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes.
Casanovas no soslaya el Espacio creado en el Centro Cultural Borges “La línea piensa” que convocados por Luis Felipe Noé y Eduardo Stupía se sucedieron 121 muestras de 140 artistas .
Múltiples exposiciones inolvidables como la de 2014 en el Moderno: “El círculo caminaba tranquilo” una colección de 149 obras del Deutsche Bank junto a memorables dibujos de la colección del Museo .Aparecieron libros como el digital “Dibujo Contemporáneo en Argentina de Eduardo Stupía y Cinthia Mesa ya que desde “40 Dibujantes argentinos” publicado en 1987 no se hacía una recopilación tan exhaustiva. Recordamos a Hugo Monzón , crítico de arte, ex director del Museo Sívori , que dirigió esa publicación quien señaló: “Siempre se dibuja. Dibujar es una ocupación natural, es un ademán inmediato, hecho en sostén de un razonamiento, para la rápida fijación de una imagen”.
Esta primera nota sobre un libro tan vasto culmina con “Entre lo estético poético y el documentalismo. Los límites porosos de la fotografía y sus espacios de acción” cuyas autoras son Silvia Pérez Fernández y Verónica Tell .
Señalan que escribir sobre la fotografía entre el 2000 y el 2020 trae aparejadas muchas preguntas. Entre ellas, ¿qué producciones estéticas de los últimos 20 años cabrían bajo el sustantivo fotografía?
Establecen una distinción entre fotografía artística, documental o periodística. Algunas de las obras y autores mencionados giran en torno al documentalismo, otras, hacia lo conceptual y/o lo poético. El milenio comenzó con un gran estallido social, se registraron las críticas jornadas de 2001, testimonio de saqueos, reclamo popular y represión policial. Mencionan a Gabriel Valansi que recorría de noche el centro de Buenos Aires cuyo resultado fue “Night Shots”, fragmentos de color verdoso, poco discernibles .
Se registraron campos de detención ilegal durante el período dictatorial 1976-1983 en Tucumán a través de la cámara de Diego Aráuz, Lucila Quieto y Esma por Inés Ulanovsky.
Helen Zout realizó en la primera década del siglo distintas series relacionadas con persecuciones, secuestros, desapariciones, razzias militares; otro artista de renombre como Marcelo Brodsky realizó, entre su vasta documentación, “Memoria en Construcción: el debate sobre la ESMA y Marcos Zimmerman se dedicó a la vida cultural, social, laboral y religiosa de hombres , mujeres y niños en lugares a los que el autor volvía después de décadas de haberlos fotografiado por primera vez.
Aparecen nombres como Adriana Lestido, , Guadalupe Miles, Alessandra Sanguinetti y otros nombres destacables como Santiago Porter, Juan Travnik, Res, Gian Paolo Minelli.
Ananké Asseff retrata la violencia sugerida a través de personas de tamaño natural, armadas, en poses mirando a cámara. No podría estar ausente Marcos López y su Pop Latino con sus grandes puestas en escena así comoNicola Constantino, protagonista de sus composiciones. Desde la página 79 hasta la 96 las autoras desarrollan una extraordinaria investigación sobre la creación de talleres dictados a lo largo y ancho del país , grupos y colectivos de capacitación , muestras de fotoperiodismo, archivos , un mapa que incluye artistas fundamentales de la fotografía que han producido obras significativas, premios, ediciones , galerías dedicadas a la disciplina, festivales, exposiciones en museos y centros que han fomentado la investigación.
Matilde Marín y Leticia Mello se propusieron documentar un itinerario que revela trayectos que han ido más allá de los grandes centros de producción artística proponiendo una descentralización de la disciplina del grabado y la gráfica en general.
Este enfoque permite explorar matices y perspectivas diferentes visibilizando un mapa federal que revela la identidad de sus respectivas regiones de origen con lo contemporáneo. La Argentina es un terreno propicio para investigaciones que estimulan la integración del arte gráfico en ámbitos educativos y académicos.
