13 septiembre, 2021

XVIII publicación Temas de la Academia

Por Laura Feinsilber

El número XVIII de “Temas”, publicación anual de la Academia Nacional de Bellas Artes, está dedicado a “El arte en el espacio público” bajo la curaduría de Marta Penhos  y la colaboración de José Emilio Burucúa quienes suceden al muy respetado Dr. Jorge Taverna Irigoyen después de su fallecimiento en Octubre 2020 quien  ejerció esta tarea en el período 2011-2019.

Como lo señala Guillermo Scarabino, presidente de la institución, el tema elegido es el resultado de la preocupación de la Academia por los robos, mutilaciones y otros daños sufridos en los últimos tiempos en las numerosas esculturas de la ciudad de buenos Aires.

Alrededor de 20 medulosos ensayos a cargo de destacados especialistas que abordan este tema desde la filosofía, la estética, la historia, la antropología, la sociología, la política y la religión agrupados según algunos ejes temáticos. Entre ellos, “El público del arte público” de la Dra . Elena Oliveras, plantea tres cuestiones, la primera, si es posible el juicio anacrónico de un producto de la cultura del pasado a la luz de la sensibilidad del presente; la segunda, que la anulación de un mito encarnado en un monumento no justifica su destrucción o vandalización y la tercera, que lo importante es  educar al soberano para que se instruya sobre las cualidades positivas o  los aspectos negativos del personaje.

El arquitecto Jorge Hampton en “La arquitectura en el espacio público”, analiza  algunos edificios de San Pablo, por ejemplo, el Museo de Arte  (MASP) que presta a la ciudad una gran plaza sin sol ni lluvia para actos públicos multitudinarios. Las Torres del Parque  en  Bogotá, obra del arquitecto Rogelio Salmona, un proyecto de vivienda popular que cede un espacio abierto a la ciudad accesible a cualquier paseante.   Se ocupa de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, difícilmente accesible por escalinatas y rampas , aislada , sin interacción social con la ciudad. En cuanto al Malba lo considera explícitamente convocante, con una amplia transparencia visual al interior.  Hampton, que también se ocupa de las sedes del Gobierno de la Ciudad en Parque Patricios y del Conicet en Palermo, concluye que la arquitectura en el espacio público es la esencia misma de la convivencia urbana desde que se inventó la ciudad.

Fernando Diez, arquitecto y miembro de número de la Academia escribe sobre “Buenos Aires y la declinación de lo sagrado”, ensayo que se remonta a la noción de la Grecia Antigua nos pasea por innumerables representaciones diseminadas por la ciudad: la Pirámide de Mayo, , las Nereidas en la Costanera Sur, el Monumento de los Españoles, es decir, La carta magna y las cuatro regiones argentinas en la que la República es blanca y femenina, “blancura que  quedó asociada a lo ideal , lo eterno, lo que trasciende la agonía de la vida diaria”.  También menciona el éxito de Puerto Madero como ejemplo de urbanismo público y por supuesto al  numeroso robo de placas y esculturas de bronce en pleno siglo XXI. Un dato importante acerca del vaciamiento progresivo y ahora radical del centro de Buenos Aires  en el que la soledad de sus monumentos es la verdadera y última causa de su indefensión.  

Completan este grupo los ensayos de José de Nordenflycht (Chile), Carolina Vanegas Carrasco  y Teresa Espantoso Rodríguez (Arg.)

En el segundo grupo constituido por los argentinos Carmen Magaz, Rodrigo Alonso, Andrea Giunta, Sergio Baur, Mary K. Coffey (USA) y Juan Pimentel Egea (España), se abordan los movimientos violentos sociopolíticos en diversos países poniendo en tela de juicio los valores asociados a los objetos de arte  en el espacio público.

“El Colón estadounidense en el discurso y la escultura del siglo XIX”, ensayo  de Coffey, la historiadora de arte estadounidense sostiene que Colón es un punto de articulación entre la supremacía blanca , “el progreso estadounidense” , y el reclamo civilizatorio del dominio global.

La autora señala que durante el siglo XX hubo períodos de estatuamanía de Colón y que a partir del asesinato de George Floyd se quitaron 35 esculturas o fueron tumbadas por los manifestantes. También cita al historiador de arquitectura Dell Upton (USA, 1949)  quien  dice que” los monumentos son declaraciones políticas , rara vez son obras de arte público”.

En Agalmatofobia (odio a las estatuas), el español Juan Pimentel Igea plantea dos preguntas: ¿Quién de los héroes del pasado pasaría el filtro de nuestros códigos éticos y políticos actuales?. ¿Quién puede expedir certificados de pureza de ideas y curriculums inmaculados?. Las estatuas deberían contemplarse como productos del tiempo y no como ídolos.

Otros destacados historiadores de arte y artistas, entre ellos, Sergio Baur, Alberto Bellucci, Marta Penhos,  Jorge Gamarra, Mariela Yeregui, Bastón Díaz, Horst Hoheisel, Rodrigo Gutiérrez Viñuales, José Emilio Burucúa completan este selecto elenco que con sus contribuciones  invitan a una lectura apasionante  además de los obituarios que homenajean a Nelly Arrieta de Blaquier, Jorge Taverna Irigoyen y  Federico Monjeau de destacada actuación en nuestro ambiente artístico.     

Publicado en Ambito Financiero