15 diciembre, 2017

Dos Expresiones de la Geometría

Por Laura Feinsilber

Arte geométrico, abstracción geométrica, arte concreto, arte concreto- invención, madí , arte generativo, arte óptico y cinético, arte constructivo, hard-edge, neo-geo, y sus infinitas variables. Estos movimientos, los que los antecedieron y los que vendrán, no han tenido pausa desde hace más de 100 años.

Se apoyan en problemas esencialmente plásticos, despojados de toda anécdota y en los que se encuentran valoraciones, espacio, color, equilibrio, contrastes dinámicos, tensiones.

Las combinaciones y los planteos son infinitos, de allí que muchos artistas continúan hoy desafiando preguntas como, por ejemplo: ¿está todo dicho?,¿ se ha llegado a un techo?.

Sin embargo se atreven a continuar con la ausencia de representación figurativa, atraviesan fronteras geográficas e ideológicas, se concentran en las percepciones visuales que provocan la línea y el color, la infinita variedad de estructuras y formatos compositivos.

Es el caso de Alejandra Barreda que viene desarrollando una importante y casi secreta investigación  en este campo, como puede verse en Praxis en su actual muestra “Variable Pulsante”.

Variable es aquello que cambia “cuando le aplico una función”, explica esta artista , muy comprometida con el hacer riguroso y que, puede decirse, respeta los severos cánones de esta disciplina.

Su sistema de colores y repeticiones de líneas se ve diferente por el contexto que lo modifica.

Barreda puede aplicar curvas, rectas, algunas fórmulas se repiten, se alternan, se continúan, muy a menudo trabaja con dípticos, y cobran en el todo del soporte un gran dinamismo.

Combina colores opacos y brillantes, el color de una línea apenas perceptible puede modificar la percepción totalizadora y sobre todo, algo  que es muy valorable entre aquellos que adhieren a esta disciplina, su obra tiene sello propio y puede ser reconocible.

El arte geométrico está ligado a la racionalidad de las matemáticas y esta fusión puede rastrearse en el ensayo de Max Bill de 1949  “La concepción matemática en el arte de nuestro tiempo”.

La aparición de nuevos medios ha tenido un gran impacto en la abstracción geométrica a partir de fines de la década de los 90 con lo que se ha alterado nuestra concepción del mundo.

Ya estamos en el siglo XXI y los artistas reinterpretarán este lenguaje que ha demostrado ser , a pesar de los manifiestos controvertidos que han surcado las distintas etapas y denominaciones  ya mencionadas, flexible, atractivo, adecuándolo a un mundo en parte contaminado por el exceso de imágenes. La geometría nos pone en modo pausa. Algo muy bienvenido.

Como correlato de la muestra  de Alejandra Barreda, es importante señalar la permanencia de un arte que cultiva una generación heredera de nuestra celebrada tradición geométrica.


 

Karina Peisajovich, una de esas continuadoras,  ha apelado a la tecnología para brindarnos importantes muestras  en las que la luz es protagonista.  Ha realizado obras en el espacio y sus efectos lumínicos crean situaciones hipnóticas, inestables,  proyecciones de luz sobre espacios oscuros, instalaciones de luz y sonido, máquina para hacer color,  que obligan al espectador a seguir el ritmo  del movimiento que puede calificarse de inmaterial.

En su actual muestra en Vasari “Después de antes”, presenta un conjunto de dibujos que no  creemos sea una vuelta a sus inicios pero, sí quizás una pausa, otra vez recurrimos a esta palabra, para concentrarse en la sutileza del trazo,  encontrar la luz que emana de las formas y  las teorías del color, ya realizó en la misma galería, una muestra dedicada a sus investigaciones.

Pero no podía estar ausente cierta tecnología que provoca diversos grados de intensidad lumínica y también intermitencia en algunas de las paredes, quizás para solicitar la atención del espectador sobre cada dibujo en los que se entrecruzan esferas, líneas rectas, esfumados,  que no pretenden deslumbrar sino concentrarse en lo esencial.

 

 

 

 

 

Karina Peisajovich

 

Publicado en Ambito Financiero