Este núcleo tiene también colaboraciones de Silvia Dolinko acerca de la gráfica expandida, los grupos, y la calle. Natalia Silberleib se ocupa de las publicaciones de artistas. Figuran aquellos que se han destacado en los últimos 20 años, las transformaciones polifacéticas: volumen, cuerpo y a veces, sonido. Los artistas abrazan nuevas opciones que obligan a historiadores y teóricos a adentrarse en nuevas metodologías y criterios.
Finalmente hay un homenaje a los fundadores del Museo Nacional del Grabado creado en 1960 por Oscar y su esposa Irene Pécora cuya sede actualmente se encuentra en la Casa del Bicentenario.
La destacada artista textil , Gracia Cutuli, miembro de la Academia desde 2011, es la autora de “El poder expresivo del textil” cuya presencia se ha mantenido como un elemento de orientación cultural. A lo largo de este capítulo se reivindican las culturas originarias, luego trata la indumentaria, la joyería textil, la memoria textil, las manifestaciones de género, las denuncias sociales y políticas, las esculturas flexibles y las poéticas de la materia para finalizar con el textil ligado a la cibernética.
Cierra su ensayo con la colaboración de Julio Sánchez , crítico de arte , especializado por sus conocimientos artísticos del noroeste y otras regiones del país.
Guillermo Scarabino investigó lo ocurrido durante siete décadas y media en el ambiente musical argentino y según sus palabras “ a pesar de las profundas crisis políticas, sociales y económicas”.
El resultado de su investigación es altamente positivo, creaciones felices, el énfasis está también puesto en la descentralización , la creación de conservatorios, coros, orquestas , conjuntos de cámara vocales e instrumentales a lo largo y ancho del país.
El destacado musicólogo destaca que a partir de la creación del Fondo Nacional de las Artes en 1958 los intérpretes musicales dispusieron de becas y préstamos para realizar estudios y adquirir equipamiento. Es muy valiosa su investigación en la que figuran artistas que han dado lustre a nuestra historia musical. Generosamente , ha publicado un Indice Alfabético de Referencias con nombres y dirección de Internet para saber qué es qué y quién es quién en el vastísimo mundo musical argentino.
Jazmín Adler titula su ensayo “Arte Argentino y Nuevas Tecnologías- Obras, prácticas y proyectos en el tercer milenio” cuya llegada “no puede ser pensada si no es a la luz de la revolución digital”. Desfilan nombres significativos: Graciela Taquini, Gabriela Golder, Mariela Yeregui, Gustavo Romano, Art Detroy, Silvia Rivas, Mariano Sardón, Florencia Levy y otros nombres de recientes generaciones que han ampliado el espectro de esta disciplina.
La influencia de Fundación Telefónica, investigadores como Rodrigo Alonso, Norberto Griffa, la creación de instituciones dedicadas a su difusión que han proporcionado un gran impulso a la producción y exhibición de obras contemporáneas .
La historiadora de arte y graduada en Estética por la Universidad de París, Elena Oliveras, es la autora de “Variantes Metafóricas en el Arte Argentino” de cuyo libro “Distopías y microutopías” nos ocupamos recientemente en esta columna.
Otros núcleos como “Arte y género” por Andrea Giunta, “La facultad visionaria del Diseño por María Beatriz Sauret – Verónica Devalle, “Una mirada desde las regiones” por Marcos Figueroa, el vastísimo núcleo dedicado a la Arquitectura a cargo de destacados especialistas y que cubre más de 70 páginas , “Premios y Espacios de Arte” por Sergio Baur y Cinthia Mezza así como el capítulo “Legados” dedicado al Premio Trabucco y al Premio Klemm completan este valioso proyecto editorial de documentación y registro de nuestras artes iniciado en 1982 por la Academia Nacional de Bellas Artes, una manera de fomentar la investigación, la creatividad, la difusión y la protección de las disciplinas ya instaladas en nuestra cultura y también de nuevas formas de expresión.
Publicado en www.ambito.com.ar (25/11/24)